Colombia mantiene las puertas abiertas al 'fracking' petrolero
Pese a las declaraciones de Gustavo Petro de que se prohibiría esta técnica extractiva, el Congreso no avanzó. Algunos candidatos presidenciales la apoyan.
Por Shirley Forero
El fracking es la abreviatura de fracturación hidráulica, un método para extraer petróleo y gas fósil que consiste en inyectar al subsuelo una mezcla de agua, arena y sustancias químicas a gran presión, para fracturar las rocas y liberar los hidrocarburos atrapados en ellas.
Se aplica principalmente en yacimientos donde los recursos no pueden extraerse con técnicas tradicionales. Emite metano (gas cuyo efecto invernadero es más potente que el del dióxido de carbono) y, en promedio, cada pozo de fracking utiliza entre 7,8 y 15,1 millones de litros de agua, mezclada con productos químicos, incluyendo sustancias cancerígenas y toxinas.
La gestora comunitaria del agua y representante de la Red de Acueductos Comunitarios de Villavicencio (Acer Agua Viva), Adriana Baquero, cree que prohibirlo va más allá de una decisión climática: la considera una medida para proteger el agua como bien común.
“Es algo donde van a utilizar químicos, donde va a ser algo un poco más complicado y que va a afectar directamente el suelo y el subsuelo”, comenta.
El Estado colombiano, siguiendo la firma del Acuerdo de París (Ley 1844 de 2017), decidió no iniciar nuevas exploraciones de hidrocarburos para avanzar en las metas de reducción del 51% de emisiones para 2030 y alcanzar la carbono neutralidad en 2050.
Colombia también suscribió el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, una iniciativa internacional que busca dejar de depender del carbón, el petróleo y el gas. Este compromiso incluye específicamente la no apertura de nuevos proyectos, como la práctica del fracking.
Petro dijo durante su campaña y luego confirmó como presidente, que en su gobierno no se desarrollarán nuevos proyectos piloto con esta tecnología, ni se darán nuevas licencias para esa práctica. Ofreció en Santander en 2022 q

"Es una especie de suicidio por unos dólares rápidos, inmediatos, se cambia la riqueza del futuro (...) El agua es más valiosa que el oro. En mi gobierno no habrá fracking": Gustavo Petro
Pero el proyecto de ley para prohibir el fracking ha quedado estancado en su presidencia. Su mandato terminará en agosto de 2026 y el contexto electoral deja las puertas están abiertas a posturas que podrían definir el futuro de la fracturación hidráulica en Colombia.
El Gobierno respalda un proyecto de ley (053 de 2025) que busca prohibir el fracking y la explotación de yacimientos no convencionales. Aunque el Senado la aprobó en 2023, la propuesta no avanzó en la Cámara de Representantes.
Pero en julio de 2025, el Ministerio de Ambiente radicó nuevamente la iniciativa, con mensaje de urgencia, para que sea debatido con más rapidez en el Congreso.
Tales antecedentes evidencian que prohibir el fracking en Colombia se convirtió en una prolongada lucha política y económica. Desde 2020 se han presentado seis proyectos de ley ante el Congreso de la República que por una u otra razón no logran avanzar.
Intereses y contexto electoral
Los discursos a favor de esta práctica aparecen con fuerza entre las y los parlamentarios de sectores más conservadores o de derecha, que hacen énfasis en la necesidad de seguridad energética, producción nacional y reducción de costos.
El precandidato a la presidencia Mauricio Cárdenas, del partido Conservador Colombiano, propuso adoptar el fracking “responsable” como parte de sus cinco primeros decretos, si llega a la Presidencia en 2026.
La senadora por el partido Centro Democrático, Paola Holguín, respalda la técnica como herramienta para fortalecer la oferta energética. Promueve que se realicen proyectos piloto para “tomar una decisión científica” antes de optar por la prohibición. Tal postura también ha sido respaldada por su compañera de partido, la precandidata presidencial Paloma Valencia.

También se han dado casos en los que las posturas cambian. En 2018, la precandidata Claudia López (quien era parte del Partido Alianza Verde y ahora inscribió su candidatura con Imparables, su comité por firmas).
