La academia contribuye a buscar la factibilidad de nuevos bionegocios en el sur del país
Redacción Youtopía
Proteger los bosques, reducir las tasas de deforestación, mejorar la calidad de vida de las comunidades indígenas y promover el desarrollo de bionegocios.
En esos cuatro objetivos se puede resumir el alcance de un proyecto impulsado por los ministerios de Ambiente y Agricultura, a través de Proamazonía, con la participación de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL).
Estas entidades suscribieron un convenio de colaboración en febrero del 2019. Lo pusieron en marcha en marzo de ese año y los resultados los presentaron este 5 de abril de 2023.
Como lo reconoció la rectora subrogante de la UTPL, Rosario de Rivas, el nombre del convenio es ‘bastante largo’, pero en cada palabra se resume el alcance de la iniciativa.
Se denomina Convenio de colaboración interinstitucional entre el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (Maate), Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y la UTPL, para la investigación aplicada y la identificación de oportunidades de negocio, a partir de los productos forestales no maderables de los bosques amazónicos y bosques secos del sur del país.
Los principales resultados alcanzados con el proyecto
Las áreas de intervención donde se desarrolló el proyecto, en los últimos cuatro años, fueron las provincias de Morona Santiago, Zamora Chinchipe y Loja.
Los beneficiarios fueron 204 familias de los cantones Morona, Nangaritza, Taisha y Zapotillo.
Entre los hitos alcanzados está la elaboración de un libro con publicaciones científicas y técnicas para productos forestales no maderables de la zona del proyecto.
También se cuenta la instalación de una planta piloto de aceites vegetales en la comunidad Mashumarentza (Morona Santiago).
Además, la preparación de una guía para la implementación de corredores de conectividad biológica y la elaboración de 11 prototipos de bionegocios alimenticios, nutracéuticos y cosméticos, con especies seleccionadas.
Entre las especies que han sido tomadas en cuenta constan el ishpingo, morete y ungurahua. Esto, para promover su desarrollo productivo a través de la investigación científica y académica.
Omar Malagón, coordinador del proyecto y docente de la UTPL, destacó el trabajo orientado a realizar inventarios de campo para determinar las especies existentes y las cantidades de recursos, la propuesta de planes de manejo de las especies y de bionegocios.
Para la gerenta de Proamazonía, Patricia Serrano, los logros alcanzados a través de esta asistencia técnica, para identificar oportunidades de negocio a partir de los productos forestales no maderables, se han convertido en un catalizador de oportunidades.
“Así, podemos continuar en el camino de aplicar un modelo que permita a las comunidades aprovechar su biodiversidad e impulsar medios de producción sostenible a partir de los bionegocios”, señala la funcionaria.
La conservación de la biodiversidad y los objetivos ODS
“Nuestro país tiene un gran potencial en el desarrollo forestal, tanto de productos maderables como no maderables”, sostiene Juan Cedeño, director de Productividad y Nutrición Pecuaria del MAG.
Es por ello, dice, junto con el Maate y a través de Proamazonía, “trabajamos con productores, comunidades indígenas, y organizaciones asociativas, con una perspectiva sostenible y libre de deforestación”.
Durante la ejecución del convenio, la UTPL ha sido un socio estratégico en la promoción de las relaciones entre la ciencia y la sociedad, generando procesos de aprendizaje a través de la transferencia de conocimientos e investigación con las comunidades amazónicas.
Ese es el criterio de Mónica Andrade, coordinadora del Área de Ambiente y Energía del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Ecuador.
La funcionaria menciona que a través de estas iniciativas se promueve el cumplimiento de las metas trazadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Entre ellos menciona el 15, relacionado con la vida de los ecosistemas terrestres. El 12, que aspira una producción y consumo responsable. El 8, que promueve el trabajo decente. Y el 13, que se refiere a las acciones contra el cambio climático.
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