La atención prenatal, clave en la lucha contra la DCI, es alta en cuatro provincias de Ecuador
Por Cristina Márquez
Las madres del 87.5% de niños menores a dos años en Ecuador accedieron al menos a cinco controles prenatales. Este indicador, recabado por la Encuesta Nacional sobre la Desnutrición Crónica Infantil, es esperanzador.
Las gestantes que acuden a los controles médicos reciben información sobre la importancia de la alimentación sana y equilibrada, suplementos nutricionales, promoción sobre la lactancia materna y son monitoreadas hasta el nacimiento del bebé.
Además, ingresan a los registros de seguimiento de la red pública de salud y, en algunos casos, son referidas para recibir ayuda estatal, como el bono infancia con futuro.
Los expertos señalan que esta prestación es clave en la prevención de la desnutrición infantil, un mal que aún afecta al 20.1% de niños menores a dos años en el país.
El Oro es la provincia con mayor índice de atención prenatal en Ecuador
El 93.1% de niños menores a dos años fueron monitoreados desde la gestación en El Oro. Esta provincia, situada al sur de la Costa ecuatoriana, es también la que tiene el menor índice de Desnutrición Crónica Infantil del país en ese segmento etario: 9.81%.
Esa provincia es la sexta más poblada del Ecuador, tiene más de 714.500 habitantes. Allí los hábitos culturales y la alimentación tradicional favorecen el desarrollo de los niños.
Paula Jumbo, investigadora de la Universidad Técnica de Machala, explica que, a diferencia de otras provincias, en esa zona del litoral la idiosincrasia de la población, incluso en la ruralidad, no se contrapone a la medicina moderna, por lo que la gente confía en el sistema de salud.
"Hemos visto que en otros sitios la tradición y el mito son una limitante para acceder al sistema de salud, pero en El Oro no pasa. Es un pensamiento arraigado en la gente que cuando hay un embarazo hay que acudir al médico", explica.
Otro factor beneficioso para los niños es el acceso a la proteína de origen animal. La crianza de especies menores en los hogares es una práctica arraigada y tradicional, la carne se incorpora pronto a la dieta de los niños, por lo que usualmente la fase de alimentación complementaria también es exitosa.
En Guayas, Azuay e Imbabura la atención prenatal supera el 90%
Guayas ocupa el segundo lugar en atención prenatal seguida de Azuay e Imbabura. En estas provincias más del 90% de niños menores de dos años fueron monitoreados desde la gestación en al menos cinco controles médicos.
Ana Lucía Tabango, madre de Juan Diego, de 17 meses, cuenta que los médicos del centro de salud de su comunidad, Peguche, en Otavalo, la contactaron en su casa durante las primeras semanas de gestación.
En Peguche las mujeres embarazadas suelen ser atendidas por parteras que antes del alumbramiento las preparan con masajes para acomodar al bebé en el vientre y canciones ancestrales.
"Cuando llegaron los médicos les conté de mi embarazo y así empecé los controles prenatales. En el centro de salud me dieron ácido fólico y hierro, también me explicaron que es importante revisar a mi hijo antes de que nazca", cuenta la joven.
Las brigadas médicas para abordar a las madres se hicieron con frecuencia en las parroquias rurales, especialmente en aquellas categorizadas como priorizadas por la Secretaría Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil. Ese organismo informó que más de 7.000 mujeres embarazadas fueron abordadas con esta metodología en los últimos dos años.
Expertos recomiendan adaptar el sistema de salud para mejorar la cobertura a embarazadas
Patricia Herrera, investigadora de la carrera de Nutrición y Dietética de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo y dirigente de la mesa ciudadana para la prevención de la DCI en Chimborazo, explica que en los controles prenatales los médicos verifican que las madres están en la condición anatómica y fisiológica adecuada para que el bebé se desarrolle bien.
"Esto es importantísimo para aprovechar la ventana de oportunidad que tienen los niños en sus primeros 1000 días de vida para desarrollo cognitivo. Un niño sin atención tiene menos oportunidad de desarrollar sus conexiones neuronales", dice Herrera.
Ella explica que las provincias con menor tasa de atenciones prenatales en el país son aquellas con población indígena y rural, y que esto puede deberse al lenguaje demasiado técnico y distante de los profesionales de la salud que no coincide con las prácticas culturales de la gente.
"Aún hay desconfianza de las madres que no acuden a los controles porque no entienden la importancia ni la explicación que reciben de los médicos. Para mejorar la cobertura en las provincias que aún tienen bajo acceso a la atención prenatal hay que adaptar el sistema de salud a la cultura local", sugiere.
Con este criterio coincide Luis Terán, psicólogo infantil y activista a favor de la prevención de la desnutrición. Él cree que la información sobre la nutrición y los cuidados durante la gestión debe distribuirse de forma amigable y cercana, y que debe incluir una sensibilización sobre la importancia del afecto y la ternura en el desarrollo de los niños.