Gustavo Manrique: 'Ecuador ha recibido USD 400 millones en 20 meses, para atender temas ambientales'
Por Isabel Alarcón
La gestión de las áreas protegidas, el respeto a los territorios de pueblos y nacionalidades indígenas, y los compromisos de cada país para proteger y recuperar su biodiversidad fueron temas clave en la Convención de las Naciones Unidas para la Diversidad Biológica (COP15).
En este evento, que se realizó del 7 al 19 de diciembre del 2022, Ecuador también se comprometió a detener y revertir la pérdida de la biodiversidad hasta 2030.
Gustavo Manrique, ministro de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (Maate), asistió a Montreal, Canadá, para mostrar las acciones que se están aplicando en el país para cuidar el medioambiente.
Durante uno de sus recesos, Manrique conversó con Youtopía Ecuador sobre la postura del país en esta convención y sobre los proyectos para cumplir con los acuerdos alcanzados en la COP15.
¿Cuáles son los aspectos más relevantes de la COP15 para Ecuador?
Hay tres o cuatro prioridades, pero quiero empezar con la movilización de recursos económicos a países que están haciendo esfuerzos de conservación y eso tiene concordancia perfecta con el referéndum de febrero (2023). La pregunta número 8 es clarificatoria al artículo 74 y consulta si está de acuerdo con que los pueblos, nacionalidades y comunidades indígenas sean compensadas por sus esfuerzos de conservación. El otro tema es “cuándo”. Ecuador ha venido aquí a las mesas de negociaciones con un sentimiento de urgencia. No necesitamos mañana o pasado mañana una solución. La necesitamos hoy, en esta COP.
Para eso, nuestra propuesta ha sido que trabajemos a través del GEF (Fondo para el Medio Ambiente Mundial), el fondo que se creó hace 30 años, para que a través de ellos se cree una subcuenta y se movilicen los recursos. Otra de las prioridades que hemos empujado es el tema del Digital Sequence Information (DSI). Estamos construyendo toda una estrategia, que debe aprobar el Presidente (Guillermo Lasso), para que Ecuador se convierta en potencia en recursos genéticos a nivel mundial. De nuestro material puede salir mucha información valiosa para curar enfermedades, tener productos agrícolas, bioproductos y demás.
A diferencia de la postura inicial de los países de América Latina, y alineado con la propuesta de los países desarrollados, ¿por qué Ecuador no apoyaba la idea de un nuevo fondo de financiamiento?
Efectivamente había 70 países que querían un nuevo fondo. Es una cifra importante, pero si esta entrevista dura 10 minutos, para cuando haya terminado, se habrán deforestado el equivalente a 10 canchas de fútbol en el mundo. Hoy, 1 de cada 3 especies está en peligro de extinción. La gente deforesta -no porque no les gusta el paisaje y quieren tumbar el árbol para ver mejor- es porque ese árbol lo vende y pueden almorzar hoy. Un nuevo fondo tomaría cinco años en crearlo. Necesitamos la solución hoy y el GEF te da eso. Y esa ha sido la posición de Ecuador. Alemania, la Unión Europea (UE), el Reino Unido, Noruega y la mayor cantidad de países querían ir con el GEF.
¿Por qué cree que tomó tantos días llegar a un consenso sobre el porcentaje (30%) de superficie terrestre y océano que se debe proteger?
Hay dos palabras que causaron ruido: ‘Highly and fully protected‘ (alto y totalmente protegido). Se puede tener manejos eficientes y sostenibles, donde -por ejemplo- se deje a los artesanos tener su pescado para las poblaciones que viven ahí. Pero, si se pone ‘30% fully protected‘, ya ni siquiera el artesano por el tema de subsistencia podría pescar. La Reserva Marina Hermandad es un ejemplo a nivel mundial, aplaudida y reconocida por todo el planeta. La mitad es ‘highly and fully protected’ y la otra mitad tiene manejo sostenible de no uso de palangre. Así aplica a las metas 30×30, pero si ese texto quedaba como al inicio, ni siquiera una reserva como Hermandad servía.
¿Por qué la inclusión de territorios de pueblos y nacionalidades en el texto de la meta 30×30 fue otro tema que tuvo dificultades?
En relación a pueblos y nacionalidades creo que no debería quedar necesariamente taxativamente escrito que todo territorio ya pasa a ser parte del 30×30 por varias aspectos. Primero, no tenemos ni el catastro actualizado. Lo estamos actualizando. Entonces no tenemos la información a la mano. Y segundo, hay territorios y territorios. No por ser territorio indígena está manejado perfectamente. Recuerda que tenemos (el programa) Socio Bosque y se paga en función de las auditorías que hacemos y, lamentablemente, en la situación del paro nacional hubo bosques que deforestaron y no pudimos compensarlos porque ya no cumplieron el paso número uno. Más allá de que, si metes eso, sobrepasas el 30×30 porque los territorios indígenas son enormes.
¿Pero no sería mejor sobrepasar el 30%?
Ahí viene el tema de la realidad. Ahora, si ese pueblo y ese territorio decide, como el caso de Tiwi Nunka, pasan al 30×30. En el caso de ellos es maravilloso porque ellos son los propios guardaparques. Esta área fue la primera bajo el manejo de una nacionalidad en ingresar al Sistema Nacional de Áreas Protegidas.
¿Cómo se aplica realmente el 30×30 en una zona como la Amazonía ecuatoriana, donde la mitad pertenece a bloques petroleros, hay concesiones mineras, se sobreponen áreas protegidas con territorios indígenas y hay otros aspectos que afectan la gestión de estas áreas?
