Organizaciones rurales impulsan producción orgánica y equidad en el Austro
Dos asociaciones de agroproductores de Gualaceo y Chordeleg fortalecen sus sistemas alimentarios. La prioridad es la producción orgánica.

“Es buena la máquina. Nos ayuda bastante, aquí y en los invernaderos. Ya no tenemos que pagar trabajadores ni nada. La usamos ya unos cuatro o cinco años, porque antes teníamos una más grande, pero era muy pesada. Mi esposo va arando y yo ya sigo con la siembra”.
Lo cuenta Carmen Morocho, ex presidenta de la Asociación Mushuk Pakarina, mientras otros socios arman el moderno arado en un terreno comunitario. La máquina funciona con un motor a gasolina, tiene ruedas y remueve la tierra con unas aspas metálicas.
Son las 09:40 del 5 de junio de 2025 en Maripamba, a 2.700 metros de altura, en la parroquia Gualaceo del cantón del mismo nombre, en la provincia de Azuay. En ese sector, 48 mujeres y 5 hombres son miembros de la organización y trabajan en la producción de vegetales orgánicos, con fertilizantes naturales.
Se trata de la Zona 2, de las cinco que pertenecen a la Asociación. José Guamán, presidente de la organización, explica que las Zonas se reparten en tres de las ocho parroquias del cantón Gualaceo: en la urbana del mismo nombre, y en dos rurales: San Juan y Jadán.
El Programa que apoya Fundación Heifer Ecuador en la provincia apunta al fortalecimiento de la mujer en el sector rural, a través de la capacitación y el incentivo a que salgan adelante en lo económico y en lo social, señala el dirigente.
“Para nosotros ha sido muy bueno estar organizados, y con esa ayuda que nos está dando Heifer estamos muy contentas, sobre todo las mujeres. La agricultura es muy importante para nuestras familias”, añade Carmen Morocho.
Gabriela Nivelo, por su parte, explica que con la máquina ahorran tiempo y esfuerzo. Antes -dice- se trabajaba con pico y tardaba días; ahora es más rápido y fácil sembrar y sacar más rápido las hortalizas a la venta. Unos minutos más tarde, hace una demostración con el moderno arado.
Lo que se ha logrado
Guamán destaca que los avances son notorios en el hecho, por ejemplo, de que muchas mujeres sean dirigentes. “Aprendemos mucho más los jóvenes de la experiencia de las señoras y con la capacitación de Heifer y ellas siguen aprendiendo”.
“A nosotros como hombres nos enseñan a valorar mucho más a la mujer. Y a ellas a ser dirigentes, a labrar la tierra y ser un aporte económico a la sociedad y principalmente a sus familias. Creo que es una bendición estar en el campo y aprender todo esto”, añade el joven dirigente de 36 años de edad.
Morocho hace su propia evaluación: “Antes éramos tímidas. Me nombraban vocal y yo no quería porque tenía bastante timidez. Pero ahora gracias a Dios, por tantos talleres con los que nos ayudan, nos vamos abriendo un poco más. Yo veo que en la organización casi todas las mujeres se sienten decididas”.
Ese sentir es compartido por las integrantes de la Zona 5 (12 mujeres), que acuden en camionetas desde la comunidad San Gabriel, de la parroquia San Juan, a la capacitación convocada para ese día por Heifer, en el espacio de trabajo de Maripamba.
Rosa Landi, representante de la Zona, resalta las enseñanzas que han recibido en cuanto a cultivos orgánicos, y aspira a que los consumidores valoren ese tipo de productos, que son sanos y limpios.
Beatriz Llihuín cuenta que hasta hace dos años prácticamente desconocían todo, pero gracias a las compañeras y a los talleres y las capacitaciones de Heifer y el apoyo del Ministerio de Agricultura y Ganadería, han aprendido a valorarnos más como mujeres rurales.
Las integrantes de la Zona 5 siembran verduras como zanahorias, remolachas, lechugas, col, brócoli y coliflor y las venden en un puesto fijo en Gualaceo, los martes, viernes y sobre todo en los feriados.
La experiencia en Chordeleg
Esther Zaruma es la dirigente de 14 agroproductores de la comunidad El Quinche, en la parroquia rural La Unión del cantón azuayo Chordeleg.
Su modesta vivienda, llena de recuerdos, fotografías familiares y hasta una portada amarillenta del The New York Times del 8 de noviembre del 2008, con la foto de Barack Obama, sirve como centro de operaciones.
En sus propiedades ellos siembran hortalizas, así como dos variedades de moras para producir vino artesanal y mermelada. También tienen árboles frutales.
Cada socio ha desarrollado sus huertos y ha aprendido a manejarlo orgánicamente, a partir del apoyo de la Fundación Heifer y el Ministerio de Agricultura y Ganadería. Varios de ellos se dedican también a la apicultura y la crianza de cuyes.
“Necesitamos aprender, fortalecer nuestros conocimientos para cultivar nuestros terrenos, tener mejores cosechas y ofrecer productos sanos, orgánicos, como ya hemos aprendido con los técnicos", enfatiza la dirigente de la Asociación de Agroproductores El Quinche.
Resalta especialmente los conocimientos sobre el "bocashi", abono que se produce con la fermentación de materiales orgánicos, como residuos de cosecha, estiércol, paja, entre otros, utilizando microorganismos específicos. Asimismo, los fungicidas naturales.
Y sobre todo el valor agregado que les ha permitido, a partir de sus cosechas de dos tipos de moras, producir vinos dulce y seco, y mermeladas. “Nuestro producto es Pamba, porque significa armonía con la naturaleza”, explica.

