Agua: "el problema de salud número uno en Galápagos"

La falta de plantas de tratamiento, la presión turística y la desnutrición son los retos más urgentes.

Agua: "el problema de salud número uno en Galápagos"
Las aves son una de las especies más vulnerables a brotes producidos por virus y son también un vehículo de contagio. Foto, cortesía Andrew Russell.

La falta de tratamiento de las aguas de desecho, las plantas y animales invasores y la desnutrición en mujeres y niños están entre los principales problemas de salud en el archipiélago de Galápagos.

En entrevista con Youtopia, Carlos Mena, codirector del Galápagos Science Center de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), nos cuenta qué están haciendo el Estado, las universidades y las Organizaciones no Gubernamentales (ONGs) para resolver estos retos.

Uno de los pasos más importantes ha sido la firma de un convenio entre la USFQ y el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública de Ecuador (INSPI) para estudiar la interacción entre seres humanos y vida silvestre.

"Galápagos es una suerte de laboratorio, único en el mundo, para observar las relaciones entre el ser humano y la naturaleza a través del lente de la salud, por ejemplo", dice Mena.

Piquero de Patas Azules, una variedad de alcatraz que es característica de Galápagos. Foto: Andrew Russell.

¿Qué hace que Galápagos sea este laboratorio-observatorio ideal?

Es un lugar aislado, probablemente el archipiélago mejor conservado del mundo, entonces tiene un nivel de endemismo muy alto y una biodiversidad enorme.

Pero también afronta retos, como la provisión de agua potable, el tratamiento de aguas de desecho o de alcantarillado.

Galápagos vive una serie de presiones, entre ellas la demanda de recursos que implica el sector turístico.

A lo anterior tenemos que sumar factores externos, como el cambio climático, la ubicación única del archipiélago que, si bien ha permitido una enorme diversidad biológica, lo hace vulnerable a las enfermedades infecciosas.

Por eso hemos dado pasos para tener un convenio con el INSPI y acabamos de inaugurar el laboratorio de salud animal.

Inauguración del Laboratorio de Salud Animal de la USFQ en Galápagos. A la izquierda Carlos Mena y el director de la universidad, Diego Quiroga. Foto: Cortesía.

También abrimos un área de bioinformática para hacer investigaciones y análisis que antes no se podían hacer, que nos permiten detectar enfermedades en muy poco tiempo.

¿La combinación de un ecosistema único, más la existencia de una población humana, la presión por los recursos como el agua, más una industria turística potente cómo se refleja en la salud global de Galápagos?

La salud está conectada, es una sola cadena. Lo que le pasa a los ecosistemas afecta a los animales lo que, a su vez, tiene efectos en las personas.

Carlos Mena, codirector del Galápagos Science Center de la USFQ.

Un ejemplo de ello es la gestión del agua potable y del agua residual, esta última, al no recibir tratamiento en una planta, llega a las bahías y las contamina, lo que altera los ecosistemas y al final el efecto llega a las personas.

¿Cómo se trata el agua residual en Galápagos?

Depende de la isla de la que estemos hablando. En Santa Cruz se la inyecta directamente en el suelo, todavía no hay un proceso de tratamiento.

En San Cristóbal existe una planta de tratamiento, pero muchas veces no alcanza para procesar toda el agua con desechos o se avería. En Isabela no hay una planta lo suficientemente grande.

Cuando el agua residual llega al mar enferma a los ecosistemas, estos ecosistemas enferman a los animales silvestres y estos, a su vez, contagian a los animales domésticos.

Lo mismo pasa con otras patologías, como el distemper, que se transmite de los perros que son mascotas a los lobos marinos y que, teóricamente, puede llegar a los humanos.

Lobos marinos en Galápagos. Foto cortesía.

¿Qué porcentaje del agua que se usa en Galápagos y que luego se convierte en agua residual pasa por una planta de tratamiento antes de llegar al suelo o al mar?

En San Cristóbal puede llegar al 100%, el problema es que la planta a veces deja de funcionar o se satura, no es algo común pero tampoco es raro que suceda.

Mientras que en Santa Cruz el agua residual se deposita en la tierra y eso contamina la capa freática, lo que causa daños en las fuentes de agua. O también se desecha directamente en las bahías.

Este es un grave problema que no solo se ve en Santa Cruz sino en la gran mayoría de las ciudades de Ecuador.

¿Y en la Isla Isabela cómo es la situación?

Hay plantas muy pequeñas y un gran déficit de procesamiento de aguas servidas.

Las limitaciones en cuanto al acceso al agua potable y la falta de procesamiento del agua de residuo se han convertido en el problema de salud número uno en Galápagos, tanto para los humanos como para el ecosistema y la fauna silvestre.

Estamos viendo enfermedades relacionadas con la mala calidad del agua, como problemas en la piel e infecciones gastrointestinales entre la población local y los turistas.

¿Qué tan comunes son estas enfermedades en las islas? ¿De qué tamaño es el problema?

Es un problema considerable, especialmente en Santa Cruz, que es la isla polo del desarrollo turístico, donde se siente la falta de agua potable.

Entonces la Universidad San Francisco de Quito, junto con el Parque Nacional Galápagos y el INSPI estamos trabajando en un sistema de monitoreo, para establecer dónde está el agua contaminada y cuál es el grado de contaminación y los riesgos que representa para el ecosistema y para las personas.

¿Además de los que hemos mencionado, cuáles son los mayores retos de salud en Galápagos?

Uno de los asuntos que hemos estado monitoreando es la nutrición. La seguridad alimentaria en las islas es un reto enorme.

En San Cristóbal, cerca de la mitad de las mujeres y de los niños tienen obesidad y, al mismo tiempo, padecen de desnutrición. Esto responde a lo difícil que es acceder a alimentos saludables, seguros y a tiempo en Galápagos.

En San Cristóbal, cerca de la mitad de las mujeres y de los niños tienen obesidad y, al mismo tiempo, padecen de desnutrición.

Mucha de la comida que se consume en el archipiélago es importada desde el continente y, casi siempre, son productos enlatados.

Las verduras y los vegetales que se producen en Galápagos en las zonas agrícolas son insuficientes o se destinan al sector turístico, entonces la población local no tiene acceso a alimentos frescos.

Necesitamos un ecosistema agrícola saludable, que sea productivo y no esté abandonado.

Piqueros de Patas Azules. Foto: Andrew Russell.

¿Cómo tener un sistema agrícola en un sitio donde llevar cualquier otra especie externa puede crear una amenaza biológica? Hablemos de casos como el de las plantas de mora, que se convirtieron en una plaga.

En la zona agrícola de Galápagos existen muchos cultivos que pueden ser aprovechados.

Incluso hay cultivos que se pierden por falta de uso adecuado. Hay que hacer más bancos de semillas comunitarios y más tecnificados, incluyendo bancos de germoplasma para guardar la biodiversidad agrícola de Galápagos.

El primer rol de la agricultura en Galápagos, con las plantas y los cultivos que ya existen, es alimentar a la población local.

Desde luego, hay que luchar contra las especies invasoras, como la mora y la guayaba. Pero si el agricultor tiene su finca activa, cuidada, no representan ninguna amenaza.

El problema es cuando el agricultor, por falta de incentivos positivos, abandona la tierra, ahí es cuando las especies invasoras se salen de control.

¿Cuántas fincas y hectáreas agrícolas hay en Galápagos?

La zona de uso humano en Galápagos está limitada al 3% de la superficie del archipiélago. Estamos hablando de alrededor de 800 fincas pequeñas.

¿De esas 800 fincas cuántas están abandonadas y en cuántas hace falta trabajar para que los agricultores vuelvan?

Estimamos que alrededor de la mitad de esas fincas no está activa, no diría completamente abandonadas porque hay una actividad esporádica, pero no están dedicadas en un 100% para la producción agrícola o ganadera.

¿Cuáles son los incentivos negativos para la producción agrícola?

En las islas es muy difícil contratar trabajadores, el acceso a los insumos, maquinaria, tecnología y créditos es restringido y costoso.

¿Si hay niños y mujeres con obesidad y desnutridos, al mismo tiempo, porque el modelo agrícola en Galápagos no funciona, esto cómo se refleja en la salud de los ecosistemas y de la fauna?

La zona agrícola está ubicada en las partes altas de las montañas, que es hábitat de un conjunto de especies de aves y de insectos, por mencionar algunos, cuando existe la invasión de las especies, como la mora y la guayaba, ese balance ecológico cambia.

Los insectos endémicos o nativos son reemplazados por otras especies y eso genera una cascada de consecuencias en la biodiversidad: desaparecen los hábitats y con ello las plantas y las aves nativas, por eso es importante tener sistemas agroforestales amigables.

¿Qué son los sistemas agroforestales amigables?

Aquellos donde se mezclamos los cultivos con árboles nativos, por ejemplo, y creamos un entorno que es compatible con la biodiversidad.

¿Cómo se articula el INSPI en toda esta visión?

El INSPI no había tenido desde hace mucho tiempo una oficina en Galápagos, entonces con esta asociación queremos estudiar mejor cómo se producen y cómo se transmiten estas enfermedades en lugares clave, como en la zona agrícola o en el sistema marino costero.

Existen enfermedades muy serias, como la gripe aviar, que puede llegar a Galápagos de nuevo. Por eso estas alianzas son muy importantes para prevenir y controlar brotes.

Hay poblaciones especialmente vulnerables, como los cormoranes no voladores (que solo existen en Galápagos, ndr). Un brote de gripe aviar en las islas podría ser potencialmente desastroso.

¿Cómo se puede prevenir?

Haciendo vigilancia epidemiológica y para eso se necesitan alianzas, porque una sola organización no puede hacer todo, considerando que hay que ir playa por playa y visitar lugares clave para tomar muestras, hacer necropsias en animales, etcétera.

Actualmente la vigilancia epidemiológica se aplica pero de manera fragmentada, el Parque Nacional Galápagos (PNG) la hace, la llevamos a cabo las universidades, la Fundación Charles Darwin, las ONGs, pero cada uno en su área.

La idea es que, a través de un nuevo sistema sanitario, unamos todos los esfuerzos y compartamos información, recursos y know how.

Y esto ya está en marcha, tuvimos nuestro primer taller hace en febrero de 2025 con 12 organizaciones, diseñamos una hoja de ruta, en conjunto con el PNG  y la Agencia de Biorregulación, más la Fundación Charles Darwin y el INSPI, además de varias ONGs, como Pro Animalia.

Los perros pueden contagiar el distemper a los lobos marinos. Foto: Carlos Gavela.

¿Cuáles son los virus, las bacterias y los patógenos que más riesgos presentan para las islas?

La malaria aviar, la gripe aviar, el distemper, la toxoplasmosis, que pueden ser transmitidas por especies invasoras como las ratas y los gatos.

También son un riesgo los patógenos que llegan desde el continente, sobre todo en los cargamentos de alimentos que llegan por barco todas las semanas.

La Agencia de Biorregulación, cuyo trabajo es buscar especies invasoras en estos cargamentos, encuentra iguanas, insectos, ranas, etcétera. Sin mencionar a los microorganismos.

Con el crecimiento turístico y de las importaciones de alimentos a las islas el riesgo sigue aumentando.

Así empiezan los brotes de enfermedades y el problema de las especies invasoras que destruyen a las especies nativas, eso no ha ocurrido en Galápagos, pero sí se ha visto en otros archipiélagos, como Hawái.

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¿Qué pasa con los animales, perros y gatos, que llegan como mascotas a las islas?

Representan un gran riesgo, especialmente los gatos ferales. En San Cristóbal están en todo el territorio y se comen a las iguanas y tortugas bebés, a las lagartijas, a los geckos, y a las aves.

Una tortuga gigante de Galápagos. Foto Andrew Russell.

¿Cuántos gatos hay en San Cristóbal?

Pueden ser de 5.000 a 30.000 y también hay miles de gatos en Santa Cruz y en Isabela.

Existe una discusión de cómo erradicar a los gatos de manera compasiva y sin acabar con las demás especies, es algo caro y complejo.

¿Ha mejorado la situación desde que Galápagos fue declarado en emergencia hace diez años atrás?

Las cosas han mejorado mucho en la última década, instituciones como el PNG y la Agencia de Regulación y Control de Bioseguridad hacen un trabajo extraordinario.

Tenemos el archipiélago mejor conservado del mundo y eso es un orgullo para los ecuatorianos.

Pero la conservación también depende mucho de la comunidad local y de los turistas, todos debemos colaborar.