Las Empresas B en Ecuador reafirman su compromiso y se plantean más desafíos

Las Empresas B en Ecuador reafirman su compromiso y se plantean más desafíos
Primer Encuentro de Empresas B en Quito. Foto: Cortesía Sistema B

Redacción Youtopía

La comunidad de las Empresas B en el Ecuador ratificó su compromiso. Impulsar acciones de triple impacto -económico, social y ambiental- para contribuir al desarrollo del país.

Esa responsabilidad fue validada por los representantes de 23 compañías certificadas, en el primer encuentro pospandemia en Quito, el 21 de mayo de 2022.

Triple impacto como filosofía central

Las Empresas B son una clase de compañías que genera simultáneamente rentabilidad financiera e impactos positivos en la sociedad y en el medioambiente.

Según la CAF, a diferencia de las empresas tradicionales, cumplen con estándares altos y rigurosos en materia de gobernabilidad, responsabilidad y transparencia.

El aporte de las Empresas B a la economía ecuatoriana se traduce en cifras: 1 235 colaboradores, USD 158,9 millones en ingresos anuales y participación en nueve industrias.

“Afirmamos nuestro compromiso con el país y el planeta“, sostiene José Ignacio Morejón, director ejecutivo de Sistema B en Ecuador.

Pero también el compromiso “con nuestros trabajadores y las comunidades, con los consumidores y los accionistas, para incidir y co-crear un país más justo, sostenible e incluyente”.

5000 Empresas B en el mundo

Hace más de 15 años, el Movimiento B a escala internacional comenzó con la visión de una nueva forma de hacer negocios.

Se trata de una forma de negocio que beneficia no solo a los accionistas, sino a las partes interesadas, incluidos trabajadores, clientes, comunidades y medioambiente.

Actualmente este movimiento se encuentra en 79 países, abarca a 154 industrias, cuenta con más de 400 000 trabajadores y ya suma 5000 Empresas B.

“Llegar a 5000 Empresas B en el mundo hace pocos años parecía un sueño inalcanzable”, señala el director ejecutivo de Sistema B Internacional, Felipe Chajín.

“Hoy podemos mirar con orgullo a miles de líderes, millones de empleados y consumidores que han apostado a una forma diferente de hacer negocios y de consumir“, resalta.

900 empresas SAS BIC en Ecuador

Con la Ley de Emprendimiento e Innovación, aprobada en febrero del 2020, se dio paso a la constitución de empresas bajo la denominación de Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS).

Dentro de estas, se promueve la creación de SAS de Beneficio e Interés Colectivo (BIC).

Primer Encuentro de Empresas B, 21 de mayo.
José Ignacio Morejón, director de Sistema B Ecuador, en el Encuentro de Empresas B en Quito. Foto: Xavier Basantes

Transcurridos dos años de vigencia de la ley, en el país se han constituido más de 900 SAS BIC, inspiradas en las Empresas B y con el objetivo de cumplir un propósito.

“Es un momento histórico en el que todos podemos subirnos en la ola de la sostenibilidad, para empujar emprendimientos innovadores y sostenibles, señala José Ignacio Morejón.

El Director Ejecutivo de Sistema B en Ecuador puntualiza que se deben cumplir con tres aspectos mínimos:

“Gobernanza enfocada en los públicos de interés; medición de impactos sociales y ambientales, y transparencia a través de informes de desempeño”.

Desafíos e innovación en Sistema B Ecuador

El Sistema B crece en el Ecuador, con la presencia de más empresas con certificación de Empresa B pendiente, como el caso del Consorcio de Comunicación por la Sostenibilidad.

En ese escenario hay espacios para incrementar acciones enfocadas en gobernanza, vínculos con la comunidad, trabajadores, clientes y medioambiente.

Xavier Lazo Guerrero presentó en el Encuentro de Empresas B el ‘Semáforo de Eliminación de la Pobreza’. La metodología fue creada por Fundación Paraguaya y se implementa en más de 40 países.

Primer encuentro Empresas B en Quito, 21 de mayo de 2022.
Xavier Lazo, productor y exportador agrícola, durante el Primer Encuentro de Empresas B realizado en Quito, el 21 de mayo de 2022. Foto: Xavier Basantes

Se trata de una herramienta de innovación social que ayuda a las familias a identificar sus necesidades específicas. Así se pueden fijar soluciones prácticas en el corto y mediano plazo.

El propósito, explica Lazo, es superar la pobreza y mejorar las condiciones de vida. Hay tres etapas: una autoevaluación, la toma de conciencia y la autogestión del cambio.