Rol de la mujer y valores comunitarios
Isaura Lojano, Libia Cajamarca, María Cajamarca, Elsa Cajamarca, Julio Enrique Sigcha y Ángel Chimbo, miembros de la organización El Quinche, coinciden en que el proyecto los mantiene trabajando unidos y fortaleciendo la participación de la mujer.
“A mí lo que más me gusta de este grupo es que estamos unidos en todo momento, especialmente cuando elaboramos el vino artesanal”, cuenta Elsa Cajamarca, con orgullo por una labor que combina tradición y emprendimiento.
Las mujeres también aportan desde su talento en la artesanía con paja toquilla, una actividad que mantiene vivas las técnicas ancestrales del tejido. “Cuando hay tiempo libre, nos dedicamos a los sombreros. Es algo que sabemos hacer desde siempre”, explica Libia Cajamarca.
Pero el desarrollo no es solo productivo: también es humano. Julio Enrique Sigcha destaca que, como parte de las capacitaciones, reciben formación en temas de equidad de género, medioambiente y valores comunitarios. “Nos enseñan a valorar a las mujeres, a los niños, y también a nosotros. Aprendemos a cuidar el planeta, a no botar plásticos y a respetar a los animalitos”, afirma.
La educación continua ha sido clave en este proceso. Ángel Chimbo señala que participan activamente en talleres y capacitaciones organizados por Heifer Ecuador. “Donde nos llaman, ahí estamos. Hemos ido a Gualaceo, Cuenca, Ibarra, Quito. Todo ese conocimiento nos ayuda a trabajar mejor y a sostener a nuestras familias”.
Esther Zaruma, resume con claridad el espíritu del grupo: “Lo que aprendemos no es solo para uno, es para compartir. Ese conocimiento es para ayudar, servir y vivir en armonía con la comunidad. Así motivamos a más personas a que se capaciten”.
En Chordeleg y Gualaceo, las mujeres del campo están demostrando que la sostenibilidad y el desarrollo rural comienzan con la unidad, la capacitación y el liderazgo compartido.

El proyecto
Las asociaciones Mushuk Pakarina y El Quinche participan en el Proyecto ‘Mujeres Rurales de la Agricultura Familiar Campesina (AFC) en Azuay y Manabí, una alternativa de dinamización para la economía rural’.
El proyecto busca que al menos 1.000 mujeres rurales de las 12 organizaciones priorizadas de la AFC, 9 en Azuay y 3 en Manabí, se vinculen al modelo de la AFC. Al momento, en Azuay han participado 228 mujeres, y en Manabí, 101 mujeres.
El objetivo es promover el empoderamiento socio económico de las mujeres de la AFC en las dos provincias, mediante procesos de fortalecimiento organizativo, productivo y comercial, para consolidar Sistemas Agroalimentarios Sostenibles y resilientes al cambio climático, en un contexto pospandemia.
El Proyecto lo ejecuta la Fundación Heifer Ecuador desde julio 2024 junto con el Ministerio de Agricultura y Ganadería, y cuenta con financiamiento de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).