Retroceso de glaciares y sequías extremas agravan la crisis del agua

Solo un tercio de las cuencas hidrográficas del planeta mantuvo niveles normales en 2024. La temporada lluviosa se instala en Ecuador.

Retroceso de glaciares y sequías extremas agravan la crisis del agua
El glaciar Tasman es el más grande de Nueva Zelanda y uno de los glaciares de montaña más grandes del mundo. El retroceso del hielo en los últimos años debido al calentamiento global es claramente visible. Foto: João Murteira, Flickr OMM

La crisis del agua se profundiza. Solo un tercio de las cuencas hidrográficas del planeta presentaron condiciones “normales” durante 2024.

Así se registra en el Informe Estado de los Recursos Hídricos Mundiales 2024, publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

El resto de las cuencas experimentaron niveles de agua superiores o inferiores a lo habitual, lo que refleja un desequilibrio hídrico global persistente por sexto año consecutivo.

A la par, los glaciares del mundo siguen en retroceso: por tercer año consecutivo, todas las regiones registraron pérdida de masa glaciar, afectando gravemente la disponibilidad futura de agua dulce.

En varias zonas con glaciares pequeños ya se ha alcanzado el denominado “pico de agua”, el punto máximo de escorrentía, a partir del cual el caudal disminuirá progresivamente.

2024 fue el año más caluroso desde que existen registros y comenzó con un episodio de El Niño, que afectó a las principales cuencas hidrográficas.

Ello contribuyó a las sequías que se produjeron en el norte de América del Sur, la cuenca del Amazonas y el sur de África.

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Sequías extremas y lluvias fuera de norma

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En 2024, la cuenca del Amazonas, otras zonas de América del Sur y el sur de África sufrieron sequías severas, mientras que África central, occidental y oriental, y varias partes de Asia y Europa central, enfrentaron precipitaciones inusualmente intensas.

“La situación del agua en el mundo es alarmante. Está sometida a una presión creciente, y los peligros asociados —cada vez más frecuentes y devastadores— tienen un efecto cada vez mayor sobre nuestras vidas y nuestros medios de subsistencia”. Celeste Saulo, Secretaria General de la OMM.

Según datos recientes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), los glaciares de montaña, que actúan como reservas naturales de agua dulce, están desapareciendo a un ritmo sin precedentes.

Esto impacta directamente a las comunidades que dependen de estos deshielos estacionales para abastecerse durante todo el año.

Paralelamente, regiones como el Cuerno de África, el sur de Europa o partes de América Latina enfrentan sequías más frecuentes, prolongadas e intensas.

En este escenario crítico, la sostenibilidad hídrica deja de ser una meta a largo plazo, para convertirse en una urgencia inmediata.

“Hablar de agua es pensar en glaciares, en ríos, en lluvia y, sin embargo, el agua también es nuestro gran límite", reflexiona Julia Ayuso, directora de la Escuela de Sostenibilidad de la Universidad Europea (UE).

"La sostenibilidad hídrica no es un concepto abstracto, es algo tan real y tan aterrizado como la diferencia entre tener agua potable o depender de algún sistema en el mejor de los casos", advierte.

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El informe, elaborado con datos de los miembros de la OMM, sistemas globales de modelización y observaciones satelitales, proporciona una evaluación científica sobre el estado de los flujos fluviales, embalses, aguas subterráneas, nieve y glaciares.

Saulo subrayó la urgencia de mejorar el monitoreo hidrológico y el intercambio de datos entre países: “Sin datos, corremos el riesgo de actuar a ciegas”, advirtió. “No se puede gestionar lo que no se mide”.

Actualmente, 3.600 millones de personas carecen de acceso adecuado al agua al menos un mes al año, y la cifra podría superar los 5.000 millones para 2050, según estimaciones de ONU-Agua.

Además, el mundo está lejos de cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6, relacionado con agua limpia y saneamiento para todos.

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Ríos y lagos

En los últimos seis años, apenas un tercio de las cuencas hidrográficas del mundo presentaron caudales normales, en comparación con la media de 1991-2020.

Esto significa que dos de cada tres cuencas sufren exceso o déficit de agua, lo que refleja un ciclo hidrológico cada vez más irregular. 

Se observaron caudales muy por debajo de lo normal en cuencas fluviales clave, como las de los ríos Amazonas, San Francisco, Paraná y Orinoco en América del Sur, y las de los ríos Zambeze, Limpopo, Okavango y Orange en África meridional.

Los glaciares preocupan

2024 fue el tercer año consecutivo en el que se registró una pérdida generalizada de hielo en todas las regiones glaciares.

En total se perdieron 450 Gt, lo que equivale a un enorme bloque de hielo de 7 km de altura, 7 km de ancho y 7 km de profundidad, o un volumen de agua suficiente para llenar 180 millones de piscinas olímpicas.

Tal cantidad de agua de deshielo supone un aumento del nivel del mar a escala mundial de unos 1,2 milímetros en tan solo un año, lo que conlleva un mayor riesgo de inundaciones para cientos de millones de personas que viven en zonas costeras.

Se registraron pérdidas de masa sin precedentes en los glaciares de Escandinavia, Svalbard y el norte de Asia, mientras que otras regiones, como el Ártico canadiense y la periferia de Groenlandia, experimentaron pérdidas más moderadas.

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Lluvias en Ecuador

De acuerdo con el Instituto Nacional de Metereologís e Hidrología (Inamhi), septiembre y octubre son meses de transición de la época seca a la lluviosa.

"Entre el martes 23 y el sábado 27 de septiembre de 2025 se prevén lluvias de intensidad variable en varias zonas del país. La mayor probabilidad de eventos más intensos se concentra en los días jueves 25 y viernes 26", indicó el Inamhi.

Por ahora, la presencia de lluvias se produce por la combinación de condiciones de inestabilidad atomosférica y al ingreso de humedad desde el sur del continente.

En la Amazonía habrá más intensidad de lluvia. En la Sierra esta se concentrará en el centro y en el sur interandinos. En el caso de la Costa se prevé que habrá más precipitaciones en Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas.