Comunidades amazónicas usan Internet para difundir su cultura y promover la conservación
Comunidades de las nacionalidades amazónicas Andwa y Waorani utilizan el Internet para difundir su cultura. Además, les sirve para denunciar amenazas a la conservación.
Por Emilia Trujillo
Daniel Dahua está aprovechando la conexión a Internet para promocionar el Andwa, una lengua de la Amazonía ecuatoriana que se encuentra en riesgo de desaparecer. En su intento de rescatar su cultura, el docente gestionó fondos y asesoramiento para crear un diccionario.
Ahora, lo difunde en plataformas en línea y ha creado una versión digital para compartirlo con los estudiantes de las comunidades Andwa. Esta es una de las 14 nacionalidades indígenas que habitan la Amazonía ecuatoriana.
En su comunidad, Pukayacu, ubicada en la provincia de Pastaza, se instaló por primera vez Internet Satelital en el 2023. Este servicio llegó al territorio Andwa, gracias a un programa que entrega incentivos no monetarios, como el Internet, para conservar más de 600 hectáreas de bosque.
Luego de una Consulta Previa Libre e Informada, realizada por la Prefectura, se instaló el servicio en Pukayacu y en las otras cuatro comunidades Andwa (Killu Alpa, Jatun Yaku, Santa Rosa y Campus), donde habitan 130 familias.
El servicio es comunitario y las personas tienen acceso en horarios extra laborales, para que los niños y niñas no se distraigan en clases. “Lo habilitamos para que hagan sus tareas”, dice Dahua.
Además de promover sus tradiciones, su objetivo es que el Internet les ayude a conservar la selva. Esto porque se han dado cuenta que el cambio climático ya los está afectando.
Antes, sabían que agosto y noviembre eran épocas donde el río crecía y tenían que tomar precauciones para no perder sus cultivos. “Podíamos planificar de acuerdo al temporal. Ahora, cada desbordamiento imprevisto son pérdidas para nuestra gente”, cuenta Dahua.
¿Cómo llega el Internet a las comunidades amazónicas?
Los Andwa viven de la caza, pesca y el consumo de productos de sus chakras. Pukayacu, que es la comunidad más habitada con 80 familias, es la sede de reuniones y asambleas para tomar decisiones.
Para conectarse a Internet, los habitantes de esta comunidad debían navegar durante 15 minutos hasta Montalvo, una parroquia rural de Pastaza, habitada por Kichwas. Allí hay una Brigada Militar, tiendas, bares y hoteles.
Debían pagar USD 0,50 la hora de Internet. Con el poco acceso al dinero, pagaban solo en casos urgentes, como solicitar ayuda por enfermedades, inundaciones o temas familiares.
La comunidad más lejana de los Andwa, que es Killuy Allpa: está a dos horas y media de Montalvo en lancha o a un día de caminata. Antes de la llegada de Internet, su forma de comunicarse era a través de mensajes boca a boca, papelitos escritos o con radio HF.
El Internet satelital se instaló en las comunidades Andwa en 2023, luego de una Consulta Previa Libre e Informada de la Prefectura, a través de fondos del PdI Redd+.
Este es un mecanismo de participación social, que considera los criterios y las observaciones de las comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas para contribuir en la gestión de la política pública sectorial, y fomenta la participación de los colectivos.
Con este proceso, las cinco comunidades Andwa aceptaron la conservación de 665 hectáreas de bosque a cambio de incentivos no monetarios.
Al cuidar el bosque, también mejoran la calidad del agua para consumo humano y contribuyen a prevenir eventos climáticos extremos.
Internet y conservación de la comunidad amazónica Andwa
Junto con el Internet, la nacionalidad Andwa recibió una canoa de fibra de vidrio, de 13 metros de eslora, con sus respectivos asientos, carpa y motor de 40 Hp. Además, una canoa de fibra de vidrio de 10 metros de eslora, y un motor peque peque de 15 Hp.
