Foto ilustrativa DCI

En la provincia de Tungurahua se prioriza la atención infantil en 25 parroquias. Foto: Glenda Giacometti

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El alto índice de Desnutrición Crónica Infantil en Tungurahua preocupa

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Por Cristina Márquez

La captación temprana de madres en los centros repotenciados por el Ministerio de Salud Pública (MSP) es la estrategia que se ejecuta este año en Tungurahua y en las demás provincias del Ecuador, para combatir la desnutrición crónica infantil (DCI).

En esa provincia, situada en la Sierra Centro del país, el 41.3% de niños menores a dos años padecen de este mal, que pone en riesgo su futuro. Esta cifra supera la media nacional que es del 27%.

Ambos datos fueron recabados en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del 2018. Según la Secretaría Técnica Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil (Stecsdi), una cifra actualizada -que mostrará los avances de los últimos años- se publicará en los próximos días.

Entre tanto, otras entidades públicas y organizaciones privadas también emprenden acciones para prevenir nuevos casos. La entrega de dotaciones de alimentos, proyectos de saneamiento de agua, huertos familiares y emprendimientos son algunas de las iniciativas que ya están en marcha.

25 parroquias albergan a la mayoría de casos de DCI

Ambatillo, Pishilata, Huachi Grande, Totoras, Salasaca, entre otras, están en el listado de parroquias priorizadas para la atención. Esta categorización, que abarca a 721 parroquias a escala nacional, fue realizada por técnicos de la Stecsdi que, entre otros parámetros, evaluaron la cantidad de casos identificados en cada parroquia.

En Tungurahua hay 25 parroquias priorizadas que pertenecen a siete cantones. La mayoría son parroquias urbanas y rurales de Ambato, la cabecera cantonal de la provincia.

La escasez de agua potable y la mala alimentación de las familias con mujeres embarazadas y niños pequeños son algunas de las causas del alto índice de DCI.

Patricia Herrera, investigadora de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, explica que este fenómeno es muy complejo y multicausal. “Un niño desnutrido es resultado de diversos problemas interrelacionados; entre ellos, el desempleo, la precarización de los trabajos, la introducción de alimentos contaminados, la falta de soberanía alimentaria“, explica la académica.

Saida Haig, ex viceprefecta de Tungurahua, cuenta que las parroquias con mayor índice de niños con DCI también son las que concentran a familias viviendo en la pobreza y en la pobreza extrema, por los bajos ingresos.

“En los recorridos de campo por estas zonas evidenciamos que los niños están al cuidado de sus hermanos mayores porque sus padres están trabajando en las ciudades y en el campo”, afirma Haig.

Un huevo diario para erradicar la desnutrición infantil

300 familias de siete parroquias de Tungurahua fueron parte de un proyecto piloto para combatir la desnutrición crónica infantil. Ellos recibieron un huevo al día durante un año, además de charlas nutricionales, controles de salud y la implementación de huertos familiares.

Entre diciembre del 2021 y septiembre del 2022, nutricionistas y personal de salud del MSP hicieron visitas domiciliarias a las familias, para sensibilizar sobre los efectos de la DCI.

Saida Haig, quien lideró el proyecto durante su administración, cuenta que los productores avícolas de la provincia donaron huevos para entregar a las familias, mientras que el personal del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y del MSP se encargaron de hacer los seguimientos.

“En el último mes hicimos las evaluaciones de los niños y vimos que su peso y talla se recuperó entre un 10 y un 15%. El seguimiento personalizado que hicimos para verificar que fueran los niños los que consumieran los huevos fue clave. Esperamos retomar este proyecto de forma privada”, dice Haig.

Un huevo diario para erradicar la desnutrición infantil
300 familias de siete parroquias de Tungurahua fueron parte de un proyecto piloto, para combatir la desnutrición crónica infantil, mediante el consumo de un huevo diario. Foto: cortesía Saida Haig

Promotores comunitarios y captaciones tempranas, la nueva estrategia para combatir la DCI

Erwin Ronquillo, secretario de Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil, explica que una nueva estrategia para captar a las madres embarazadas y con niños pequeños ya está en ejecución. Para lograrlo, 1 700 vigilantes comunitarios se capacitan.

Los vigilantes son personas que pertenecen a las parroquias priorizadas y su función es alertar al personal de salud, en cuanto identifiquen a una mujer embarazada o algún caso que requiera ayuda estatal, para abordar de forma temprana a las madres y a los niños.

Ronquillo afirma que en Tungurahua 56 000 niños, niñas y sus madres recibieron atención médica y 970 personas se benefician del bono infancia con futuro.

“El Gobierno invertirá USD 365 millones en el 2023 para combatir la desnutrición infantil”, dijo Ronquillo.

Él también informó que 900 profesionales de la salud, entre ellos médicos, enfermeras, nutricionistas y promotores se incorporan a las instituciones públicas este año, con el objetivo de mejorar la atención y cubrir la demanda de usuarios.

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