El guarango, una oportunidad de bionegocio en el bosque seco andino

La Red Bosandino Ec ha exportado más de 500 toneladas del producto a Perú. Ocho organizaciones promueven este bionegocio en 6 provincias.

El guarango, una oportunidad de bionegocio en el bosque seco andino
El 11 de marzo de 2025, técnicos del Maate realizaron una inspección de la carga correspondiente a la octava exportación hacia Perú. Foto: cortesía

Son las 09:00 del 4 de junio de 2025 y Évelyn Oyola, coordinadora de la Corporación de Desarrollo Integral María Inmaculada, explica los pasos del proceso de acopio de las vainas de guarango, en el local ubicado en el barrio La Dolorosa del cantón Guano, en Chimborazo.

El sitio tiene una capacidad máxima de almacenamiento de 15 toneladas y se construyó a finales del 2023. La Corporación María Inmaculada cuenta con 17 socios: siete mujeres y diez hombres.

Ellas se encargan de la recolección y los varones de la selección de las vainas, del pesaje y de tener todo listo para la exportación, una vez que técnicos de Agrocalidad realizan el respectivo control y verificación del producto.

La vaina de guarango se cosecha del árbol del mismo nombre, endémico del bosque seco andino. La recolección se realiza en seis provincias: Carchi, Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua y Chimborazo.

En esas provincias están las ocho organizaciones, entre ellas la Corporación María Inmaculada, que son parte de la Red Bosandino Ec. Esta es una iniciativa que surgió como parte del Proyecto Guarango.

En el centro de acopio del barrio La Dolorosa se cargan los tráilers que irán hasta Perú.

“La mayoría de los 200 recogedores del cantón Guano son mujeres de la tercera edad y se ponen de acuerdo con nosotros para que retiremos el producto de sus huertas o para que lo recibamos en el centro”, dice Oyola. Las vainas llegan en saquillos, para pasar por un proceso de revisión y secado.

Poco a poco se ha logrado que los recogedores lleven las vainas en mejores condiciones, explica Oyola. Luego de esta selección, el producto se pesa, se ensaca y se conserva sobre palets antes de exportarlo por vía terrestre a Perú.

La primera exportación de febrero de 2022 fue de 22,6 toneladas, y la última, en marzo de este año, alcanzó las 58,8 toneladas. En total se han efectuado ocho exportaciones por un volumen de 502,7 toneladas (ver gráfico).

En ese país existen procesadoras de guarango, del cual se extrae la goma, útil para la curtiembre y también como espesante de productos alimenticios.

El origen del proyecto

Évelyn Oyola recuerda que la recolección y comercialización de vainas de guarango en la organización que ella representa comenzó en 2016. Dice que en esos años se dedicaron a la reforestación y trataron de formalizar el aprovechamiento del recurso, con la presentación de documentos al Ministerio del Ambiente (Maate).

Tras la pandemia (2020), el Ministerio retomó el proyecto desde una perspectiva de exportación y sostenibilidad, con base en el desarrollo de un Plan de Manejo para el aprovechamiento sostenible de la vaina seca del guarango.

El Proyecto Guarango arrancó en octubre de 2021 y concluyó en diciembre de 2024. La iniciativa tuvo el financiamiento de las cooperaciones alemana, noruega y Heifer Internacional, cuya administración fue encargada al Fondo de Inversión Ambiental Sostenible (FIAS) y coejecutada por la Fundación Heifer Ecuador.

Actualmente y durante los próximos cuatro años, Heifer Ecuador hará un acompañamiento, con el objetivo de fortalecer la conservación del bosque seco andino y su biodiversidad, bajo un enfoque de bioeconomía. De esta manera, se busca contribuir al crecimiento de un bionegocio basado en el aprovechamiento sostenible de recursos naturales nativos del Ecuador.

Évelyn Oyola, coordinadora de la Corporación de Desarrollo Integral María Inmaculada, eplica el proceso de selección del guarango en el Centro de Acopio de Guano, en el barrio La Dolorosa. Foto: Youtopía Ecuador

Más mujeres se benefician

Antonio Moreno, gerente de la Red Bosandino Ec, afirma que el Proyecto Guarango ha contribuido significativamente a mejorar las condiciones sociales, económicas y ambientales de las organizaciones involucradas.

Una de las particularidades de esta iniciativa, explica Moreno, es que se gestiona bajo un modelo empresarial. “La Red nació de la necesidad de constituir una organización jurídica que permitiera exportar la vaina de guarango al Perú”.

Las organizaciones que intervienen son: Asoproalto y Produagro (Imbabura), Uorcizca y Ulivi (Cotopaxi), María Inmaculada y Compyta (Chimborazo), Anagave (Pichincha) y Asosábila (Tungurahua).

Justamente los parámetros sociales y ambientales han sido fundamentales para que las personas involucradas sientan ese apego al guarango, dice un entusiasmado Gerente. Él es un administrador que confía en la incorporación de más jóvenes de su edad, para lograr la sostenibilidad del bionegocio.

"Tanto desde el proyecto como desde la Red Bosandino, siempre se ha promovido el fortalecimiento de las mujeres, quienes representan el 87% de las personas beneficiarias en las seis provincias", señala Moreno.

La vida alrededor del guarango

A pocos kilómetros de Guano, en la comunidad San José de Gaushi, de la parroquia Calpi, Anita Sacalema, a sus 75 años de edad, cuenta que su vínculo con el guarango data de hace unos 20 años, pero que realmente el cultivo se volvió rentable desde 2021, con la ayuda técnica y financiera de Heifer.

