Ecuador: ir a la transición energética o marchar en el mismo terreno
Las energías no convencionales son una ventana al futuro, aunque significan más inversión. Un informe de la CAF presenta dos escenarios extremos.

Por Álvaro Samaniego
Hoy sucede con las energías renovables no convencionales (ERNC) lo mismo que en el pasado con los ríos. Ecuador miró cómo fluía abundantemente el agua, un recurso que a la vuelta del tiempo se volvió fundamental.
El calentamiento global ha modificado esta realidad y el futuro energético ecuatoriano plantea varios desafíos y acciones. El Banco de Desarrollo de América Latina y El Caribe (CAF, por las siglas de su nombre anterior) hizo su análisis.
En “La transición energética de América Latina y el Caribe: Una visión de sus oportunidades y desafíos hasta 2050. Contexto actual y caminos para el futuro en Ecuador”, publicada a inicios de 2025, revisa con profundidad las principales variables.
Plantea para Ecuador dos escenarios, con un horizonte a mitad del siglo XXI. En el primero, supone que las cosas se sigan haciendo como hasta ahora, para lo cual usa una frase popular en inglés: "business as usual (BAU)", sin cambios.

En el segundo escenario, intenta proyectar qué pasaría si se opta por darle prioridad a las ERNC, es decir, hacer la transición energética (TE). Hay una meta común para los dos casos: tener emisiones al menos neutras en el 2050.
Las energías convencionales son la hidroelectricidad, así como la generada por combustibles fósiles. Las no convencionales son geotérmica, fotovoltaica, eólica y biomasa. La CAF agrega el “bombeo”, que se explica más adelante.
Los escenarios y sus costos
Si se insiste con la alternativa BAU, en 2050 el 42% de la energía será generada por las ERNC y para este objetivo será necesaria una inversión de USD 13.732 millones, a razón de algo más de USD 500 millones al año.
De esta manera se cubrirá una demanda proyectada de 50.000 MW, pero no se alcanzará la meta de carbono neutro (en síntesis, capturar tantos gases de efecto invernadero como se emiten).
Si se considera la alternativa de la transición energética, la inversión sería mucho mayor (USD 24.821 millones). El resultado serán la eliminación completa de los combustibles fósiles y una huella de carbono en cero.
Esa tendencia efectivamente existe, pero el panorama ecuatoriano se avizora poco optimista, si se relaciona con lo que sucede en otros países de la región. Chile y Costa Rica están mucho más avanzados.
Eliminación de la energía sucia
El informa de CAF tiene, en el centro de sus objetivos, “descarbonizar” la electricidad. Es decir, reducir hasta cero todos los sistemas de generación que producen gases de efecto invernadero.
No hay que olvidar que en Ecuador aproximadamente una tercera parte de la contaminación se produce por el tipo de generación que predomina.
“La gestión de las intermitencias, la dificultad y el costo del almacenamiento de electricidad y la sustitución completa del millonario parque de motores de combustión por motores eléctricos suponen una transformación sustancial que requiere importantes inversiones”, menciona la CAF.
Por eso, la estrategia que finalmente propone es dejar de hacer lo mismo y cambiar hacia alternativas que sí existen y que cada vez son más accesibles para presupuestos limitados.
Las políticas públicas implementadas por la administración gubernamental de Daniel Noboa pone sobre los hombros de la empresa privada la mayoría de las inversiones en ERNC.
El decreto que modificó el reglamento de la Ley Orgánica del Servicio Público de Energía Eléctrica (julio de 2025) obliga a los distribuidores estatales a crear fideicomisos para garantizar el pago a generadoras privadas.
Por otro lado, ordena la creación de fondos contingentes y garantías de liquidez para cubrir eventuales impagos y entrega una delegación directa para proyectos ERNC hasta 100 MW a impresas privadas, con tarifas preferentes y procesos simplificados.
Bombeo para la generación
Una preocupación mayor se ha instalado cuando se revisan las estrategias del sector energético: la vulnerabilidad. Los cambios en el clima provocan estiajes más largos y acentuados.
La nueva realidad empuja a las autoridades a la salida más rápida: motores de generación alimentados por combustibles fósiles, cuando lo más importante es reducir las dependencias. Ecuador, ahora mismo, está a merced del clima.
La CAF pone énfasis en la debilidad en el almacenamiento de energía. Un método para “guardar electricidad” es el bombeo. Consiste en construir una represa río abajo del desfogue del agua que se usó para la generación.
Allí se instalan bombas que devuelven el agua al embalse que conduce el líquido a los motores de generación. Así, un gran volumen de agua se puede usar muchas veces, lo cual reduce la vulnerabilidad derivada de la falta del líquido.
El estudio propone un cambio del origen de la electricidad. En un escenario de transición energética (TE), la propuesta de la CAF provocará una evolución respecto a lo que sucede actualmente sin tomar en cuenta las grandes hidroeléctricas y los combustibles fósiles, como se observa en el siguiente gráfico:

Como dato al margen, el 19 de julio de 2023 el Ministerio de Energía y Minas presentó oficialmente la Hoja de Ruta y la estrategia nacional para la producción y uso del hidrógeno verde.
Hasta la fecha de publicación de este artículo, no se encontró ninguna información que indique que los objetivos se han cumplido o están en proceso de alcanzarse. Más bien, se nota estancamiento.
La transmisión, cuello de botella
Tanto como la generación, la transmisión de energía representa actualmente un problema, debido a las limitaciones del Sistema Nacional Interconectado.
Aparte de lo descrito en el gráfico siguiente, el sistema incluye las interconexiones con Perú (110 km) y Colombia (dos líneas de 270,7 km y 15,5 km).

El estudio de CAF presenta una lista de 8 brechas y oportunidades. Su atención permitirá alcanzar las metas deseables.
- La primera es la carencia de una política integral para las ERNC.
- Sí existe, al contrario, un marco legal e institucional que sienta bases sólidas para el desarrollo de políticas, planes y programas de eficiencia energética.
- Se han implementado políticas y regulaciones favorables para la electromovilidad, incluyendo tarifas de recarga de vehículos, pero todavía falta.
- Se necesita acciones concretas para incorporar regulación asociada a la cadena de valor del hidrógeno verde y desarrollar proyectos piloto.
- La implementación de medidores inteligentes y proyectos de generación fotovoltaica está retrasada: falta financiamiento y una política integral.
- Hay desafíos importantes en la concesión de proyectos de energía generada por gas natural, un elemento que puede constituirse en el factor de transición energética.
- Se requiere una revisión y actualización de los marcos regulatorios de la generación distribuida, para un mayor despliegue de la tecnología y el mejor aprovechamiento del recurso solar.
- Se ha contratado una consultoría para evaluar la implementación de almacenamiento a gran escala.
Con lo descrito, la CAF considera que se puede migrar de un concepto de repetir lo mismo a otro de transición energética, que pondrá al país en una posición adecuada frente a sus responsabilidades futuras.