Perú ejecutó solo 7,5% anual del presupuesto para energía limpia en comunidades amazónicas

6.600 familias Awajún y Wampis no tienen electricidad, pese al plan de paneles solares lanzado en 2015

Perú ejecutó solo 7,5% anual del presupuesto para energía limpia en comunidades amazónicas

Por Paul Tuesta

Américo Juwag, comunero de Belén, una de las 125 localidades de la provincia de Condorcanqui (región de Amazonas), mantiene la esperanza de que se desarrollará el proyecto fotovoltaico que deberá llevar electricidad a más de 6.600 familias.

Entre esas familias están la suya y las de los distritos de Río Santiago, Imaza y El Cenepa, a la altura de la frontera con Ecuador. Sin embargo, desde el 2015 su sueño aún es promesa y hasta ahora no se han visto avances en la zona fronteriza donde vive. 

"Hay personas en las comunidades que de alguna manera están logrando sus estudios, se involucran en actividades de emprendimiento, que quieren poner negocios, dedicarse a vender algún producto y necesitan de la energía", agrega.

El proyecto fue denominado oficialmente como "Instalación del sistema de electrificación rural de las cuencas de los ríos Cenepa, Comaina, Numpatkay y Santiago, distritos fronterizos de El Cenepa, Imaza y Río Santiago".

Fue aprobado en 2015; sin embargo, las comunidades siguen esperando la prometida electrificación de sus hogares. El proyecto tuvo como objetivo revertir la pobreza energética, es decir, la falta de acceso a energía para satisfacer necesidades básicas como iluminación y refrigeración de alimentos.

Mientras tanto,  las noches transcurren en esta zona fronteriza entre preguntas constantes: ¿Cuándo llegará la energía? ¿Por qué es tan difícil avanzar en la electrificación de estas zonas? ¿Por qué esta parte del Perú sigue privada del derecho a la luz que trae la energía fotovoltaica? Este reportaje apunta hacia las respuestas.

Escuela de Soledad, Río Santiago (2024). Foto: Diego Benavente, asesor de comunicación de la Dirección de Transporte y Comunicación.

Energía limpia que no llega a Condorcanqui

La región Amazonas, ubicada en el norte de Perú, es hogar de más de 429.000 personas. Sin embargo, solo una parte de su población tiene acceso a la energía eléctrica. De acuerdo con el último Anuario Estadístico de Electricidad (2022), apenas 102.669 habitantes, es decir, el 23,91% de la población, cuentan con el servicio de electricidad como clientes regulados, es decir, aquellos que pagan por este servicio y tienen acceso garantizado.

Según la Estadística Eléctrica por Región del Ministerio de Energía y Minas (Minem), Amazonas representa apenas el 1,3% del total de usuarios de electricidad del país, que suman más de 8,3 millones. La baja cobertura se evidencia aún más al comparar la cantidad de personas con acceso al servicio.

Entre las regiones con menor número de usuarios con electricidad, Pasco está en cuarto lugar (70.744 usuarios). La región Amazonas está en quinto lugar, pese a su alto número de habitantes. Le siguen Moquegua (67.224 usuarios), Tumbes (58.715 usuarios) y Madre de Dios (46.799 usuarios).

La región cuenta con dos principales proveedores de electricidad: Electro Oriente S.A. y Petróleos del Perú (Petroperú) S.A. Electro Oriente opera centrales térmicas como Bagua Grande, Chachapoyas-Elor y Juan Velasco Alvarado, además de las centrales hidráulicas de Cáclic, El Muyo y La Pisuquia.

Por su parte, Petroperú S.A. maneja las centrales térmicas conocidas como Estación 6 y Estación 7. Estas infraestructuras garantizan el suministro de electricidad en muchos distritos de la región.

Sin embargo, la realidad cambia cuando se observa de cerca la situación en los distritos más alejados, como Río Santiago y El Cenepa, donde la electrificación aún es una tarea pendiente frente a los miles de ciudadanos de las etnias indígenas Wampis y Awajún que viven en la zona.

Kefrén Graña, secretario técnico adjunto del Gobierno Territorial  Autónomo de la Nación Wampis, organización política que reúne a las comunidades wampis, describe un panorama desalentador en el Río Santiago. “No existe ninguna comunidad que cuente con ese servicio de energía”, afirma.

