Quito: incendios provocados ponen al límite la sostenibilidad
En medio de la peor sequía en 60 años, las autoridades dicen que fuegos son intencionales.
Última actualización, lunes 30 de septiembre de 2024.
Los flagelos iniciados el 24 de septiembre de 2024 en cinco sectores, al parecer de manera intencional, agravan la situación ambiental, social y económica en Quito y Ecuador, que atraviesan la peor sequía en seis décadas.
Aunque bomberos, militares, policías y la población civil lograron controlar buena parte de los incendios, todavía existían en la ciudad puntos calientes con riesgo de ignición, especialmente en el cerro Auqi.
El alcalde Pabel Muñoz declaró la emergencia en la ciudad y la ministra de Ambiente, Inés Manzano, dijo que el Gobierno está considerando la posibilidad de declarar al país en emergencia.
Según Manzano hay incendios forestales en 8.600 hectáreas en todo Ecuador, incluyendo áreas protegidas, como el Parque Nacional Cotopaxi.
El comandante del Cuerpo de Bomberos de Quito, Esteban Cárdenas, dijo que había una “línea de fuego activa en el cerro Auqui y puntos calientes con un riesgo de ignición en Guápulo y en la parte alta del Parque Metropolitano”.
El Parque Metropolitano es considerado el mayor pulmón de la ciudad, por sus extensos bosques y áreas verdes.
La intensa sequía por la que atraviesan Ecuador y Quito, y que además se manifiesta en cortes de electricidad y agua en todo el país, conspira contra la labor de extinción de los incendios.
Al menos 146 hectáreas de vegetación en Quito han sido arrasadas por los incendios, “pero el área afectada va a aumentar por el incendio en el cerro Auqui”, según Cárdenas.
Mientras que en todo el país hay 30.000 hectáreas comprometidas ya sea por la sequía o por los incendios forestales, lo que pone en riesgo la seguridad alimentaria.
El balance en la noche del martes en Quito incluyó la evacuación preventiva de 100 familias a consecuencia de la contaminación por fuego de varias viviendas. El alcalde Pabel Muñoz además informó que dos bomberos resultaron heridos.
Los incendios, iniciados al mediodía del 24 de septiembre, causaron espesas nubes de humo, acompañadas de una lluvia de ceniza que persisten en la zona norte y el centro de la capital.
En medio del aire enrarecido y altamente contaminado, se produjeron atascos vehiculares y las actividades nocturnas se suspendieron en la ciudad.
Varias viviendas en Guápulo y en el barrio Bolaños fueron dañadas por el fuego, que también se extendió a la quebrada que une al valle de Cumbayá y Quito.
Coraje ciudadano
Hacia las 17:00 las llamas llegaron a las inmediaciones de los barrios de Bellavista y González Suárez en su extremo norte, así como al sector residencial de la calle Gonzalo Rubio Orbe.
La acción de los bomberos, la Policía y de otras entidades -600 personas en total- fue reforzada por los vecinos de estos sectores.
Armados con mangueras, baldes, escobas y hasta jarras, los vecinos comenzaron el combate al incendio que ya se estaba tomando las laderas del parque lineal de la González Suárez.
Lo mismo ocurrió en Guápulo, Bellavista y el barrio Bolaños, donde las personas dejaron de lado el miedo y salieron a las calles a repartir mascarillas, a echar tierra al fuego y formaron cadenas humanas con baldes para combatir las llamas con agua proveniente de tanqueros y grifos.
A las 23:00, la voracidad de los incendios había sido paliada y el humo, que impregnaba el ambiente de calles y edificios, empezó a dispersarse.
El día después
Desde las 06:00 del miércoles 25 de septiembre, helicópteros de los bomberos y militares sobrevolaban Quito para lanzar agua sobre los incendios, que se reactivaron.
A las 05:10 las llamas volvieron a aflorar en el cruce entre la avenida Simón Bolívar y el acceso a Guápulo. El humo se levantó nuevamente.
El Cuerpo de Bomberos informó a las 09:30 que se produjo un nuevo foco en el parque Itchimbía.
El tráfico se volvió más ligero por la decisión de que las clases y la atención en instituciones como el Municipio se haga de modo telemático. La circulación en el túnel Guayasamín se suspendió hasta las 15:00.
El alcalde Pabel Muñoz dio a conocer a media mañana que los incendios en Bellavista, Guápulo y la avenida de los Conquistadores estaban controlados y que los esfuerzos se iban a concentrar en el cerro Auqui, constantemente afectado por flagelos en los últimos años.
Sin embargo, a las 11:30 fuertes columnas de humo seguían saliendo desde Parque Metropolitano.
En los últimos ocho días de agosto de 2024, hubo 169 incendios en la provincia de Pichincha, que afectaron 148 hectáreas y representaron el 36,9% del total de las conflagraciones en Ecuador.
Los incendios se localizaron en Cayambe y Quito; en esta ciudad sucedieron en Miraflores, Lumbisí y Pifo, según la Secretaría de Gestión de Riesgos.
Y en septiembre hubo dos seguidillas de incendios que afectaron, sobre todo, al valle de Tumbaco en Pichincha.
Habrían sido provocados
Las autoridades del Gobierno Central, provincial y municipal coinciden en que los flagelos pueden haber sido intencionales.
La Prefecta de Pichincha, Paola Pabón, calificó los incendios de ataque y dijo que "estamos haciendo todo lo que tengamos que hacer con autoridades nacionales, provinciales y municipales, trabajando juntos por la ciudad”.
Mientras que la responsable de seguridad del Municipio señala que no puede ser una coincidencia que el martes 24 de septiembre haya habido 27 quemas simultáneas.
A las 10:35 del miércoles, la Alcaldía informó que agentes civiles de Tránsito que circulaban por el sector de la iglesia de Guápulo encontraron dos canecas abandonadas, contenían material inflamable compuesto por diésel y aceite.
“Según declaraciones del agente Luis Tonato, aproximadamente a las 17:00 del martes 24 de septiembre, moradores del sector alertaron a los uniformados sobre estos objetos y procedieron a reportar al ECU911”, señala la fuente.
Un joven de 20 años de edad, que portaba un galón de combustible, fue detenido en Guápulo como sospechoso de haber participado en la propagación de los incendios.
Pero sus familiares alegan que es el joven es inocente y que el combustible que llevaba era para una máquina de cortar césped.
El Ministerio de Gobierno ofreció una recompensa a quien informe sobre los presuntos pirómanos, mientras la Fiscalía ha abierto una investigación de oficio.
En los incendios de inicios de septiembre, se ubicó al responsable de haber prendido fuego a un matorral, pero las autoridades no lo denunciaron formalmente ni fue procesado.