Por qué Cuenca y Quito son el buen y el mal ejemplo en el manejo del agua en Ecuador
Tratar las aguas servidas, integrar al río y no embaularlo, manejar conceptos de ciudad verde-azul, marca la diferencia
Andrea Encalada Romero es científica y vicerrectora de la Universidad San Francisco de Quito. A propósito del Día Mundial de los Ríos, aborda la situación de los ecosistemas hídricos en Ecuador por falta de plantas de tratamiento, pero también por falta de conciencia de autoridades y ciudadanos sobre la importancia del agua.
¿En efecto Ecuador es uno de los países con mayor promedio de recursos hídricos en relación con su superficie?
Sí, somos bendecidos porque tenemos muchas lluvias y muchos ríos, muchos lagos y lagunas. Pero ese recurso mal manejado puede ser un problema.
¿Cuál es el desperdicio de agua que se produce en Ecuador por los malos sistemas de riego?
No tengo ese dato en mi cabeza en este momento, pero tenemos un tipo de riego ineficiente porque es superficial, no es por goteo ni por inundación, entonces muchísimo de lo que regamos se evapora. Y también hay mucho desperdicio por fugas y tuberías en mal estado. Hay ciudades más eficientes que otras, pero en algunos casos en la Costa tenemos hasta el 70% de desperdicio por goteo y tuberías con fallas.
¿Cuán grande es el impacto negativo en los ríos a causa de la actividad humana?
Sacamos demasiada agua de los ríos, no dejamos lo que llamamos el caudal ecológico, y mucha del agua que sacamos no la volvemos a ingresar o cuando la re ingresamos es de pésima calidad. En la mayoría de ríos del mundo hay algún tipo de afectación.
En los lugares con menos población humana, los ríos son menos afectados. Cuando guardamos el bosque de ribera y tenemos plantas de tratamiento mantenemos la calidad de los ríos, pero hoy por hoy tenemos ríos muy contaminados y, en muchos casos, los hemos dejado vacíos o los hemos vuelto intermitentes: en una época del año tienen agua y en otra no.
¿Cuál es el ecosistema hídrico ecuatoriano más contaminado y que afecta más a la vida humana?
Los ríos más contaminados son aquellos que están drenando las zonas más productivas, donde lamentablemente no tenemos suficientes plantas de tratamiento para devolver agua limpia.
Por ejemplo el río Guayas está altamente contaminado porque es una de las zonas más productivas del país; su cuenca tiene muchas plantaciones de banano, arroz, camaroneras que producen una contaminación que llamamos difusa y que llega a través del drenaje, y si estamos usando pesticidas, con la lluvia ingresan al ecosistema.
Además tenemos ciudades muy grandes en la cuenca del Guayas y esas ciudades sin plantas de tratamiento descargan aguas servidas con una gran cantidad de bacterias coliformes fecales y muchos microorganismos, además de los contaminantes industriales. Posiblemente es una de las cuencas más contaminadas del país.
"Las cuencas de los ríos Guayas y Esmeraldas posiblemente son las más contaminadas del país"
Igualmente el río Guayllabamba, al drenar Quito, que tiene una población grande y una planta de tratamiento que más o menos cubre solo el 3% de la necesidad, recibe esta contaminación y la de algunas industrias.
Algunas sí tratan su agua pero muchas están tirando agua con compuestos que contaminan. Entonces la cuenca del río Esmeraldas, porque los desechos del Guayllabamba fluyen hacia el Pacífico, es también una de las más contaminadas.
En esa comparación, ¿cómo puede calificarse la contaminación por minería, por petróleo, por aguas servidas del río Napo? ¿Es más manejable, menos indeseable que la de los casos anteriores?
La cuenca del Napo -al ser tan grande la región amazónica- constituye más o menos el 1% del agua de la Amazonía, pero pese a eso, la cantidad de lluvia en esa zona es muy alta, y sí hay contaminación, y grave.
La contaminación minera es mucho más difícil de limpiar, porque se une con el sedimento y se acumula en flora y fauna, tanto en algas y macroinvertebrados y después en peces, y cuando nos los comemos ingerimos algunos de esos productos.
