Habitantes de Baquerizo Moreno celebran la presencia del oso andino con un festival y más actividades
Por Cristina Márquez
Hasta hace dos años los habitantes de la parroquia Baquerizo Moreno, en Tungurahua, estaban molestos y preocupados por los constantes ataques, presuntamente de osos, a sus reses. En el 2021, incluso se registró en una de las comunidades de esa zona la cacería de un oso andino.
Ese conflicto humano–fauna impulsó al gobierno parroquial a emprender acciones para la protección de esa especie en peligro de extinción. Hoy, la presencia de osos se considera una oportunidad turística.
Un festival para conocer al oso andino, una ruta para recorrer en bicicleta y avistar las aves y fauna del lugar, así como la inauguración de un monumento gigante son algunas de las actividades que se cumplen en Baquerizo Moreno este abril, que fue designado el mes del oso andino.
La campaña ambiental desarrollada por el Gobierno Parroquial tiene el respaldo del Municipio de Píllaro, la Prefectura de Tungurahua, la Fundación Oso Andino, Big Mammals Conservation y otras organizaciones. El objetivo es informar y sensibilizar a los habitantes de Baquerizo Moreno y de las parroquias vecinas, para conservar el bosque andino y a las especies que habitan allí.
Un área protegida y barreras de arbustos, una alternativa para frenar los ataques al ganado
Diego Soria, presidente del Gobierno Parroquial, cuenta que en los últimos cinco años la pérdida de reses por ataques de osos se incrementó. Eso puso en alerta a los habitantes de Baquerizo Moreno y de otras parroquias vecinas.
En esa zona, situada en una estribación de la Cordillera de los Andes, en el área de influencia del Parque Nacional Llanganates, la principal actividad económica es la ganadería. Solo en Baquerizo Moreno, donde habitan 370 familias, se producen en promedio 1.700 litros de leche.
“Las reses pequeñas aparecían muy lastimadas o muertas. La gente estaba molesta, en el 2021 incluso tuvimos el caso de una cacería. Aún estamos investigando este caso”, cuenta Soria.
Los técnicos de la Fundación Oso Andino acudieron a la zona y le explicaron a la gente que las dantas y tapires, las presas naturales del oso, tienen la piel oscura al igual que las reses.
“El alimento natural del oso y su hábitat natural están en peligro debido al avance sin control de la frontera agrícola. Esto impulsa a los animales a acercarse más a las zonas pobladas y a los sitios donde pasta el ganado lechero”, dijo Darwin Núñez, investigador de la Fundación Oso Andino.
El Gobierno Parroquial declaró como área protegida local un espacio de 374 hectáreas. Este lugar, que antes era de uso comunitario, ahora es un bosque protegido por la gente. Allí se instalaron cámaras trampa que permitieron identificar a 45 osos de diversos tamaños y edades que viven allí.
Otra estrategia para evitar la cercanía de los osos al ganado fue la reforestación de especies nativas que formen una especie de cercado natural, para impedir el paso de los mamíferos grandes a los terrenos.
“Como Gobierno Parroquial ofrecemos nuestro contingente a los propietarios de las reses atacadas y contamos con un programa de compensación, para que no se perjudique la parte productiva”, explica Soria.
Exposiciones científicas, un museo y más actividades en la primera edición del Festival del Oso Andino
Científicos, investigadores, ciclistas y emprendedores se congregaron el fin de semana pasado en Baquerizo Moreno, para participar en las 14 actividades programadas en la agenda del Festival del Oso Andino.
La inauguración de una ruta de 11 kilómetros para recorrer en bicicleta fue uno de los actos más concurridos. Deportistas de Tungurahua y Chimborazo participaron en el ciclopaseo inaugural de la ruta que atraviesa los campos y senderos naturales de la parroquia.
“La idea es que los ciclistas puedan observar la flora y la fauna de esta zona de la cordillera. Hay sitios de descanso donde se pueden observar aves y el bosque, que es el hábitat natural de los osos andinos”, señala Soria.
Esta semana se lleva a cabo una campaña de educación ambiental en las escuelas y colegio de la parroquia. Con dibujos y pinturas, los estudiantes hacen interpretaciones artísticas del oso andino, conocido también como oso de anteojos.
Entre tanto, durante la última semana de abril se inaugurará un mirador con un monumento de siete metros de altura del oso andino. El Gobierno Parroquial abrió un concurso para nombrar a la efigie, el ganador recibirá un premio sorpresa el día de la inauguración.
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