El aporte de la economía circular para afrontar el cambio climático es determinante
Por Xavier Basantes
El aporte de Latinoamérica y el Caribe para contribuir a atenuar los efectos del cambio climático a través de la implementación de la economía circular es decisivo.
Un 60% de biodiversidad, 25% de bosques, 12% de suelos cultivables, 33% de reservas de agua dulce, 25% de biocombustibles, entre otros, son los indicadores que muestran la fortaleza de esta región.
Los datos fueron compartidos por Luis Martínez Cerna, director de Administración Pública de la Universidad Central de Chile (UCEN), en el Segundo Seminario Internacional de Economía Circular.
El evento se desarrolló en Quito, del 9 al 10 de noviembre, en las instalaciones de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), en el marco del Mes de la Circularidad.
Luis Martínez considera fundamental apuntalar iniciativas regionales que articulen mas esfuerzos desde América Latina y el Caribe, para afianzar procesos de implementación de economía circular.
Hasta el año 2022 se han identificado 387 iniciativas públicas referidas a temáticas que están relacionadas con economía circular en esta región. Sin embargo, no son suficientes.
“De todas maneras estas iniciativas han generado un momento propicio para la economía circular y junto a la articulación de otros esfuerzos privados y de la sociedad civil, están orientando el cambio hacia la circularidad”, señaló Martínez.
De esas 387 iniciativas, en Ecuador se han identificado 25. De las cuales 20 tienen alcance nacional y otras cinco local.
Algo importante y en el que se espera una mayor participación de la academia tiene que ver con las investigaciones científicas relacionadas con la economía circular. Por ejemplo, en Brasil se han registrado 157 hasta el 2020, en Ecuador apenas fueron siete.
Después de Brasil está México con 29 registros; le sigue Chile, con 27 y Colombia, con 19.
La situación de la economía circular en Ecuador
El abordaje de la economía circular en Ecuador ha tenido más fuerza desde 2019. Ese año se profundizó en el conocimiento del concepto y se dio paso a formalizar un Pacto Nacional.
Posteriormente vino el desarrollo del denominado Libro Blanco, con el establecimiento de líneas estratégicas para su aplicación. En 2021 se aprobó la Ley orgánica de Economía Circular Inclusiva y hasta la fecha se espera la aprobación del reglamento, para su plena aplicación.
El siguiente paso es apuntalar la Estrategia Nacional de Economía Circular, con base en un mecanismo de articulación interinstitucional. Con esto, se definirá políticas públicas, planes y proyectos para implantar la economía circular a nivel nacional en territorio.
De lo que se trata es incidir en los nuevos modelos de negocios, cadenas de valor o de suministro sostenibles, ciudades sostenibles, ciudades circulares, parques industriales ecoeficientes, consumo sostenible, entre otras acciones.
María Cristina Solís, subsecretaria de Competitividad Industrial y Territorial del Ministerio de Producción, comentó que en ese ejercicio de impulsar la economía circular en el país se trabaja con cuatro clústeres, que involucra a los sectores de la madera, textil, plástico y energético.
De esta manera se busca fomentar la economía circular en la estrategia de mejorar la competitividad, así como el desarrollo de proyectos para la recirculación de materiales y energía.
Las estrategias en la política de cambio climático
El incremento de los gases de efecto invernadero (GEI) tienen una relación con el modelo económico actual; es decir, el modelo lineal.
Eso desencadena en el consumo masivo de las economías desarrolladas, la rápida industrialización de las economías emergentes, aumento de la demanda mundial de materias primas e insumos.
Por ello la importancia de encaminar los esfuerzos del país hacia la economía circular y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Los resultados se reflejan en la reducción de las emisiones de GEI, crecimiento económico bajo en emisiones de carbono, reducción del consumo de materias primas vulnerables a los riesgos climáticos, movilización de inversión hacia negocios que reducen el riesgo climático.
Valeria Cadena, directora de Producción y Desarrollo Sostenible del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, explicó que los sectores económicos con mayor relevancia en el país en términos de economía circular y cambio climático son cinco.
Se refiere a industrias manufactureras; agricultura, ganadería, caza y silvicultura; comercio; construcción; y petróleo y minas. “El sector de industrias manufactureras es el que destaca como prioritario para el desarrollo de la transición a una economía circular, con los subsectores de plástico, agroindustria, metalmecánica y recurso forestal y madera”.