Cómo restaurar los bosques quemados en Quito: un plan de acción y varias advertencias

El 23 y el 24 de noviembre de 2024 se realizarán mingas para la intervención de 1.015 de 1.963 hectáreas incendiadas

Cómo restaurar los bosques quemados en Quito: un plan de acción y varias advertencias
Así lucía el Auqui el 23 de octubre, tras la intervención inicial del Cabildo. Foto: Youtopia+Rett

Hay coincidencia en la necesidad de recuperar las áreas dañadas por los incendios que llegaron a su punto más alto el 24 de septiembre de 2024 y mostraron la vulnerabilidad de Quito frente a la crisis climática. Pero hay diferencias y aportes frente al enfoque del plan municipal.

Representantes de la academia y organizaciones no gubernamentales y comunitarias se citaron con autoridades del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, el 22 y el 23 de octubre de 2024, para dar sus puntos de vista sobre cómo enfrentar el problema. 

En un aula que queda junto al jardín japonés del Jardín Botánico de Quito y a través de exposiciones, comentarios de expertos y preguntas de los asistentes, se realizó una discusión apasionada y propositiva de la cual tomó nota la Secretaría de Ambiente del Municipio.

El 22 de octubre de 2024 se mostraron ejemplos como el de Coforec II, un proyecto de las universidades Politécnica Nacional y Católica de Cuenca con la belga Gent, para monitorear el bosque y conocer procesos de recuperación, como respuestas al cambio climático.

El Fondo para la Protección del Agua (Fonag) mostró sus experiencias y lecciones aprendidas entre 2005 y 2024, con ejemplos de restauración activa y pasiva, producción de plantas nativas y pilotos de conversión de bosques de eucaliptos a nativo y bosque comestible.

También los asistentes vieron los detalles del Proyecto Nacional de Restauración del Paisaje, del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica. Incluye modelos de priorización de áreas, modalidades de restauración, ingeniería de proyectos y modelo de gestión.

La Corporación de Manejo Forestal Sustentable presentó su experiencia de 25 años en la restauración activa y pasiva tras incendios forestales, con énfasis en medidas de restauración post-incendios, uso de tecnologías para recuperación y monitoreo y, sobre todo, restauración socioecológica, con visión de largo plazo.

La idea central fue que para las áreas afectadas se debe aplicar la restauración y no la reforestación. Restaurar es un proceso integral para devolver al bosque su papel, lo cual incluye sembrar especies nativas y metas de largo plazo que incluyan a la ciudad y su gente.

La técnica y la política

Pablo Zapata, director de Patrimonio Natural de la Secretaría de Ambiente del Municipio, abrió el segundo día con la explicación del “Plan de acción para la restauración ecológica en áreas afectadas por incendios forestales”.

El funcionario explicó la línea de tiempo del plan, que empezó con la sofocación de los flagelos y ahora se encuentra en la fase de consolidación del terreno, la búsqueda de las plantas y la preparación de lo que el Municipio ha presentado como la "Gran minga de reforestación".

Está prevista para el 23 y 24 de noviembre de 2024, y en función de las condiciones climáticas, será el inicio de la intervención de 1.015 de las 1.963 hectáreas afectadas por 49 incendios durante 2024 en Quito. Se estima que el de la parroquia Guápulo dañó 250 hectáreas. 

La meta es sembrar 20.000 árboles, arbustos y plantas nativas: pusupato, cholán, pumamaqui, nogal, aliso, guaba, arrayán y yalomán, en El Panecillo, Guangüiltagua, San Enrique Velasco, La Toglla, Santa Rosa, Carapungo, Guamaní Alto, Chilibulo, El Auqui y Perla Quiteña. 

Pero el objetivo final es sembrar 500.000 plantas hasta el 2025. El Municipio cuenta con 203.000 y espera que 297.000 sean el aporte de las empresas privadas. Estas, junto a universidades, organizaciones, colectivos e instituciones públicas, participarán desde el inicio.

Zapata señaló que luego vendrá la fase de monitoreo. Hasta el momento y como preparación para la minga, el Municipio ha hecho una intervención que involucra el retiro de la vegetación afectada, la limpieza de los escombros y sobre todo la evaluación de la condición del suelo.

Esperan contar con 2.500 voluntarios para las jornadas, que serán de 08:00 a 11:00 el sábado 23 y el domingo 24 de noviembre. En el sitio digital del Municipio es posible ver los detalles para ser minguero.

Los voluntarios deberán llevar ropa cómoda y usar gorra y protector solar, además de agua, costales, guantes, rastrillos y palas.

Los comentarios e intervenciones incluyeron el cuestionamiento de si los tiempos obedecían a un propósito político en temporada preelectoral, pues lucían cortos para las tareas propuestas, en especial el inicio de la siembra. También se pidieron más explicaciones sobre el seguimiento.

Asimismo se dijo que una minga no basta para solucionar un problema integral, pues se debe partir de la relación entre los espacios verdes y la ciudad, y considerar que sin la participación de la comunidad no se puede sostener un proceso exitoso en el largo plazo.

