El sector de la construcción incorpora prácticas sostenibles en beneficio del cuidado ambiental
Por Cristina Márquez
Las edificaciones construidas con prácticas más sostenibles para el medioambiente tienen más demanda en el país. Para la Federación Ecuatoriana de Cámaras de la Construcción, esto motivó a los constructores a reemplazar materiales y adaptar los métodos constructivos con menos impacto ambiental, a las exigencias locales.
Ese gremio agrupa a arquitectos, ingenieros civiles y propietarios de proyectos inmobiliarios de todo el país, quienes abordan el tema de la sostenibilidad ambiental con más frecuencia en reuniones, talleres y capacitaciones en el último lustro.
“En un mundo cada vez más consciente de la importancia que tiene la protección del medioambiente para la sobrevivencia en el planeta, los constructores que no modernicen sus prácticas no tienen futuro”, asegura Eduardo Orozco. Él es especialista en construcción sostenible y docente de la carrera de Arquitectura, de la Universidad Nacional de Chimborazo (Unach).
El agua contaminada con químicos y metales pesados, que a su vez también afectan al suelo, y la gran cantidad de escombros y desechos que se originan durante los procesos constructivos son algunas de las preocupaciones de las administraciones de las ciudades. Además, se trata de las dos consecuencias que los constructores están más interesados en mitigar.
La huella que la construcción le deja al medioambiente
Los escombros y residuos de las construcciones representan cerca del 50% de los desechos en vertederos y rellenos sanitarios.
El sector de la construcción también es el responsable del 23% de la contaminación atmosférica y del 40% de la contaminación del agua. Esas son cifras globales publicadas por la revista científica Environmental Studies Journal.
Orozco asegura que el mayor problema de los procesos constructivos en Ecuador son los desechos que se originan y que no pueden ser reciclados. “Los residuos de la construcción no solo terminan ocupando más de la mitad de los rellenos sanitarios, también están en quebradas o a cielo abierto en lotes baldíos y bosques, por la gente que los arroja ilegalmente”.
Otro problema es la gran cantidad de polvo proveniente de piedra fragmentada, del cemento o de la madera. Este polvo fino generado en la construcción que es imperceptible a la vista es llevado por el viento a largas distancias y puede permanecer en el aire por mucho tiempo.
Nuevos métodos de construcción sostenible se abren mercado
Sedemi, una empresa constructora que tiene su planta industrial en Sangolquí (Pichincha), promueve la construcción de inmuebles con un bajo impacto ambiental.
La firma usa estructuras de acero para la cimentación de sus obras. Así ha construido inmuebles para el sector petrolero, instalaciones para telecomunicaciones y otros proyectos de gran escala en diez provincias.
El acero es un material reciclable con un tiempo de vida útil mucho mayor al concreto. Cuando una infraestructura requiere ser demolida, el acero se funde y se vuelve a utilizar sin perder sus propiedades.
Otra ventaja es la reducción de desechos. Las estructuras se hacen con cortes precisos indicados en los planos, hay muy poco desperdicio y un mayor control de los materiales. Todos los procesos de fabricación están digitalizados.
Ricardo Valencia, jefe de sostenibilidad ambiental de la empresa, cuenta que otras medidas que aplicaron para mitigar su huella en el ambiente fue el reemplazo de algunos insumos, como el tíner, por otros solventes más eficaces que permiten la limpieza de las estructuras metálicas con solo un 10% de la cantidad que se utilizaba antes.
La empresa, además, cuenta con una planta de tratamiento de agua que la deja libre de metales pesados antes de liberarla. Después del proceso del galvanizado, para el que se utiliza ácido clorídico, el agua ingresa a la planta. Allí se sedimenta, el PH es reequilibrado, los metales se solidifican y el agua recircula.
“Logramos ahorrar 108 000 litros de agua cada año con nuestras dos plantas de tratamiento de agua. Además, con el reciclaje de 200 toneladas de chatarra y nueve toneladas de papel evitamos la tala de 162 árboles”, dice Valencia.
Energía limpia, otra propuesta del sector para cuidar el ambiente
Imptek Chova del Ecuador, una empresa que funciona desde hace 43 años y está ubicada en el Parque Industrial El Inga, también trabaja en el desarrollo de opciones sostenibles para la industria de la construcción y la vialidad. El 92% de la energía que requiere su planta industrial para el trabajo diario proviene de 1000 paneles solares instalados en su cubierta.
“Con una gran inversión y la instalación de estos paneles que tendrán más de 30 años de vida útil, Imptek marca un nuevo hito en su trayectoria empresarial con la generación de energía limpia y renovable para su proceso industrial, contribuyendo al cuidado del planeta”, informó la compañía.
En una segunda etapa del proyecto la empresa instalará un nuevo sistema denominado ecosistema de cubiertas que, además de aprovechar la energía solar, también recogerá el agua de la lluvia a través de canales y atrapará dióxido de carbono, un compuesto de carbono y oxígeno íntimamente relacionado con el efecto invernadero.
La empresa espera generar 770.000 Kw/h y reducir 333 toneladas de dióxido de carbono (CO2) durante el primer año del proyecto.