Ahora su población puede navegar de forma segura, llegar más rápido a sus destinos, y las madres pueden salir con mayor frecuencia a la ciudad a cobrar sus bonos.
“Antes lo hacían cada seis meses porque les costaba mínimo USD 20 entre pagar al canoero y el transporte aéreo”, dice William Hati, profesor de la escuela.
Los fondos también ayudaron a Dahua a crear el diccionario de la lengua Andwa. Desde hace un año, recorre los planteles educativos capacitando a otros docentes sobre cómo fomentar su cultura y motivar a los jóvenes a continuar trabajando desde su territorio. Ya lo ha presentado en Puyo y Quito.
Internet en la comunidad amazónica Gomataon
Antes de que llegue el Internet a la comunidad Waorani Gomataon, sus habitantes tenían que caminar entre siete a ocho horas para conectarse. Desde el 2019 ya pueden hacerlo desde su territorio.
En Gomataon hay siete familias, solo tres tienen electricidad a través de paneles solares. Los sistemas se comparten entre casas y el Internet es comunitario. Es decir, está localizado en la parte central de la comunidad para que todos tengan acceso.
Para Gilberto Nenquimo, ex presidente de la Nacionalidad Waorani del Ecuador (NAWE), el Internet, que además ha sido autogestionado, -es decir, todas las familias aportan al pago mensual por el servicio-, les ha permitido hacer denuncias en temas políticos, locales y nacionales.
También les ha ayudado a atraer turistas, pues allí han generado un proyecto de turismo comunitario que permite generar ingresos y conservar la selva. Desde que la comunidad se dedica a estas actividades, la caza ha disminuido.
“El río Curaray es abundante, la selva es nuestro alimento, la queremos cuidar, por eso respetamos las épocas donde sí se debe pescar o cazar”, explica Nenquimo.
Por otro lado, en el 2020, durante la pandemia, los niños de la comunidad pudieron acceder a clases virtuales. Además, les permitía informar el estado de salud de los habitantes. “Hemos usado la radio HF para comunicarnos y avisar alguna emergencia, pero el Internet es más veloz y la ayuda llega pronto”, dice el expresidente de NAWE.
Lo que tienen en común estas comunidades es que ninguna de las dos ha obtenido el servicio de internet de fondos de gobiernos locales o nacionales.
“Sabemos que algunos presidentes de Gobiernos Autónomos parroquiales están gestionando Internet para varios sectores, pero los costos pueden ser altos y en los sitios donde solo se llega en vuelo, casi no hay forma de comunicarse”, explica el líder Andwa Daniel Dahua.
La cobertura de Internet
De acuerdo con la página web del Ministerio de Telecomunicaciones (2023), sólo el 11.6% de los pueblos indígenas a escala nacional tiene acceso a Internet, y los infocentros están presentes en el 4.2% de las comunidades amazónicas.
Existe una gran brecha en cuanto al acceso a la comunicación. En Pastaza, al menos 24 comunidades de 260, tienen servicio de Internet otorgado por el Gobierno. Muchas familias lo contratan de forma independiente y lo manejan como negocio.
A pesar de que es un reto la falta de luz e Internet, la población indígena ha aprovechado la conectividad y muchos la han usado para fortalecer su cultura y empoderar a otras comunidades.
Para Nenquimo, esta ha sido una forma de promocionar su historia, de contar lo que pasa en sus territorios. “Nos ha permitido levantar la voz y enterarnos de lo que pasa con nuestros gobiernos”, afirma.
El Internet se ha adaptado a las formas de vida de las nacionalidades indígenas, mientras los ha acercado al mundo occidental. Los niños y niñas ahora investigan por sí solos y se han abierto espacios de decisión más plurales.
El Internet, junto con la energía eléctrica y los servicios que han sido exigencia de cada habitante de la selva, no son solo una forma de comunicarse, sino de promover sus posturas frente a la minería, la caza ilegal y la explotación petrolera.