La contaminación por minería es una de las más dañinas por el tipo de compuestos que usa, como el mercurio, que son muy difíciles de remover.
Si bien todavía la minería ilegal no está bien mapeada, hemos encontrado poblaciones que están supuestamente separadas de los sitios donde se hace minería, y ya encontramos peces con altos niveles de contaminación.
¿Cómo es la contaminación por minería en relación con la contaminación por petróleo en los ecosistemas hídricos?
Siempre ha sido una preocupación muy grande en Ecuador la contaminación por petróleo porque hay productos altamente cancerígenos que afectan a la salud humana y ambiental y por supuesto a los organismos que están en agua y tierra. Se han producido muchos derrames y no ha habido un manejo ambientalmente correcto.
"La minería ilegal es un problema mucho más grande que el petróleo y que la minería legal".
Sin embargo, la minería ilegal es un problema mucho más grande que el petróleo en el país. De la minería legal conocemos un poco los problemas y estamos exigiendo reparaciones y mejor tratamiento ambiental, pero de la minería ilegal no tenemos ningún control, y desconocemos qué grupos están comercializando, mientras familias y comunidades enteras están dedicadas a ella, sobre todo en la parte alta del Napo. Jatunyacu ahora está muy afectada.
Hay un estudio que prueba que la mala calidad del agua y las enfermedades que provoca, llegan a reducir la expectativa de vida de las poblaciones más expuestas a su consumo. ¿Eso es así?
Sí. Afecta de varias maneras. En Ecuador, la mala calidad del agua que estamos dando a los niños afecta directamente la calidad de vida. Pero también es el alimento que coge la gente del río. La Amazonía se suple de proteínas que vienen de los peces, y no conocemos su calidad, es una pesquería de subsistencia, y esto está afectando la calidad de vida de la gente.
Además de los problemas por contaminación de los ríos, estamos viendo problemas por sequía de ríos, cuya época seca se está haciendo más larga y el río interrumpe su conectividad, y otro problema también son las inundaciones. Con el cambio climático estamos viendo estos efectos extremos con sequías e inundaciones más agudas que afectan a la gente, los lugares donde viven, cómo se transportan.
La Encuesta Nacional de Desnutrición Infantil 2023-2024, al medir el agua contaminada con E coli, nos dice que hubo una baja del 38,7% al 32,9%. ¿Es un buen resultado?
No, realmente no. Sabemos que no tenemos plantas de tratamiento, entonces no es que el agua esté mejor y por eso tenemos menos coliformes fecales. Puede ser una cuestión de cómo tratamos los datos y cuáles son las desviaciones estándar que estamos viendo, qué época estamos midiendo. Una de las cosas más graves que nos pasan en el Ecuador es que el monitoreo de los sistemas acuáticos es incipiente, es malísimo.
Yo quisiera ver quién reporta los datos, con qué frecuencia se recogieron y en qué época del año, porque esos organismos vivos dependen de la cantidad de agua que tengas y las condiciones del momento. Tenemos que entender las líneas de datos en el tiempo y los patrones que van subiendo y bajando. El 6% debe estar dentro del error de los datos, sobre todo si son muestreos puntuales.
¿Cuáles son algunos buenos ejemplos de manejo de los ecosistemas hídricos?
Hay varios buenos ejemplos, no son perfectos, pero todo es perfectible. En Cuenca, hace muchos años ya, separaron las aguas servidas del agua lluvia, y ese es un ejemplo del manejo de un modo más organizado. Cuando separas el agua servida va a plantas de tratamiento que es fácil de manejar con piscinas, que tienen diferentes tratamientos de sedimentación, hasta tener un agua mucho más depurada que puedes verter al río.
Lo que me han dicho -yo no he medido esa agua- es que el agua sale con algunos contaminantes pero mucho mejor porque pasa por varios procesos de tratamiento. En ese caso es más fácil porque tienes menos agua. En una ciudad más grande como Quito, donde está mezclada el agua de las casas con el agua industrial y el agua lluvia, la cantidad de agua es gigantesca, y hay que construir plantas de tratamiento muy grandes.
