Niñez con Futuro, el programa que logra resultados ante la desnutrición crónica infantil en Guaranda
Por Cristina Márquez
En Simiatug, una parroquia ubicada a 40 minutos de Guaranda, en la provincia de Bolívar, los niños y niñas que asisten a las tres escuelas de ese poblado tienen talla baja. Las autoridades de la parroquia cuentan que la gente cree que es normal y que muchos aún desconocen que ese es un efecto de la Desnutrición Crónica Infantil (DCI).
Aurelio Ordóñez, comunero de Yatzaputzán, cuenta que su hija Mabel, de cinco años, mide apenas 88 centímetros. Según la tabla de control del Ministerio de Salud Pública (MSP), el rango normal de medida para una niña de esa edad es de entre 100 y 120 centímetros.
Ordóñez dice que su hija mayor, de siete años, solo es un poco más alta y que ambas fueron diagnosticadas con DCI, en el Centro de Salud de la parroquia. “En la escuela nos explicaron que la razón del mal rendimiento es la desnutrición. Nos estamos esforzando por comer un poco mejor, pero los ingresos son bajos”, dice.
Bolívar es la provincia con el mayor índice de DCI en el Ecuador. Según cifras del Ministerio de Salud Pública recabadas en el año 2019, en esa provincia el 28,3% de niños de entre 0 y 5 años tiene DCI.
Un estudio efectuado por técnicos del Municipio de Guaranda demostró que solo en las parroquias de la capital provincial hay alrededor de 6700 niños de hasta cinco años y 1880 tienen baja talla severa y bajo peso.
65 niños del programa Niñez con Futuro superaron la DCI en Simiatug
El Municipio de la localidad inició en octubre del 2020 un proyecto piloto en la parroquia Simiatug, una de las más golpeadas por la desnutrición infantil. Allí 328 niños ingresaron al programa Niñez con Futuro.
Técnicos municipales entregan cada semana una dotación de huevos y frutas a sus familias para la alimentación diaria de los pequeños. El Cabildo ha gastado unos USD 15 000 en las dos primeras fases del proyecto y ahora espera ampliar la cobertura a otras parroquias del cantón.
Tras casi dos años del proyecto, los primeros resultados son esperanzadores: 65 niños salieron del rango del peso bajo severo y los demás mostraron una mejoría. Los pequeños con resultados positivos son quienes tienen hasta dos años.
Medardo Chimbolema, alcalde de Guaranda, está convencido de que se puede erradicar la desnutrición infantil. “Con poca inversión hemos logrado esos resultados. Sabemos que podemos prevenir nuevos casos y ayudar a los niños que ya padecen la desnutrición”.
El embarazo adolescente, la falta de agua y la pobreza, entre las principales causas
El estudio efectuado por el Cabildo apunta a la mala calidad del agua, la escasez de recursos económicos y al alto índice de embarazos adolescentes, como las principales causas de la prevalencia de la DCI.
“Hemos notado que los hijos de madres adolescentes tienden a tener un peso y talla bajos. La mayoría incluso ya nace con desnutrición crónica. Esto se debe a la falta de controles prenatales, las chicas no consumen vitaminas ni se alimentan bien durante la gestación”, dice Alfredo Paredes, médico general del Subcentro de Salud.
Él explica que cuando se identifica a una madre gestante, el personal de salud cumple un protocolo y prioriza su atención. La madre recibe un paquete de vitaminas y suplementos alimenticios.
Otro factor que agrava la DCI es la mala calidad del agua. De las 295 juntas de agua que abastecen del líquido vital a los 65 000 habitantes de Guaranda, solo 90 proveen agua potabilizada, las demás llegan a los hogares mediante tuberías y acequias.
“Estamos trabajando muy duro para cambiar esa realidad. Cuando asumimos la alcaldía, solo cinco juntas tenían agua potable”, dice Chimbolema.
Él cuenta que en el cantón están trabajando organizaciones como Plan Internacional, que ejecuta un proyecto para descontaminar suelos y fuentes de agua, entre otras organizaciones no gubernamentales y públicas.
La prevención del embarazo adolescente también se ha convertido en una prioridad de la mesa cantonal contra la desnutrición que está encabezada por la Alcaldía de Guaranda. Una estrategia fue reforzar la educación para padres en las instituciones educativas.