El riesgo por material volcánico y sedimentos en el río Upano sigue
El paso sobre el río ha sufrido una serie de daños considerables desde 1988. Los GAD señalan los peligros latentes.
La vista del valle del Upano desde un viejo mirador situado en la comunidad shuar de Wapu, en la ribera oriental del río, impresiona y conmueve.
Millones de toneladas de sedimentos generadas por la actividad del volcán Sangay yacen en el cauce del río; el agua casi desaparece entre las piedras y el material volcánico en épocas de bajo caudal.
En ese escenario se vuelven diminutas la maquinaria y los obreros que colocan las estructuras para terminar la reparación del paso que sirve para cruzar el Upano, entre las parroquias Sevilla Don Bosco y Macas.
El 30 de enero de 2025, maquinaria pesada del Cuerpo de Ingenieros del Ejército verificaba las obras de protección que sujetan los puentes nuevos y se realizaban pequeños trabajos de dragado.
Mientras avanzan las obras en esta parte de la Troncal Amazónica, E-45, el enorme lecho del río es utilizado, cuando es posible, como paso provisional para vehículos pesados y livianos.
El río Upano tiene 97 kilómetros y se encuentra entre las cordilleras de Los Andes y Cutucú. Se origina en la Laguna Negra, a 3.600 metros de altura, en el Parque Nacional Sangay.
El complejo vial sobre el Upano ha sufrido varios cambios en los últimos años, en especial por el aumento del material volcánico desde 2019, aunque también fue afectado por un gran sismo en 1995.
Hoy se pueden observar cinco puentes. Los de las orillas no han sufrido daños últimamente y se termina la construcción de tres: de 195, de 58 y de 25 metros, en la parte central del río, donde antes había una mesa de rodadura.
Esta mesa se preservaba de las crecientes con un sistema de alcantarillado, que se rompió por primera vez en 2019, señala Víctor Hugo Arévalo, periodista de Macas. Hasta ese año el río era un balneario.
La construcción de los tres puentes empezó en diciembre de 2023, con una inversión de USD 20,9 millones. El tramo total, sumando los dos puentes laterales, mide 1.023 metros.
El efecto del volcán Sangay
Unos 40 kilómetros aguas arriba de las obras, desde 2019 los flujos de lodo y lahares producidos por el domo del flanco suroriental del Sangay bajan al río Volcán, donde se embalsan.
Este material acumulado se desfoga, luego, sobre el río Upano. Las lluvias intensas en este sector han causado una re-movilización del material volcánico, aguas abajo.
El agua del Upano ha cambiado de color desde entonces, hace notar Arévalo. También dice que hoy el "retorno de los caudales" (cuando el lecho se llena) se produce más o menos cada cinco años en vez de cada año.
Cuando uno observa desde los puentes -dice- da la impresión de que la distancia hasta el río ha disminuido varios metros. Arévalo ha oído de sus mayores que, antes de que se usaran puentes, se cruzaba en canoa.
El Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional califica al Sangay (5.230 metros sobre el nivel del mar) como un estratovolcán activo situado a 45 kilómetros al sureste de la ciudad de Riobamba.
Es el volcán con mayor actividad en la zona norte de los Andes y es uno de los más activos del mundo, de modo continuo desde 1628. Su simetría cónica es casi perfecta. Tiene tres cráteres activos y dos domos.
Las erupciones de gran magnitud del Sangay sucedieron en 1628, 1728, 1738-1744, 1842-1843, 1849, 1854-1859, 1867-1874, 1872, 1903, 1934-1937 y 1941-1942, según el registro del IG.
Desde mayo de 2019, el volcán se encuentra en una fase eruptiva que genera usualmente el descenso de lahares. El IG ha elaborado un mapa de peligros.

En 37 años, seis reparaciones
En los archivos de la Dirección Distrital de Morona Santiago del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), se puede constatar que la infraestructura sobre el Upano ha requerido varias obras desde 1988.
El 6 de julio de ese año, el puente colgante peatonal colapsó por la creciente del río. Unas 15 personas cayeron y perdieron la vida al ser arrastradas por la corriente.
