Ecuador consume más energía, pero sin avanzar en renovables ni eficiencia
El país eleva su consumo energético, pero sigue dependiendo del petróleo y las importaciones. Eficiencia y energías renovables con pocos avances.
El Ecuador consume más energía cada año, pero aún no logra avanzar hacia una matriz más limpia ni más eficiente.
Según los últimos datos de la Cuenta Satélite de Flujos de Energía (CSFE), publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), entre 2021 y 2023 aumentaron tanto el consumo energético como las importaciones, mientras que la generación renovable y la eficiencia permanecen estancadas.
La CSFE analiza cómo fluye la energía entre la economía y el ambiente, midiendo la producción, importación, consumo y exportación de energía en el país.
Los resultados más recientes, correspondientes a 2023, aún son provisionales, pero permiten identificar varias tendencias clave en el modelo energético ecuatoriano.
"La serie publicada en el CSFE abarca el periodo 2018–2023 e incorpora el cambio de año base de las Cuentas Nacionales implementado por el Banco Central del Ecuador (BCE) en 2023, lo que garantiza la comparabilidad y coherencia metodológica". INEC

Extracción a la baja, importaciones al alza
En solo dos años, la extracción nacional de energía cayó un 5,8%, pasando de 220 mil a 207 mil KBEP (miles de barriles equivalentes de petróleo).
El KBEP permite comparar diferentes fuentes de energía bajo un mismo estándar.
Esta caída sugiere una menor producción local de recursos energéticos primarios, principalmente petróleo.
Para suplir esta disminución, las importaciones energéticas aumentaron un 16,4%, reflejando una creciente dependencia del suministro externo.
En un contexto global de alta volatilidad en los precios de la energía, esta tendencia representa un riesgo tanto económico como ambiental.
La demanda sigue creciendo
El consumo total de energía en Ecuador aumentó, tanto en los sectores productivos (industria, energía, transporte), como en el consumo final (hogares, comercio, servicios).
El consumo per cápita pasó de 10,01 a 10,60 KBEP por cada mil habitantes entre 2021 y 2023, una señal de mayor acceso o crecimiento económico, pero también de una mayor presión sobre los recursos energéticos.
Estancamiento en eficiencia energética
A pesar del mayor uso de energía, la productividad energética no muestra mejoras. Por tercer año consecutivo, Ecuador genera apenas 0,61 millones de dólares por cada unidad de energía utilizada, una señal clara de estancamiento en la eficiencia.
Del mismo modo, la intensidad energética (energía usada por unidad de PIB) se mantiene prácticamente sin cambios, lo que sugiere que el crecimiento económico sigue muy ligado al consumo intensivo de energía.
Ecuador está consumiendo más energía, dependiendo más de las importaciones y sin mejorar su eficiencia energética. Además, la transición hacia una matriz energética más limpia y renovable avanza muy lentamente.
Energía renovable: poco avance
La proporción de energía proveniente de fuentes renovables se mantiene por debajo del 10% desde 2021. En 2023, alcanzó apenas el 9,34%, sin mostrar una tendencia clara de crecimiento.
Esta cifra contrasta con los compromisos internacionales y regionales asumidos por el país en el marco de la transición energética y la acción climática. A este ritmo, la descarbonización de la matriz energética aún parece lejana.
Mientras tanto, las exportaciones de energía mostraron una leve caída, posiblemente para cubrir la creciente demanda interna. En 2023, el país exportó 139 mil KBEP, un 2% menos que en 2021.
¿Y ahora qué?
Los resultados de la Cuenta Satélite de Flujos de Energía muestran que Ecuador enfrenta un dilema energético: está consumiendo más energía sin ser más eficiente ni más sostenible.
Aunque se han dado pasos hacia una mayor apertura de la matriz energética, la dependencia del petróleo y de las importaciones sigue siendo muy alta, y la adopción de renovables avanza con lentitud.
Para avanzar hacia un modelo energético alineado con los objetivos de sostenibilidad, el país necesita:
· Fortalecer la inversión en energías renovables.
· Impulsar políticas públicas que promuevan eficiencia energética.
· Reducir gradualmente la dependencia de los combustibles fósiles.
· Aumentar la resiliencia frente a factores externos como precios internacionales o conflictos geopolíticos.