Por ejemplo, cuando fue fórmula vicepresidencial de Sergio Fajardo, publicó mensajes como “¡No al fracking! Nosotros le apostamos a las energías renovables”. Hoy su discurso es: “Va a volver a explorarse y explotarse todos los recursos energéticos que tiene Colombia. Gas, petróleo, fracking, sol, viento”.
En la otra orilla, uno de los parlamentarios que se ha manifestado en contra es el senador Wilson Arias, quien además es ponente del proyecto de ley 053 de 2025. En entrevista con Climate Tracker, señaló las áreas sujetas a exploración.
“En Colombia existen varios potenciales yacimientos no convencionales de hidrocarburos en cuencas sedimentarias, especialmente en el Valle del Magdalena Medio, Llanos Orientales, Catatumbo, Cesar y Putumayo”, afirmó.
“En Colombia hay varios potenciales yacimientos no convencionales de hidrocarburos en cuencas sedimentarias, especialmente en el Valle del Magdalena Medio, Llanos Orientales, Catatumbo, Cesar y Putumayo”: Wilson Arias
Precisó que “uno de los territorios de mayor interés es el Valle del Magdalena Medio, el cual ha sido históricamente objeto de explotación petrolera, lo cual ha dejado contaminación de agua y de aire en municipios como Puerto Wilches”.
En el gobierno de Juan Manuel Santos, explicó Arias, se intentó regular la exploración y explotación de hidrocarburos no convencionales. Se expidieron el Decreto 3004 de 2013, con las bases para aprovechar estos yacimientos; y la Resolución 90341 de 2014, con sus aspectos técnicos.
Sin embargo, desde septiembre de 2019, el Consejo de Estado suspendió esas normas porque se presentó una Acción de Nulidad Simple. Hasta que el ente no tome una decisión definitiva, esas indicaciones siguen sin aplicarse.
“A pesar de esto, hay una excepción: los Proyectos Piloto Integrales de Investigación (PPII)”. Son experimentos científicos controlados, cuyo objetivo es obtener evidencia técnica y ambiental que ayude a decidir si la técnica debería permitirse o no en Colombia.
La nueva propuesta busca eliminar o dejar sin efecto esos pilotos, lo que significaría detener cualquier avance experimental. Y que no quede ninguna vía legal para autorizar el fracking en Colombia, ni comercial, ni experimental.

Ecopetrol hace fracking en EE.UU.
Desde 2019, la Empresa Colombiana de Petróleos (Ecopetrol) y Occidental Petroleum (OXY) tienen una asociación para desarrollar yacimientos de hidrocarburos, incluidos no convencionales, en las subcuencas de Midland y Delaware, en Texas, Estados Unidos.
Ecopetrol es de propiedad estatal (88%) y privada (12%). “Con este plan de inversión en 2025, podemos estar perforando cerca de 91 pozos de desarrollo, con una inversión que supera los USD 880 millones y que nos permitirá una producción cercana a 90.000 barriles de petróleo por día”, afirmó el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa Barragán.
La investigación “¿Cuál es el negocio de Ecopetrol con OXY en el Permian?, publicada por el ingeniero Juan Gonzalo Castaño Valderrama, concluye que “las inversiones en fracking en la cuenca del Permian evidencian rentabilidades decrecientes, márgenes cada vez menores y la necesidad constante de nuevas inversiones para sostener niveles de producción".
Además, señala, "tienen un componente creciente de gas de bajo valor comercial en Estados Unidos, con riesgos de crear activos varados debido a su alto costo de extracción y perspectivas de producción no comercial”.
De acuerdo con el informe, entre 2023 y 2024, las utilidades de Ecopetrol Permian disminuyeron un 25% en comparación con el año anterior, pese a que la producción equivalente aumentó un 40% y los precios del crudo se mantuvieron relativamente estables.
Los resultados evidencian que las inversiones acumuladas -valoradas en USD 3.800 millones- en los activos del Permian no han generado los rendimientos esperados. En cinco años de operación (2020–2024), las ganancias de USD 723,6 millones no alcanzan a cubrir siquiera la inversión inicial de USD 1.500 millones, sin considerar las deudas actuales de USD 976,7 millones ni las inversiones previstas para 2025 (USD 880 millones).