Entre 1988 y 1992 se construyó un nuevo puente. Sin embargo, en 1995, debido a un sismo de 7.1 en la escala de Richter en la cordillera de Cutucú, el tablero del puente colapsó.
En 2004, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército levantó un nuevo puente.
En 2012 se hicieron obras de protección aguas arriba, para encauzar las corrientes, con un costo de USD 2 millones.
En 2019 se inició un nuevo periodo eruptivo del volcán Sangay y se formó un embalse en la unión de los ríos Volcán y Upano.
El dique del embalse colapsó y afectó el cauce, las obras de protección y las playas. Desde entonces se han formado diques y represamientos de agua en varias ocasiones.
El 21 de junio de 2020, el Upano creció abruptamente y destruyó 60 metros de la mesa de rodadura, junto al primer puente. Se instaló un puente Bailey.

En enero de 2021 se contrató, bajo el régimen de emergencia, un muro reforzado de 79 metros de longitud, 14 de alto y cinco de ancho. Costó USD 900.000 y estuvo listo en junio de 2021.
En junio de 2021, una creciente del río, más violenta que las anteriores, destruyó otro tramo de vía de más de 60 metros.
En agosto de 2021, el arrastre de material piroclástico del Sangay y las intensas precipitaciones destruyeron nuevamente un segmento de 120 metros.
En diciembre de 2022 se contrató la construcción de obras de conectividad vial sobre el río Upano ubicado en la carretera Troncal Amazónica E45, tramo Macas-Puyo, de 1.023 metros de longitud.
Incluye la construcción de tres puentes y sus accesos y el plazo final era el 2 de febrero de 2025. La obra aún no se inaugura oficialmente.
"Desde el 2022 se han registrado 17 crecientes y cambios en la topografía del cauce; las cuales, acompañadas de material producido por el Sangay, han sido una grave combinación para cerrar la circulación". MTOP
Riesgos permanentes
En los programas de ordenamiento territorial (PDOT) tanto del Gobierno Provincial de Morona Santiago como del Gobierno Municipal del Cantón Morona (Macas), se advierten riesgos asociados con la incidencia del volcán.
A nivel cantonal la amenaza volcánica afecta a cinco de las nueve parroquias del cantón Morona, según el PDOT del Municipio de Morona.
“Uno de los efectos de la actividad volcánica ha sido el incremento de cenizas y rocas en el río Upano, produciendo represamiento y desbordamiento, lo que genera inundaciones en zonas ribereñas y daños a los espigones de encausamiento y protección de las bases del puente”, dice el documento.
En el PDOT del GAD provincial de Morona Santiago se pone énfasis en el tramo que sale de la Troncal Amazónica (E45), a la altura de la comunidad Santa Rosa (Sevilla Don Bosco), y se dirige a la comunidad Quinta Cooperativa Luz de América (Sinaí).
"En caso de que ocurriera algún desastre de gran magnitud por la erupción del Volcán Sangay, su cierre generaría una limitación en la evacuación de las comunidades que se encuentran a lo largo de esta vía", se advierte.
Compromisos pendientes
En mayo de 2024, el secretario Nacional de Gestión de Riesgos, Jorge Carrillo, se comprometió con el alcalde de Morona, Francisco Andramuño, a realizar el levantamiento de información para el dragado en la zona del puente.
Además, la inspección y monitoreo permanentes en la zona alta del río Upano, donde se represa el material piroclástico del Sangay, acumulado en la confluencia con el río Volcán.
Otra de las acciones consiste en trabajar con el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional para la actualización de estudios de riesgo.
La vía Sucúa-Seipa-Sevilla Don Bosco -administrada por la Prefectura de Morona Santiago- es una alternativa. También atraviesa el Upano en una zona donde el cauce es más estrecho y profundo. Fue asfaltada en 2021 y 2022.
Sin embargo, ante un posible colapso del puente de esa vía, la Prefectura de Morona Santiago contrató la consultoría para levantar uno nuevo, con un costo calculado en USD 3 millones.