7% menos de emisiones en 10 años: ¿meta conservadora o realista?
Ecuador presentó las II Contribuciones Determinadas sobre cambio climático. En esta segunda entrega, un debate sobre lo necesario y lo posible.

Por Álvaro Samaniego
“Nosotros la calificamos como una meta ambiciosa, porque hicimos un análisis en comparación de la I NDC”, declaró Jéssica Gallegos, subsecretaria de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (Maate).
Se refiere a que el compromiso que se ha impuesto el gobierno de Ecuador en las II Contribuciones Determinadas Nacionales a la ONU (II NDC) es mayor al que hizo el gobierno de turno hace seis años.
Cristina García es menos optimista. “Se hizo lo que se pudo”, afirmó la Oficial Senior de Programa de Gestión Paisajes y Clima de WWF.
Carolina Rosero cree, por su lado, que “podría pensar que no es el momento de ser conservadores cuando nos está viniendo una crisis”. Ella dirige el Programa Amazonía, de Conservación Internacional, una de las agencias con más actividad en Ecuador.
Participó en la construcción de la II NDC y afirma que “tenemos que ser más ambiciosos, invertir más y dedicar más recursos, no solamente económicos sino de personas, fortalecer capacidades; también dar un giro en la economía y las finanzas para que puedan apoyar”.
En la II NDC, Ecuador se compromete a unirse a los esfuerzos globales para reducir los gases de efecto invernadero (GEI), principales causantes del calentamiento global.
Así mismo, se dejó anotada una lista de temas sobre los que se trabajará en cuanto a mitigación, pero también hay otros tantos en lo que se refiere a adaptación.

Preparar al país para los impactos
La adaptación se entiende como reducir el riesgo climático actual y futuro de los sistemas sociales, económicos y ambientales, vulnerables ante los efectos adversos del cambio climático.
“El pico de emisiones va a continuar. El Ecuador decide que al 2050 recién va a comenzar a bajar para llegar a un escenario de carbono neutro”, sostiene Cristina García, de WWF. Y agrega que “en el tema de autos eléctricos estamos muy atrás”.
Para ello, según la II NDC, se requiere, para empezar, aumentar la resiliencia y disminuir la vulnerabilidad ante los efectos adversos del cambio climático, buena parte de lo cual depende de la cooperación internacional.
Se toma como base sectores que fueron priorizados ya por la Estrategia Nacional de Cambio Climático:
• Patrimonio Natural
• Patrimonio Hídrico
• Salud
• Asentamientos humanos
• Sectores productivos y estratégicos
• Soberanía alimentaria, agricultura, ganadería, acuacultura y pesca.
Se asume que el calentamiento global ya está aquí y que los esfuerzos deben concentrarse en tratar de que causen el menor daño y las menores pérdidas posibles.
El Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la Organización de Naciones Unidas ha delineado la escena futura: altas temperaturas, lluvias intensas, sequías, heladas más frecuentes.
Esto sucederá en un país especialmente vulnerable a los efectos del calentamiento global. Hay una relación directamente proporcional entre pobreza y vulnerabilidad.
Es débil la seguridad de las personas como la estabilidad de la biodiversidad. Por ello, adaptación también prevé proteger la biodiversidad de las especies que habitan 76 áreas protegidas. Suman 26’208.785,58 hectáreas, el 19,42 % del territorio continental:

En estas áreas habitan suficientes especies como para colocar al Ecuador en la lista exclusiva de los 17 países megadiversos de la Tierra. Tiene 24 de los 27 ecosistemas reconocidos en el mundo.

Un riesgo subestimado por la mayoría es el que pesa sobre el océano Pacífico. Tiene una doble función: la primera, como los bosques, atrapa gases de efecto invernadero y, además, disminuye el calor.
La variación de las temperaturas, y los niveles de ácido y oxígeno, afectan la vida en el mar. Eso significa que pone en riesgo la seguridad alimentaria y las posibilidades económicas de decenas de miles de ecuatorianos.
Grandes acciones vs grandes peligros
En la lista de cosas por hacer, los siguientes son los más relevantes:
• Soterramiento de tramos críticos del SOTE para evitar roturas y derrames de petróleo.
• Áreas de conservación, restauración de ecosistemas y prácticas sostenibles.
• Infraestructura verde para garantizar el uso y acceso al agua en cantidad y calidad.
• Reforzar la capacidad de respuesta sanitaria ante enfermedades sensibles al clima.
• Procurar acciones en zonas de riesgo de inundaciones y deslizamientos que afectan asentamientos humanos.
• Manejo de riberas, quebradas y represas artesanales a pequeña escala para el control y transporte de sedimentos en las cuencas hidrográficas.
• Promover la reforestación y restauración para mantener el ciclo hidrológico y el control de sedimentos en las cuencas que aportan a las centrales hidroeléctricas.
Buena parte de estas necesidades fueron planteadas por los participantes en el proceso, a través del cual se consiguió que la II NDC tenga una participación sustancialmente mayor a la I NDC, pero inferior a la que muchos hubieran deseado.
Protagonismos inéditos en la II NDC
“Es fundamental el involucramiento y la participación de los pueblos y nacionalidades indígenas y comunidades locales. Son cruciales para poder mantener los bosques”, afirmó Carolina Rosero, de Conservación Internacional.
Los actores del proceso, el número de talleres, las ciudades donde se ejecutaron, entre otros factores, demuestran una importante participación:

Cristina García, de WWF, relata que la II NDC “recoge muchos más aportes de más organizaciones, del sector privado, de la organización civil”.
Lo ratifica la Subsecretaria de Cambio Climático del Maate: “Vimos muchas iniciativas que querían ser parte de la NDC. Tuvimos más de 400 iniciativas que postularon”.
“Vimos muchas iniciativas que querían ser parte de la NDC. Tuvimos más de 400 iniciativas que postularon”: Jéssica Gallegos
Karina Barrera, del Centro de Pensamiento del Futuro, quien también participó de la construcción de la II NDC como ex subsecretaria de Cambio Climático, también lo mencionó.
“Se intentó hacer un esfuerzo más amplio de articulación territorial, que no se pudo hacer con la anterior NDC, pero sigue teniendo las mismas barreras de lenguaje técnico que es difícil de comprender para los mortales”.
Pérdidas y daños: nuevo elemento
Son los impactos adversos del cambio climático que no pueden ser evitados ni mediante la mitigación ni mediante la adaptación. Consta como el tercer componente de la II NDC.
Las pérdidas se refieren a daños irreversibles, como vidas humanas, especies biodiversas o territorios. Un ejemplo notable es perder una isla por el aumento del nivel del mar.
En cuanto a los daños, son impactos reparables, como la destrucción de infraestructura por eventos extremos (huracanes, inundaciones) o la degradación de suelos agrícolas.
Si bien la discusión nacional -incluso la internacional- no ha terminado, se tiene claros cuatro elementos: las pérdidas y los daños ya se han sufrido; aparecerán más con el calentamiento; son inevitables y se distribuyen de manera desigual; y, no se tratan de modo exhaustivo con acuerdos financieros, gubernamentales e institucionales.
“Ya se tiene información de riesgo climático y de modelamiento” en cuanto a pérdidas y daños, manifestó la Subsecretaria de Cambio Climático, Jéssica Gallegos.
Grandes conclusiones, grandes problemas
Conviene mencionar consideraciones que recogen la II NDC presentada por Ecuador, sumada a la realidad local e internacional:
Hay menos dinero de cooperación o hay más demanda de esos recursos. “Está decreciendo la inversión de cooperación internacional a nivel global”, dijo Carolina Rosero, de Conservación Internacional.
Cristina García, de WWF, añade que "estamos viviendo a nivel global una inestabilidad económica para los temas de clima, y también institucional”. Karina Barrera coincide en que no hay dinero en el país y que no está garantizado que se lo pueda conseguir.
Otra conclusión es que no se puede seguir mirando al calentamiento global como un tema netamente ambiental. “Es visto como un tema netamente ambiental, cuando realmente influye, impacta a todos sus niveles, en la economía, las finanzas, la salud”, según Carolina Rosero.
“Es visto como un tema netamente ambiental, cuando realmente impacta a todos sus niveles, en la economía, las finanzas, la salud”: Carolina Rosero
La clase política no ubica el calentamiento global dentro de las prioridades nacionales, es otro problema. “Es un tema de política pública. No debe depender del gobierno de turno”, expresa Karina Barrera.
Una falta de conciencia política redunda en instituciones débiles y presupuestos austeros. “Un Ministerio del Ambiente que, a lo largo de los últimos 10 años, ha venido siendo debilitado de manera tangible en recursos que destina el Estado, en personal y en los proyectos y las iniciativas. Está tan débil, que no puede hacer el control que se requiere”, dice Carolina Rosero.
“Al Ministerio de Ambiente, que lidera este tema, es el ministerio con menos poder en el gobierno. Está en una situación muy débil, le dan muy pocos recursos. Entonces, estas metas responden también a cómo estamos”, agrega Cristina García, de WWF. “Más que como una debilidad, yo le veo como una oportunidad”, interviene Jéssica Gallegos, del Maate.
“Al Ministerio de Ambiente, que lidera este tema, le dan muy pocos recursos. Entonces, estas metas responden también a cómo estamos”: Cristina García
La II NDC prevé casi exclusivamente el uso de recursos de la cooperación. El aporte de las instituciones nacionales es simbólico. “Nos falta financiamiento, lo que está entre nuestras prioridades nacionales”, admite Jéssica Gallegos, subsecretaria de Cambio Climático.
Otro problema es que para la población sigue siendo una amenaza lejana. “Es el punto en el que el cambio climático más claramente se junta con los problemas cotidianos de las personas. Por ejemplo, los temas de riesgos de los deslaves, de las inundaciones y, no tenemos que irnos muy lejos, la crisis energética”, todo está atado al cambio climático”, afirma Carolina Rosero.
Karina Barrera añade que “la NDC no es algo que la gente interiorice como algo que vaya a cambiar su vida. Tiene un lenguaje demasiado complejo. Cuando hablas de esto estás hablando de una élite del conocimiento”.
“La NDC no es algo que la gente interiorice como algo que vaya a cambiar su vida. Tiene un lenguaje demasiado complejo”: Karina Barrera
Por ultimo, está la desigualdad de capacidad de los gobiernos autónomos descentralizados. “Falta capacidad de los gobiernos locales para poder asumir este rol con el conocimiento debido y también para poder invertir en esas iniciativas”, manifestó Carolina Rosero.
Un ejemplo es la disminución de emisiones de metano por la disposición antitécnica de los desechos. “Vemos la necesidad urgente de fortalecer las capacidades de los gobiernos locales respecto al clima, en el marco de sus competencias”, considera Cristina García.