El líder wampis menciona que la excepción es la capital, Puerto Galilea, que cuenta con energía eléctrica limitada. "La Municipalidad tiene luz eléctrica a través de un generador", precisa. Ante la urgencia de electrificar distritos como El Cenepa y Río Santiago, la energía limpia y renovable se presenta como gran alternativa. 

En 2015, se aprobó el perfil del proyecto "Instalación del sistema de electrificación rural de las cuencas de los ríos Cenepa, Comaina, Numpatkay y Santiago, distritos fronterizos de El Cenepa, Imaza y Río Santiago".

A pesar de que su financiamiento comenzó en 2017, según datos del Ministerio de Economía y Finanzas, el presupuesto asignado terminó siendo ejecutado entre un 0,3% y un 11,15% anual, a excepción de 2022, cuando se logró un 31,91%. Entre 2017 y 2024, solo se ha ejecutado un 7,52% del presupuesto planificado inicialmente cada año.

Este proyecto prometía llevar servicios a 125 localidades rurales y beneficiar a 6.658 familias (28.275 habitantes), según el expediente técnico. La electrificación se realizaría mediante la implementación de Sistemas Fotovoltaicos Centralizados.

Estos funcionan como plantas de energía que acumulan la electricidad generada por paneles solares, y sistemas fotovoltaicos domiciliarios, que permiten instalar paneles solares directamente en las viviendas. También se preveía asegurar el alumbrado público y las conexiones eléctricas en los hogares.

El presupuesto inicial de este proyecto fue de 142 millones 215 mil 113 soles, y el 13 de enero de 2022 se adjudicó al Consorcio Numpatkay, compuesto por las empresas China CAMC Engineering CO-Sucursal Perú e INIP Ingeniería Integración de Proyectos SAC, con un plazo de 540 días para finalizar la obra. 

Sin embargo, el 10 de noviembre de 2022, el Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE) identificó una infracción de INIP Ingeniería, que presentó información falsa y fue sancionada con 38 meses de inhabilitación para participar en proyectos estatales.

Esto llevó a la Dirección General de Electrificación Rural a rescindir el contrato el 3 de marzo de 2023, dejando el proyecto en un estado de incertidumbre. Hasta la salida del consorcio, el proyecto había recibido una inversión de 44.914.454 soles.

Según el reporte de seguimiento del Ministerio de Economía y Finanzas, hubo un avance del 19% en la instalación de sistemas fotovoltaicos domiciliarios, 34% en la instalación de sistemas fotovoltaicos centralizados, 11% en la gestión del proyecto, 100% en el expediente técnico y 16% en la supervisión.

Las comunidades siguen esperando. Kefrén Graña también expresa la incertidumbre de las comunidades: "Hemos escuchado que iba a haber ese proyecto para implementar en algunas comunidades a base de panel solar". "Hasta ahora no se está haciendo esas acciones", lamenta.

La luz negada a los Wampis y a los Awajún

Rosemary Pioc, presidenta del Consejo de Mujeres Awajún Wampis Umukai, describe cómo algunas personas han encontrado soluciones temporales frente a la falta de energía en esta parte del país, apelando a los generadores y el combustible fósil.

"Ahora la mayoría, bueno, como tienen algún trabajo, se compran un generador pequeño, pero igual necesitan de combustible, y pues eso está muy escaso también en el contexto", sostiene la lideresa. 

El testimonio de Pioc evidencia el panorama de pobreza energética en el que se encuentra la provincia de Condorcanqui, en la frontera con Ecuador. Allí, la energía que los mismos comuneros procuran con generadores, como ella narra, no alcanza para satisfacer sus necesidades energéticas básicas.

Además, menciona estar enterada del proyecto de electrificación fotovoltaica, pero que "nunca culminaron ese proyecto, nunca funcionó". La lideresa confirma que la mayoría de las comunidades de la frontera no tienen acceso a la electricidad, perpetuando su situación de aislamiento energético.

Comunidad de Shiringa, distrito de Río Santiago. Foto: Yampis Noningo, asistente de la Dirección de Territorio, Ambiente y Naturaleza.

