La probabilidad de mordedura de tiburón en Galápagos es 1 en 300 mil
Por Isabel Alarcón
En Galápagos existen 35 especies de tiburones y ninguna se alimenta de humanos. A diferencia de lo que se ve en las películas, las personas no forman parte de la dieta de los animales y las mordeduras también son eventos inusuales.
Durante el 2022, la Universidad de Florida registró 57 “mordeduras no provocadas” de tiburones a humanos en todo el mundo. Esta clasificación se refiere a eventos en los que el animal muerde a la persona, sin que esta lo provoque. Por ejemplo, mientras está nadando o surfeando.
Las cifras demuestran que es más probable morir, por ejemplo, por la picadura de una abeja, que por la mordedura de un tiburón, o que a una persona le caiga un rayo, a tener el ataque de este animal. Sin embargo, este 4 de julio del 2023, un tiburón mordió a una persona en Galápagos. Esto ha levantado las alarmas sobre las razones de este evento y la amenaza para otros turistas.
Alex Hearn, profesor investigador de Biología Marina de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), explica que la probabilidad de un incidente con un tiburón en Galápagos es de 1 en 300 000.
Si se toma en cuenta que cada año hay alrededor de 300 000 personas en el archipiélago, y que se registra entre una y tres mordeduras anualmente, las posibilidades de que esto suceda son muy pocas.
17 mordidas de tiburón en 20 años, en Galápagos
Cesar Peñaherrera, doctor en Ciencias Marinas Cuantitativas e Investigador de Migramar, se dedicó a analizar estas interacciones entre tiburones y humanos en las islas Galápagos durante 20 años. Su estudio revela que hubo 17 eventos de este tipo entre 1989 y 2009.
Por lo general, eran uno o dos por año, dice el especialista. En años atípicos, como 2009, se pudieron registrar hasta cuatro.
De los 17 eventos, 12 fueron verificados en los registros de clínicas privadas o fuentes directas. Los restantes no pudieron comprobarse por falta de datos. Por otro lado, la mayoría ocurrieron en el núcleo del eje turístico-económico de Galápagos y los demás en su periferia.
El estudio explica que el aumento de personas en la Reserva Marina de Galápagos ha aumentado la probabilidad de interacciones negativas entre tiburones y humanos, como ya ha ocurrido en otras partes del mundo.
¿Por qué pueden ocurrir estos encuentros?
Alex Hearn describe dos razones probables por las que un tiburón podría morder a una persona. La primera es que se sienta acorralado, lo cual no cree que ocurrió en el caso más reciente en Galápagos.
La segunda opción es que el tiburón confunda al humano con su presa. Esto puede ocurrir cuando hay gente en el agua en los lugares donde está el alimento de los tiburones. Además, se agrava si las personas están nerviosas o incómodas.
Antes de capturar a su presa, los tiburones detectan sus pulsos por sus movimientos. Cualquier animal en la superficie que se mueva de forma errática, llama la atención del tiburón, que interpreta que es una presa fácil. Normalmente se relaciona con una ave marina que está aprendiendo a volar y se cayó al agua, o un lobo marino que todavía no está seguro en el mar.
César Peñaherrera explica que en su estudio se determinó que las mordidas de tiburón se asocian a ciertos lugares donde hay mal manejo de desechos orgánicos y abuso de material orgánico para atraer a los tiburones.
Esto último se refiere a que, en algunas zonas, se usaba carnadas o pescado para atraer a los tiburones. La práctica empezó a cambiar la conducta de estos animales y los volvió más alertas a buscar comida en el agua. Sin embargo, a pesar de que la práctica de lanzar este alimento para atraer al tiburón estaba ocurriendo todos los días, no existieron ataques o mordeduras a diario.
También se estableció una conexión de ciertos lugares donde había liberación de desperdicios de barcos o desperdicios de comida en los puertos con eventos de mordeduras de tiburón.
Otra razón que se está analizando es la asociación con el fenómeno de El Niño. Hearn dice que pudo ser un nuevo espécimen que llegó por este fenómeno o que la comida está escasa y por eso están desesperados. Hasta el momento no hay pruebas en el país de que El Niño aumente el riesgo de mordeduras.
¿Cómo disminuir las interacciones negativas entre tiburón- humano?
Para Cristina Cely, veterinaria y directora de One Health Ecuador, es importante recordar que los tiburones no salen a buscar a los humanos. Por eso, la ambientalista recalca la importancia de no utilizar términos como “ataque”, ya que la mordedura es el resultado de una interacción o evento negativo para ambas partes.
Hay situaciones que aumentan las probabilidades de que estos eventos ocurran. Cely enfatiza que los humanos son los que están entrando al hogar de las especies marinas, por lo que deben tomar ciertas precauciones.
Por ejemplo, recomienda no entrar al mar en horas en las que estos animales se alimentan, como las 06:00 o desde las 17:00. Si se ve a un grupo de tiburones comiendo o cazando, tampoco es buena idea. No es indicado entrar en zonas donde habitan las especies de las cuales se alimentan los tiburones, como los lobos marinos. Si visitan estos sitios, deben hacerlo en grupos.
Alex Hearn cree que es necesario revisar la ubicación de los sitios de snorkel y analizar cuáles están frente a las loberías, para tomar medidas, sobre todo en esta época del fenómeno de El Niño. Además, espera que se construya un registro oficial de los ataques, ya que los datos de 2009 de Peñaherrera son los más actualizados.
Los investigadores insisten en no “demonizar” a los tiburones por estos encuentros ni dejarse llevar por la mala fama creada por Hollywood. En realidad, estos animales son esenciales para el equilibrio del planeta, pero están en riesgo. Cada año, se calcula que mueren 100 millones de tiburones y rayas en el mundo por las capturas accidentales y la sobrepesca.
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