Cómo acelerar la cooperación entre la academia y la industria: una jornada de ideas y compromisos
Redacción Youtopía
Es urgente juntar los esfuerzos de la academia y el empresariado para fortalecer el cambio productivo y económico del Ecuador.
Ese fue el tema central del encuentro organizado el 22 de julio, por la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) y la Alianza para el Emprendimiento e Innovación (AEI).
Estuvieron presentes rectores y vicerrectores de varias universidades, además de autoridades gubernamentales y dirigentes de la AEI.
Allí se analizó la importancia de la colaboración entre las industrias y los centros académicos, bajo el enfoque del ecosistema de innovación israelí.
En mayo de este año, el presidente ecuatoriano Guillermo Lasso viajó a ese país.
Lo hizo con una comitiva en la que participaron representantes del sector público y privado. Uno de los objetivos era relacionar a los dos países en materia de emprendimiento.
Andrea Montalvo, titular del Senescyt, dijo al abrir la reunión que las excesivas regulaciones a las universidades dejaron de lado la importancia de la innovación.
Según ella, las investigaciones centradas en la práctica y la empresa no se podían publicar como artículos científicos.
El Estado se está haciendo a un lado y está dejando de poner vallas.
“Nuestra misión ahora es impulsar el vínculo entre academia y empresa, para empujar la innovación y desde luego el impacto en la sociedad”, dijo Montalvo.
Andres Zurita, director ejecutivo de la AEI, relató la experiencia de la víspera entre ese organismo y el empresariado guayaquileño.
Mencionó que ese sector quiere trabajar con las universidades, con el propósito de apoyar aspectos como la innovación y la seguridad.
Dio a conocer que la organización ha sumado USD 250 millones en capital emprendedor. Y anunció que los miembros de la red se han puesto la meta de contar con USD 222 millones anuales, para investigación, desarrollo e innovación.
Universidad y empresa: los casos de Quito y Loja
El canciller Juan Carlos Holguín fue parte de la misión a Israel.
Él hizo un recuento de los esfuerzos locales por avanzar en el emprendimiento y la innovación, aunque advirtió que muchas veces se confunden los dos términos.
También se mostró de acuerdo con las virtudes del modelo israelí, a condición de que a partir de él se construya un modelo propio.
“El rol de la universidad es vital en el desarrollo del país: el Estado, el sector privado y la universidad deben estar juntos, pero sobre todo hay que añadir la cuarta hélice que es la sociedad“, dijo.
A su criterio, las políticas no deben hacerse desde un escritorio ni con un Estado que sobre regule a los centros académicos.
Y, peor todavía, que estos sean usados para hacer política en lugar de hacer investigación. Se debe buscar una universidad libre con estudiantes libres y que tengan el apoyo para innovar.
También habló de experiencias líderes de innovación en la Capital, como Conquito en 2003
Y añadió que es una ventaja que la ciudad cuente con universidades que se alojan en un área reducida. También afirmó que La Floresta es un espacio de emprendimiento.
Enseguida, Marcos Vega, director ejecutivo de Prendho, de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), abordó el modelo de relacionamiento académico con el empresariado y la sociedad.
Hizo una explicación minuciosa sobre la evolución de la investigación científica de la universidad hasta la creación del Parque Científico y Tecnológico en 2019, así como de las lecciones aprendidas.
Luego se instaló un panel en el que participaron los rectores de las universidades San Francisco de Quito (USFQ) y UTPL, Diego Quiroga y Santiago Acosta, respectivamente.
Ellos expusieron sus puntos de vista sobre el papel de la academia y la empresa, y se refirieron al modelo de innovación que se plantea en Israel.
Al final del evento se firmó el Manifiesto Simbólico por la Innovación.
Allí, la subsecretaria general del Senescyt, Andrea Ibáñez, mencionó los siguientes pasos a seguir en este relacionamiento academia-empresas.