“Es una satisfacción tener un ingreso para mí que vivo sola y no tengo quién me apoye, no he cogido del Estado un centavo de bono ni nada. A más de eso yo trabajo con otros frutales, con hortalizas”, señala Anita Sacalema, mientras muestra los árboles y plantas que cobijan su propiedad.

Ella tiene 300 árboles de guarango. En su huerta, el árbol tiene una buena asociatividad con otros productos que siembra, ya sea para la venta, como la uvilla o el tomate de árbol, o para el consumo familiar, como las zanahorias y las plantas medicinales.

Observa que el árbol sirve para protegerse de las heladas y el viento. “Con el cerramiento que tengo, el terreno no se erosiona. El guarango no afecta, más bien es una protección para nuestras plantitas y trae humedad. La hoja del guarango igual sirve de abono”.

En la comunidad San José de Gaushi, Beatriz Puma (izq.) y Anita Sacalema cuentan cómo el guarango ha sido un alivio para su economía familiar. Foto: Youtopía Ecuador

La líder de la comunidad, Beatriz Puma, señala que la ayuda de Heifer ha sido fundamental. “Como mujeres de campo que queríamos emprender nos ha ayudado técnicamente, cómo cuidar las plantas con abonos naturales; en realidad, nos ha ayudado a empoderarnos”, dice.

"Aquí trabajamos en grupo, cualquier 'centavito' que haya nos dividimos entre todos, pero asimismo el trabajo es conjunto", señala Puma. Explica que en esa localidad trabajan 12 mujeres, pero en la comunidad son 50 personas las que tienen árboles de guarango.

La dirigente comenta que el guarango, una vez crecido, no requiere mucha agua, que es muy escasa en la zona, especialmente en verano. En San José de Gaushi, a unos 3.200 metros de altura, el suelo es arenoso y árido, y hace frío por la cercanía del volcán Chimborazo.

Cómo crece el guarango

El árbol de guarango que crece espontáneamente en el bosque seco andino empieza a producir a los cinco años y puede hacerlo hasta los 100 años, explica Mauricio Terán. "Por ejemplo, en Riobamba, en su mejor estado de madurez ha habido arbolitos que han dado hasta 70 kilos de vaina de guarango por cosecha".

Él fue Gerente del Proyecto Guarango y actualmente es especialista ambiental de la Fundación Heifer Ecuador, para el fortalecimiento socioambiental de la Red Nacional Guarango, a lo largo de la Sierra norte y central.

Mauricio Terán y Antonio Moreno coinciden en que la Red ha logrado hasta hoy buenos resultados en Imbabura, Tungurahua y Chimborazo, aunque la idea es consolidarla en todas las provincias.

Terán señala que, a partir de la siembra de las semillas en almácigos y viveros, se ha logrado obtener árboles cuya producción puede empezar desde los dos años, aunque reconoce que estas investigaciones están en una etapa experimental.

Además, se realizan análisis de las potencialidades del guarango en otros ámbitos. Uno de ellos, el estudio fitoquímico efectuado por la Universidad Yachay, que encontró al menos ocho elementos, como saponinas (una especie de jabón), azúcares, ácidos tánicos, ácidos gálicos. "Eso refleja todas las posibilidades que se pueden obtener a partir de la vaina de guarango", dice Mauricio Terán.

En los viveros que maneja la Red Bosandino Ec se ha logrado desarrollar árboles, cuya producción puede comenzar a los dos años.

Los retos del bionegocio

Uno de los grandes objetivos que se ha trazado la Red es contar con una planta de producción propia, capaz de transformar la materia prima extraída del bosque seco andino en productos con valor agregado.

Esta infraestructura no solo permitiría diversificar la oferta, sino también mejorar la rentabilidad de las familias productoras, al llevar el guarango más allá de su estado natural.

Con esta visión, se busca ampliar el catálogo de artículos derivados del guarango —como insumos, extractos o bioproductos— que puedan conquistar nuevos mercados.

Para lograrlo, explica Antonio Moreno, es fundamental fortalecer las prácticas agroforestales en las propiedades de quienes integran la Red, promoviendo un manejo sostenible y eficiente de los recursos del bosque.

La Red cuenta con nueve centros de acopio: Tumbatú (Carchi); Asoproalto Peñaherrera, Asoproalto Lavandero y Produagro (Imbabura); Ulivi (Cotopaxi); Asosábila (Tungurahua); Gaushi, Compyta y María Inmaculada (Chimborazo).

A través de estas acciones, se busca ampliar la cartera de clientes, aumentar los volúmenes de exportación, mejorar la infraestructura de los centros de acopio, expandir las áreas forestadas y reforestadas, reducir las brechas de género, y fortalecer los viveros mediante el incremento del número de plantas cultivadas.

La meta es alcanzar, en un plazo de tres años, un volumen de 500 toneladas de vaina de guarango. Aunque ambicioso, este objetivo se plantea desde una base técnica y organizativa sólida.

Además, no se descarta la posibilidad de integrar más adelante a otras provincias con presencia de bosque seco andino, siempre que las condiciones ambientales, sociales y productivas lo permitan.

Esta proyección representa una hoja de ruta para seguir consolidando un modelo de bioeconomía inclusiva y sostenible, menciona el entusiasta Gerente.

La vaina de guarango es utilizada principalmente por la industria de curtiembre. Foto: Youtopía