En medio de este panorama, el presidente Petro ha intentado que Ecopetrol cancele o modifique su participación. "Quiero que se venda esa operación para invertirla en energías limpias. Que se discuta técnicamente, económicamente, pero no puede ser que nosotros estemos por la muerte y no por la vida", manifestó en un consejo de ministros.

Territorio: interés a tener en cuenta
El más reciente proyecto contra el fracking, informó el Ministerio de Ambiente, cuenta con respaldo de evidencia técnica y científica que advierte sobre sus efectos, como la contaminación del agua, aire y suelos, con riesgos para la salud de las personas.
Asimismo, consumo excesivo de agua; contaminación de ríos y acuíferos con productos químicos tóxicos; generación de residuos peligrosos, algunos con presencia de materiales radiactivos; afectaciones a la agricultura, la ganadería y la biodiversidad; emisión de gases contaminantes como el metano, que agravan el cambio climático, entre otros.
Según el estudio “La intensificación de la huella hídrica de la fracturación hidráulica” de la Duke University (que evalúa 12.000 pozos en Estados Unidos), entre el 2011 y 2016 la cantidad de agua usada por pozo para fracking aumentó en 770%.
El documento afirma que el volumen de aguas residuales cargadas de sales usadas para la fracturación en pozos de petróleo y gas generados durante su primer año de producción también aumentó en 1.440% durante el mismo período.
Además, para la Unión Americana de Geofísicos, que compiló datos de consumo de agua de 263.859 pozos entre 2000 y 2014, los volúmenes promedio de agua usados por pozo para la fracturación hidráulica varían significativamente según el tipo y la ubicación del pozo. En algunas cuencas, el uso promedio más alto se sitúa entre 10 y 36,6 millones de litros por pozo.
En Colombia, según el Estudio Nacional del Agua expedido por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, existen cerca de 16 departamentos susceptibles de desabastecimiento, que cuentan con al menos el 50% de sus municipios con grado de afectación a dicho fenómeno.
Además del desperdicio, Adriana Baquero señala el problema de la contaminación del agua, sobre todo las aguas subterráneas. “Muchas comunidades nos abastecemos no solo de aguas superficiales, sino, por ejemplo, acá en Villavicencio el 50% de las comunidades nos abastecemos de agua subterránea”, dice.
“Muchas comunidades nos abastecemos no solo de aguas superficiales, sino, por ejemplo, acá en Villavicencio el 50% de las comunidades nos abastecemos de agua subterránea”: Adriana Baquero
Baquero dice que tuvo esperanzas en que la protección del territorio sería la prioridad del gobierno de Petro, pero hoy su postura ha cambiado. “Nosotros realmente teníamos una expectativa muy diferente, pero realmente no hemos visto avances”, sostiene.
En medio de esa ausencia de avances, ha surgido una dicotomía. Aliados del gobierno actual han mostrado su postura a favor del fracking, como el presidente de la Unión Sindical Obrera (USO), César Loza.
En el primer Foro de Petróleo, Gas y Transición Energética, afirmó que “la USO ha tomado la decisión de decirle sí a los pilotos”, en referencia a los proyectos piloto de fracking.
Esta declaración contrastó con el mandato más reciente de la Asamblea General de la organización, que rechaza apoyar esa práctica. La contradicción generó tensiones internas y cuestionamientos públicos.
“Lo que hoy se conoció en medios de comunicación, en cabeza del presidente de la Junta Directiva Nacional de la USO, no es la posición oficial de la organización”, aclaró Ariel Corzo, otro dirigente sindical.
“No aceptamos el negacionismo en la USO y que el presidente de la USO Junta Directiva Nacional a nombre propio reabra públicamente el debate de la necesidad de hacer fracking en Colombia”, dice el Congreso de los Pueblos (CdP) en un comunicado publicado el 22 de agosto de 2025.
En el documento, CdP afirma que la humanidad está en “la antesala de la extinción planetaria”, y cita los “límites planetarios”, propuestos por un grupo de científicos liderados por Johan Rockström (del Stockholm Resilience Centre, Suecia) y Will Steffen (de la Universidad Nacional de Australia).
Este artículo fue producido con el apoyo de Climate Tracker América Latina
