COP30: entre la omisión de los combustibles fósiles y una adaptación sin financiamiento

La Cumbre de Brasil finalizó sin acuerdos trascendentes. En la COP31 de Turquía se espera concretar una hoja de ruta sobre los combustibles.

COP30: entre la omisión de los combustibles fósiles y una adaptación sin financiamiento
El presidente de la COP30, André Correa do Lago, durante la Plenaria de Cierre de la Conferencia en Belém. Foto: Ueslei Marcelino/COP30

Por Isabel Alarcón, desde Belém

Después de dos semanas de negociaciones, y con un día de retraso, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP30) llegó a su fin el 23 de noviembre del 2025, en Belém, Brasil.

Tras una plenaria final intensa y confusa, se aprobó el paquete conocido como “Mutirāo”, nombre que se refiere a “esfuerzo colectivo”, el cual incluye temas como adaptación y financiamiento, pero que deja de lado cualquier referencia a los combustibles fósiles

“Sabemos que algunos de ustedes querían mayor ambición en algunos temas que aprobamos. Se que nos demandarán que hagamos más y quiero reafirmar que trataré de no decepcionarlos”, decía André Correa do Lago, presidente de la COP30, durante la plenaria de cierre, que arrancó alrededor de las 13:00, hora de Brasil, y se extendió hasta la noche. 

Los textos aprobados son un reflejo de los debates que se mantuvieron entre el 10 y el 22 de noviembre, fechas en las que se llevaron a cabo estas negociaciones en la ciudad amazónica. Esta COP se realizó en un momento y en un lugar especial.

Este año se cumplió una década de la firma del Acuerdo de París, que compromete a los países a evitar que la temperatura del planeta alcance los 2 °C hasta finales de siglo. Hasta el momento, el mundo ya ha alcanzado los 1,2 °C. 

El paquete “Mutirāo” fue aprobado sin incluir ninguna referencia a los combustibles fósiles, pese a que más de 80 países pidieron una hoja de ruta para su eliminación.

Esta fue la primera vez que una COP de cambio climático se realizó en la Amazonía, lo que, desde un inicio, generó más expectativas sobre la participación de pueblos y nacionalidades indígenas y la posibilidad de llegar a acuerdos que beneficien a América Latina. Sin embargo, los resultados no fueron los esperados para la región. 

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El tema se incluyó en el primer borrador del paquete de decisiones más esperado en Belém, pero no se mencionó en una nueva versión, en medio de la incertidumbre

Transición lejos de los combustibles fósiles 

En la COP28, en Dubai, los casi 200 países que son parte del Acuerdo de París se comprometieron a “transicionar lejos de los combustibles fósiles”, tras el primer Balance Mundial, que demostraba que esta acción es necesaria, si se quiere evitar que la temperatura del planeta continúe en aumento. 

Sin embargo, no se establecieron tiempos ni formas en las que esta medida se llevaría a cabo. Por eso, aunque no era parte de la agenda, más de 80 países firmaron un pedido para que se establezca una hoja de ruta en esta COP30, para transicionar lejos de los combustibles fósiles. 

En el primer borrador de este texto, la hoja de ruta se incluyó entre las opciones, pero en la última versión, finalmente fue removida. Esto causó la indignación de algunos países como Colombia, que en esta COP abogaron por esa transición.

“La eliminación de los combustibles fósiles no es necesaria, sino inevitable. Ahora el mundo debe decidir cómo y qué tan rápido”, dice Irene Vélez, ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia

Vélez tuvo un papel protagónico en esta COP, donde presentó la Declaración de Belém, que es una iniciativa respaldada por 24 países y que busca una hoja de ruta que guíe de forma concreta a los países para eliminar los combustibles fósiles.

También anunció que, en alianza con el Gobierno de Holanda, organizarán la primera conferencia internacional en transición justa lejos de los combustibles fósiles. Este evento será en Santa Marta, en Colombia, el 28 y 29 de abril del 2026. 

Correa do Lago señaló durante la plenaria, que los temas vinculados a dejar la dependencia en el petróleo, el gas y el carbón justamente se seguirán tratando en el encuentro en Colombia.

Ante las críticas por la remoción de los fósiles del texto final, el Presidente de la COP anunció que Brasil creará dos hojas de ruta: una enfocada en detener la deforestación y otra para transicionar lejos de los fósiles de una forma justa, ordenada y equitativa. Ambas serán presentadas en la COP 31, en 2026, en Turquía.