Varios participantes hicieron notar que los bosques quemados pertenecen no solo a la ciudad sino a personas particulares y será necesario negociar con ellos. Zapata defendió la visión de largo plazo del plan municipal, pues se contempla un seguimiento paulatino.

Y sobre el problema de intervenir en bosques privados, le dijo a este medio que buscarán hacer un proceso continuo de cambio de cobertura con los propietarios. Puso como ejemplo del trabajo que hace la Secretaría de Ambiente el hecho de que el cerro Casitagua no se quemó este año.

La presencia del eucalipto en los bosques quiteños plantea un dilema importante, coincidieron los participantes. El retiro de árboles adultos es muy costoso y el suelo se puede debilitar, pero además es una especie que ha cumplido un papel importante desde su introducción.

Pero no es el único que produce materiales combustibles como aceites y hojas. También los producen las especies nativas. De modo que Martín Bustamante, director del Zoológico de Quito y de la Fundación Zoológica Ambiental, planteó igniciones controladas para evitar grandes incendios.

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Los buenos ejemplos

Durante la jornada de cierre, fue posible conocer varios ejemplos de buen manejo ambiental. Uno de ellos es el de la rehabilitación de la Quebrada Ortega, en Quitumbe. Un barrio logró limpiar una quebrada rodeada de fábricas y afectada por la construcción del Metro, e integrarla a la vida cotidiana, con ciclovía incluida.

Otro ejemplo exitoso es el de Sembrando Raíces: 265 miembros de una sola familia lograron consolidar el primer bosquete andino en el Parque Bicentenario. Al buscar arbustos y matorrales nativos, los encontraron en algunos viveros comunitarios y crearon una Red.

Una presentación impactante fue la de la Red de Guardianes de Semillas, cuyo propósito fundamental es conectar a familias que protegen la agrobiodiversidad y promueven sistemas regenerativos de vida en Ecuador. Empezó en 2002 en Tumbaco y ahora su trabajo llega incluso a Colombia.

También fue posible escuchar el punto de vista de la Fundación EcoMinga, que a partir de las posibilidades de arborización, restauración o reforestación, planteó que una restauración exitosa debiera partir de saber qué especies había en esos sitios, para lo cual hoy se cuenta con muchas herramientas.

La directora del Fondo Ambiental de Quito, Mónica Reinoso, habló de líneas específicas de financiamiento para empresas, organizaciones y colectivos interesados en el cuidado de los bosques. Remarcó la importancia de que Quito sea parte del Chocó Andino

Las jornadas fueron organizadas por el Jardín Botánico de Quito y Sembrando Raíces, y contaron con el apoyo de Ñeque, el Fondo Ambiental de Quito y la Secretaría de Ambiente de Quito. 

Las participaciones -como la de EcoMinga- fueron comentadas por especialistas. Foto: Youtopia+Rett

"No hay un plan perfecto"

Ramiro Morejón fue el alma del evento. Él es parte de Sembrando Raíces e hizo una evaluación de los dos días de discusión. Se cuenta entre los optimistas aunque tiene varias observaciones. 

-¿Cómo evalúa el encuentro?

-Fue muy enriquecedor porque permitió contrastar puntos de vista entre sectores de la sociedad como organizaciones no gubernamentales, organizaciones comunitarias y autoridades como el Ministerio del Ambiente y el Municipio. Se logró enriquecer el debate y tener líneas claras. Hay una oportunidad para el Municipio de mejorar su propuesta y ve el largo plazo, pero depende de la voluntad política para fortalecer los vínculos con los actores comprometidos con los temas ambientales y sociales.

-¿Qué le parece la propuesta de hacer mingas?

-La propuesta no está mal. El problema es que -como se vio en las presentaciones-, no basta con acciones puntuales. La restauración implica procesos de largo plazo con criterio técnico y con la comunidad, no solo el Municipio que convoca a tres o cuatro mingas.

-¿Se trata solo de temas técnicos a tener en cuenta?

Hay algunos temas técnicos, hay que tener en cuenta el manejo del agua y del suelo, como se vio en algunas presentaciones. No se trata solamente de siembra de árboles, no es un tema estrictamente técnico sino ambiental y social. Si no llegamos a un acuerdo es muy complejo y costoso y los efectos pueden ser peores.

-¿El eucalipto está siendo satanizado?

-De aquí al futuro, hay que reforestar con especies apropiadas y con el eucalipto hay que hacer un manejo. Nuestro proyecto hace énfasis en el mantenimiento y el manejo. Si no hay un enfoque de largo plazo y si no es estratégico dentro de proyecto de ciudad más sostenible, se queda como algo puntual que no trasciende.

-De lo que se vio en las jornadas, hay optimismo y pesimismo.

-Hay optimismo y pesimismo y mucha pasión. Pero se siente el compromiso de sectores que hacen trabajo de campo y hay relación con las comunidades, porque es hora de hacer cosas que duren en el tiempo. Si queremos el plan perfecto no vamos a hacer nada nunca.