"Lo más gratificante de mi trabajo es que la naturaleza me premia"

Augusto Granda lleva como guardaparque dos décadas. Empezó como voluntario y hoy preside la Asociación de Guardaparques del Ecuador.

"Lo más gratificante de mi trabajo es que la naturaleza me premia"
Augusto Granda es el Presidente de la Asociación de Guardaparques del Ecuador. Foto: cortesía

Augusto Granda lleva como guardaparque dos décadas. Se inició como voluntario en plena adolescencia y hoy preside la Asociación de Guardaparques del Ecuador.

Su primer contacto directo con la protección de la naturaleza fue a finales de los noventa. En esa época se unió como voluntario de las brigadas que organizaba el Municipio de Quito.

Una de las preocupaciones del Cabildo capitalino era proteger las laderas del Pichincha. Allí estuvo Augusto para sumarse a bomberos y policías, y ser un protector más del bosque, en cuyas faldas se asienta la capital.

“En el 2004 fui guardaparque voluntario en el Parque Nacional Cotopaxi; también estuve en El Ángel (Carchi), y en otras áreas protegidas como voluntario, y después trabajando y guiando”.

En el 2011 se integró al Ministerio de Ambiente y allí integró el equipo de la Reserva Ecológica Antisana. Luego de 11 años, desde el 2022, pasó a ser administrador y guardaparque del Parque Nacional Sumaco-Napo-Galeras.

El trabajo del guardaparque es 24/7, en cualquier condición climática. Foto: cortesía
La relación con la comunidad y otros actores de las áreas protegidas es vital. Foto: cortesía

El día a día del guardaparque

Su trabajo demanda una jornada 24/7. Los recorridos de vigilancia y control de las áreas protegidas, la principal tarea del guardaparque, pueden tomar varias horas. Y en cualquier terreno, montaña o selva; y en cualquier clima, páramo o trópico.

Nunca pueden faltar las botas y el machete; una mochila resistente, con ‘cucayo’, poncho de agua, GPS, linterna, teléfono celular (para tomar las fotos), insumos de primeros auxilios, son compañeros diarios.

“Comienzo mi jornada a las 8 am; pero a veces lo hago a las 6 o antes, porque hay que hacer tareas de control y vigilancia; hay que caminar, levantar información, identificar algún ilícito”.

Además, la relación con las comunidades y las autoridades locales es permanente. "El vínculo con la población de las zonas protegidas es fundamental. Hay que ganarse su confianza". Pero también hay situaciones complejas que sobrellevar; la más reciente, la amenaza de los grupos de delincuencia organizada.

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Las áreas protegidas de Ecuador están en peligro por actividades criminales como la minería, la tala y la pesca ilegales.

El significado de la naturaleza

“Para mí la naturaleza es la vida, es todo. Lo más gratificante de mi trabajo es que la naturaleza me premia. Poder ver cóndores, trabajar por la conservación es lo más valioso”.

Hay ocasiones en las que la hipotermia le gana en la alta montaña. “La naturaleza nos ha puesto a prueba, en temperaturas bajo cero, para ver si estamos aptos para cuidarla”.

Él está convencido de la importancia que realizan los 620 guardaparques en el continente y 320 en Galápagos, los 365 días del año, pese a que la gente desconoce su trabajo. Siente incluso que lo que hacen es algo invisible ante el país.

Augusto Granda conversó con Youtopía+Rett y describe cómo es el día a día en esta profesión que lo que más requiere es vocación y amor a la naturaleza.

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