El reinicio del proyecto

Luego de la cancelación del proyecto, no obstante, la Dirección General de Electrificación Rural (DGER) aprobó el 10 de noviembre de 2023 el expediente de contratación para culminar finalmente las instalaciones, con un presupuesto de 138.750.485 soles.

El 19 de abril de 2024, el proyecto salió nuevamente a licitación, y el 29 de agosto de 2024 se adjudicó al Consorcio Alto Cenepa. Este grupo, integrado por Roca Fuerte SAC, CMR Consultores y Ejecutores EIRL, CMP Contratistas Generales SAC y C.Megía Contratistas Generales SAC, asumió la responsabilidad por un costo de 122.825.078 soles.

Pero, ¿toda esta odisea burocrática se justifica ante la urgencia de electrificar a las comunidades incluidas en el proyecto? Para la ingeniera ambiental Ximena Guardia, especializada en transición energética, el retraso de los proyectos de electrificación no se debe a cuestiones técnicas.

Según explica, la instalación de paneles solares es un proceso sencillo que muchas empresas ya pueden realizar en el país, incluyendo la colocación de módulos, inversores y reguladores. 

Factores como la accesibilidad, la planificación previa o la sensibilización de la población beneficiada ante el proyecto, también son variables a tomar en cuenta, de acuerdo con la especialista. Sin embargo, el obstáculo principal radica en la burocracia.

"El problema es que este tipo de concesiones se ha dado a empresas distribuidoras y, además, estas se tienen que encargar de la obtención de permisos", sostiene la ingeniera ambiental. 

Augusto Durán, especialista en energías limpias y transición energética, señala también que la energía por medio de paneles solares no solo es una alternativa al petróleo, por ejemplo, sino también una oportunidad de electrificación justa.

"Bajo un enfoque de transición energética justa y popular, que no busca hacer de la energía un negocio, la energía solar sí es una alternativa para lograr la electrificación de aquellas zonas más alejadas y que no pueden estar interconectadas a la red nacional", señala Durán. 

Comunidad de Ayambis, en el Río Santiago. Foto: Yampis Noningo.

Por otra parte, el retraso en la ejecución del proyecto de electrificación rural no solo representa una oportunidad perdida, sino que contraviene compromisos legales fundamentales como, por ejemplo, el Decreto Legislativo 1002, que busca "promover el aprovechamiento de los Recursos Energéticos Renovables (RER) para mejorar la calidad de vida de la población y proteger el medio ambiente". 

Además, no se alinea con el Decreto Supremo 020-2023-EM que reglamenta la Ley de Promoción de la Inversión para la Generación de Electricidad con el uso de Energías Renovables, y apunta a "mejorar la calidad de vida de la población ubicada en las Áreas No Conectadas a Red".

Y tampoco el Plan de Acceso Universal a la Energía, el cual prioriza "proyectos que permitan ampliar el acceso universal al suministro energético, priorizando el uso de fuentes energéticas disponibles" para mejorar la calidad de vida de las poblaciones más vulnerables del país. 

Respecto al cumplimiento de estas metas, Guardia señala que no se ha logrado lo que en su momento se trazó como objetivos. "Para estas fechas, de acuerdo a los planes iniciales, ya deberíamos tener el 100% de la cobertura eléctrica a nivel nacional, pero lamentablemente estamos muy lejos de alcanzar esa meta”, advierte la especialista.

Por su parte, Durán describe que sin electricidad en zonas de la Amazonía, los centros de salud no pueden realizar procedimientos básicos, como radiografías, y la educación se ve afectada por la ausencia de computadoras y la falta de iluminación para estudiar. 

Roca Fuerte SAC, principal empresa del Consorcio Alto Cenepa, actual encargado de ejecutar el saldo del proyecto de electrificación, hasta el momento no dado respuesta al pliego de preguntas enviado. Se les preguntó acerca del estado de la obra, su posible fecha de fin y las acciones para completarla.

Por otra parte, la oficina de Comunicaciones de la Dirección General de Electrificación Rural aún no presenta una respuesta al pliego de preguntas enviado acerca del estado del proyecto, sus políticas de electrificación rural y la respuesta institucional hacia la desconfianza de las comunidades de Condorcanqui al cumplimiento de la electrificación prometida.

Este artículo fue producido con el apoyo de Climate Tracker América Latina

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