Comunidades kichwas de Pastaza diversifican sus ingresos con la crianza de pollos y peces, y la artesanía

Comunidades kichwas de Pastaza diversifican sus ingresos con la crianza de pollos y peces, y la artesanía
Criadero de cachamas y bocachicos en el Centro Turístico Paz Yaku. Foto: Youtopía

Redacción Youtopía

En la comunidad kichwa Mushuk Warmi, una de las 37 de la Comuna San Jacinto del Pindo, al sureste de Puyo, provincia de Pastaza, un grupo de comuneras trabaja en un proyecto de crianza de pollos.

El objetivo es contar con una fuente de proteína y también con recursos económicos familiares, con la venta de los pollos que ellos no consumen.

En los proyectos de la Asociación Mushuck Warmi se trabaja con pollos criollos mejorados. Se los trae de siete días de nacidos y se les da balanceado en la crianza, en especial en la primera fase, pero su alimentación se apoya con maní forrajero, papa china, yuca, plátano.

Estas aves tienen mejor precio que los pollos comunes: un pollo pelado entero cuesta de 20 dólares para arriba; un gallo en pie, de 40 a 60 dólares; un huevo criollo llega a costar 50 centavos.

En total, WCS Ecuador ha entregado 500 aves criollas a las siete comunidades que forman parte del proyecto. Las comunidades cuentan con un galpón, a excepción de Nueva Vida, donde hay dos para que también trabajen los alumnos del colegio San Jacinto Agropecuario.

Además de la crianza de pollos, WCS apoya a las comunidades de San Jacinto en la crianza de peces criollos. En todo el territorio, WCS Ecuador ha entregado 5.200 cachamas y 700 bocachicos.

La tilapia es una especie devoradora introducida desde Australia. WCS apoya la cría de peces nativos, para evitar que se escapen alevines de tilapia y afecten la fauna local.

Mujeres de Mushuk Warmi que se dedican a la crianza de pollo
Mujeres de Mushuk Warmi que se dedican a la crianza de pollos. Primera a la derecha, Elvia Dagua, y junto a ella, Yésica Guatatuca. Foto: Youtopía

Emprendimientos enfocados en la artesanía

Otro de los proyectos que apoya WCS en San Jacinto es la artesanía. En la comunidad Unión Base, Francisca Vargas se dedica a tejer. Aprendió de Olimpia Vargas el tejido en semilla; después se dedicó a hacerlo con chaquiras.

Sus hijas, Diana y Lorena Torres, aprendieron a tejer el barro (no utilizan el torno para dar forma a las vasijas) y elaboran mocahuas, tinguas y callanas. Venden sus productos en las ferias y en las casas.

En la Comuna San Jacinto hay otras familias que se dedican a la artesanía. La asociación de artesanas se llama Ukuy Warmi, que quiere decir mujeres trabajadoras.

La asociación tiene dificultades para conseguir materia prima, ya que tiene que traerla de sitios como Canelos y Sarayaku. Además, hay mucha competencia de los mestizos, por la cantidad de talleres que ha dado el Gobierno provincial.

Jéssica Vargas, de la comunidad  Chinchayaku, tomó su primer taller de artesanía en la comunidad Libertad. En su segundo taller se perfeccionó y expuso sus trabajos el 19 de octubre, en el Jardín Botánico de Quito.

Jéssica espera rescatar el oficio de la artesanía en su comunidad y mejorar la economía familiar.

Lorena y Diana Torres (izquierda y derecha) se dedican al tejido del barro.
Lorena y Diana Torres (izquierda y derecha) se dedican al tejido del barro. Foto: Youtopía