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Adaptación: un tema todavía pendiente

Aunque se suponía que esta sería la “COP de la adaptación”, los resultados dejaron un mal sabor, sobre todo a los países latinoamericanos.

Durante estas dos semanas se estuvo discutiendo acerca de los indicadores que permitirán medir las acciones que las partes están llevando a cabo para adaptarse al cambio climático

En la COP previa, ya se decidió que el número máximo de indicadores serían 100 y en esta conferencia debían definirlos. Sin embargo, en la última semana, las negociaciones se complicaron, ya que los países africanos buscaban que se aplace esta aprobación hasta la COP32, que se realizará en Etiopía. Es decir, dos años más. Este grupo pedía que primero se definieran temas de financiamiento.

Los delegados de los países latinoamericanos querían que se aprobaran en este encuentro, como estaba planificado. Finalmente, en la plenaria, Correa do Lago anunció que había un acuerdo en torno a los indicadores de adaptación.

El problema fue que estos no eran los que se esperaban, lo que causó la molestia de los representantes de América Latina. 

Panamá está extremadamente decepcionado. Nos prometieron un proceso transparente. Eso no es lo que estamos viendo. Yo levanté mi bandera y usted me ignoró”, dijo la delegada del país centroamericano, tras el anuncio de la aceptación de los indicadores. Una postura similar tuvo Uruguay, en representación de su bloque integrado por Paraguay, Argentina y Ecuador

En la COP30 solo se aprobaron 59 indicadores de adaptación en lugar de los 100 previstos, sin compromisos claros de financiamiento, lo que generó fuerte molestia en países latinoamericanos.

Sandra Guzmán, representante del Grupo de Financiamiento Climático de América Latina (GFLAC), explica que estas posturas se relacionan con la falta de transparencia que existió durante el proceso. 

“En lugar de los 100 indicadores se aprobaron 59, que no fueron del todo discutidos y que además estaban sujetos de alguna manera a tener financiamiento, pero de acuerdo a la decisión, no hay compromiso financiero para apoyar el monitoreo de estos indicadores”, sostiene Guzmán. Esto se traduce en una mayor carga para los países. 

Además, se aceptó triplicar la financiación para temas de adaptación. El problema, dice Guzmán, es que no va a ser a 2030, como originalmente se quería, sino a 2035. “Es decir, en 10 años vamos a estar triplicando el financiamiento para la adaptación y para ese momento es un poco tarde”, agrega. 

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Amplia representación de pueblos indígenas 

Uno de los aspectos que resalta de esta COP es la amplia presencia de pueblos y nacionalidades indígenas. Se estima que unos 900 representantes estuvieron acreditados en la zona azul, donde se llevaron a cabo las negociaciones.

También se realizaron iniciativas para llevar las voces indígenas a esta conferencia, como la flotilla amazónica Yaku Mama, que salió de El Coca, en Ecuador. 

“Allí donde vivo, venimos sufriendo el cambio climático, los incendios, la tala de madera, y el río se está secando. Actualmente, sufrimos con la plantación de mandioca. Plantamos, pero no nace porque hace mucho calor. Hace mucho calor, y ya no podemos plantar”, señala Lau Bruno Xulu del pueblo Waura de Brasil y de la organización ATIX-Movimento de jovens do territorio do xingu (MJTIX), sobre la importancia de llevar sus vivencias a estos espacios. 

Brasil anunció que presentará dos hojas de ruta en la COP31 (2026): una para detener la deforestación y otra para transicionar lejos de los combustibles fósiles de forma “justa, ordenada y equitativa”.

Sin embargo, la representación de pueblos indígenas se queda corta al compararlo con los 1.600 representantes de empresas de la industria fósil que estuvieron presentes en Belém. 

Ahora las delegaciones se preparan para la siguiente conferencia que será en Turquía, en 2026. Para Guzmán, “cada COP es parte de un proceso. Este fue un proceso que no necesariamente fue el deseado y nos termina dejando muchas cosas pendientes a los países en desarrollo”. 

Unos 900 representantes de nacionalidades y pueblos indígenas estuvieron acreditados en la COP30. Foto: Alex Ferro/COP30