Primero, el Presidente Lasso ya firmó hace un par de semanas la consulta prelegislativa. En todos los lugares donde vaya a haber actos administrativos, estos actos tienen que ser consultados. También estamos trabajando en la consulta ambiental, que es la participación ciudadana para que los pueblos, nacionalidades y comunidades tengan el proceso participativo de decir que, si va a haber tal proyecto, quieren tales condiciones. Eso va a estar listo en 50 o 60 días máximo, que es lo que manda la consulta prelegislativa.
Finalmente, estamos construyendo la consulta previa, libre e informada. Sobre esta no me comprometo porque finalmente tiene que pasar la Asamblea Nacional. Estamos creando los mecanismos para tener un proceso participativo de consulta, en el que estoy de acuerdo. Ese proceso ha faltado. Por eso hay tantas acciones de protección en contra de licencias dadas, porque no han habido esos procesos. Muchos de los reclamos, no todos, y la forma, no estoy de acuerdo, pero muchos de los reclamos han sido debidamente justificados. ¿Cómo es posible que la provincia de Orellana nos dé más del 70% del petróleo del Ecuador y no tenga agua potable? Esos reclamos son justificados, no el cómo lo han hecho, eso sí lo reprocho.
¿Cuál es la estrategia de Ecuador para mejorar la gestión de las áreas de conservación?
El próximo mes vamos a lanzar la reforma del Acuerdo Ministerial número 158. Ese acuerdo habla de toda la política de infraestructura de las áreas protegidas, donde a los contratos por delegación, de quienes van a operar la tienda, restaurante, hotel, etc., se les está poniendo unas condiciones y requisitos. En algunos casos son más favorables y en otros más estrictos.
La idea es atraer inversión nacional e internacional para relanzar el manejo de las áreas protegidas y ver de nuevo, en el Ecuador pospetrolero, cómo hacer que las ahora 73 áreas protegidas sean mecanismos de ingreso también para el Estado. Hoy no cobramos un dólar por la entrada, pero tampoco hay plata ni para limpiarlo. Toda esta nueva visión holística del manejo de las áreas protegidas está creando un escenario para que venga más inversión y, por supuesto, las comunidades aledañas reciban gran parte de esta economía que va a venir a la zona.
¿Cómo evaluaría el financiamiento que ha recibido hasta ahora Ecuador de otros países en temas de cambio climático y biodiversidad?
Estoy muy contento. La cifra supera los USD 400 millones en menos de 20 meses, donde Alemania ha sido el principal cooperante, de ahí sigue pegadito Noruega y Reino Unido y varios otros países. Con Estados Unidos también estamos iniciando negociaciones. Los más de USD 400 millones van a las comunidades y sobre todo son ingresos en paz. Son ingresos producto de la conservación que desarrollan las economías locales. Esperamos seguir con ese ritmo.
¿Cómo llegan esos recursos a las comunidades?
A través de programas como ProAmazonía, Socio Bosque y muchos otros proyectos más que generan capacidades en las comunidades, promueven bioemprendimientos, transferencia de tecnología e investigación.
Se ha comentado sobre la falta de pagos oportunos a los beneficiarios de Socio Bosque. ¿Esos pagos están al día?
Estamos al día con los que cumplen. Ya se acabaron los temas flexibles donde no íbamos al campo. Recordemos la esencia de Socio Bosque. Esto es que el Estado u organizaciones internacionales reconocen un recurso económico tangible que se da a proyectos comunitarios o individuales, por no deforestar y mantener los recursos naturales. Con esos recursos generas bioemprendimientos, ecoturismo, capacidades y demás, pero mantienes ese servicio ecosistémico en pie.
Ahora estamos yendo a territorio y verificamos con drones y vemos si las comunidades están deforestando, porque esa es la esencia. El 70% lo hacemos con presupuesto fiscal o recursos del Estado y el 30% lo hacemos con cooperación internacional. Ahora son 1 600 000 hectáreas y la idea es terminar en el 2025 con 1 900 000 hectáreas; es decir, 300 000 hectáreas más incorporadas a Socio Bosque para el 2025. Estas también contribuyen a la meta 30×30.
En el acuerdo alcanzado en la COP15 también se establece la disminución progresiva o eliminación de los subsidios a actividades perjudiciales para la naturaleza. ¿Cómo se aplica en Ecuador?
Es un tema delicado para Ecuador. Tenemos una inversión en subsidios, por decirle de alguna manera, que es más alta que la inversión que se hace en salud y en educación. Se empezó por eliminar los subsidios al sector camaronero que son alrededor de USD 160 millones, que se van a invertir en proyectos sociales. Si estamos hablando de un Ecuador pospetrolero, los subsidios deberán desaparecer poco a poco.
¿Ya estamos en un Ecuador pospetrolero?
Se inicia con la transición ecológica. Ahora estamos empaquetándolo de alguna u otra manera para empaquetar las rutas porque es una meta interinstitucional, interministerial y del sector privado, sector público, multilaterales y ONGs que queremos adoptar.
¿Se podría hablar también de un Ecuador posminero?
Yo creo en los minerales. Son un recurso necesario para la grabadora, el celular, las luces que nos iluminan aquí, pero más que eso, para el cambio de movilidad. Para hacer los carros eléctricos, el silicio y aluminio para los paneles solares, el acero para las torres eólicas. Entonces, no me imagino salvándonos sin minerales. Más bien creo que, si no los obtenemos, vamos a retrasar el cambio de matriz energética. El tema de nuevo es dónde hacerlo, cuánto les queda a las comunidades, con qué tecnología lo hacemos. El tema es que tenemos la biodiversidad arriba y los minerales abajo. ¿Cómo llegamos a ellos, sin afectar lo de arriba? Eso es lo que hay que discutir.
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