Quito es un mal ejemplo y Cuenca un buen ejemplo, porque se ha convertido en una ciudad verde-azul de alguna manera, porque tiene más conceptos de sostenibilidad. Esos conceptos son: necesitamos árboles, necesitamos vegetación de ribera para que amortigüe y prevenga inundaciones. Es conocer al río y que el río sea una parte central de la ciudad y nos conecte en vez de separarnos. En Quito queremos embaular y no ver porque nos da vergüenza, huele mal, está sucio. Allá al revés, estás en la ribera, vives alrededor, te quieres meter al río.
Hay buenos ejemplos en el noroccidente de Quito a niveles pequeños por ejemplo en Mashpi, donde la población se ha unido y ha hecho plantas pequeñas de tratamiento, que son como humedales naturales para limpiar. Por ejemplo Tandayapa, que es una población pequeña en el noroccidente, también tiene una planta de tratamiento que funciona bastante bien.
Dependiendo de la población se puede hacer plantas con más o menos infraestructura, menos natural o más natural. Incluso uno podría tratar el agua en la casa, y se ha visto en el mundo ciudades mini independizadas porque barrios enteros limpian su agua y entregan al sistema de la ciudad agua más tratada. Descentralizar ayudaría muchísimo a una ciudad como Quito, que tiene una topografía bastante difícil, con quebradas hondas.
En las plantas de tratamiento no hacemos más que replicar lo que hace la naturaleza, que es básicamente descomponer la materia orgánica. En las piscinas aumentamos la cantidad de microorganismos porque les damos mucha materia orgánica. Para que eso funcione tiene que estar separado el tipo de contaminación, porque si llega materia orgánica y materia industrial, las bacterias también se mueren.
¿Qué acciones concretas podemos tomar para mejorar nuestros ríos?
Necesitamos que las ciudades y las alcaldías trabajen en plantas de tratamiento y que estas devuelvan agua limpia al río. Esto tiene que estar unido con una estrategia de tener ciudades verde-azul, donde ayudemos a manejar el agua en todos los ciclos, desde el agua lluvia, dónde cae y cómo cae, para evitar inundaciones por ejemplo.
"La gente cree que solo las autoridades deben actuar y eso no es cierto, cada uno de nosotros sí podemos hacer cosas"
La gente cree que solo las autoridades deben actuar y eso no es cierto, cada uno de nosotros sí podemos hacer cosas, de abajo para arriba. Podemos ser más eficientes con el agua. Actualmente casi toda el agua de Quito viene de la Amazonía, no es de esta cuenca, nos estamos robando el agua y la pasamos para este lado. Entonces ya deberíamos tratar de que la Epmaps no traiga más agua de allá sino ser eficientes con el agua que tenemos.
Actualmente se desperdicia el 40% del agua y además, el uso per cápita de los ecuatorianos es altísimo. En las casas podemos hacer cosas para usar mejor el agua. Además los productos que utilizamos sí pueden ser más amigables con el medio ambiente, pues los productos contaminantes son difíciles de tratar. Cada uno puede cambiar sus hábitos pero necesitamos disciplina y entender el efecto que estamos causando.
Se necesita un cambio cultural y es muy importante que la ciudadanía exija a las autoridades que tengamos un uso más sostenible de los recursos naturales. Por primera vez en Quito veo un movimiento ciudadano con varios colectivos interesados en recuperar el río Machángara. Por primera vez veo que un alcalde está respondiendo porque se ha hecho un juicio diciendo: necesitamos el agua tratada y los ríos necesitan limpiarse.
La semana pasada precisamente la Epmaps y el Municipio presentaron un plan de descontaminación que no es perfecto pero es un primer buen paso. Tiene que ser más integral, se necesita un programa de educación ambiental muy fuerte y tiene que ser a todo nivel, desde el empresario hasta el niño de Quito y las amas de casa, no es un cambio de arriba para abajo. Y eso va a ayudar a que el recurso sea mejor utilizado.
Ya hay cortes de agua por la sequía, son evidencias de lo que estamos hablando.
Estoy trabajando en un proyecto con la Comunidad Europea para estudiar los ríos intermitentes, que son los que dejan de fluir, y lo que se ha visto es que la cantidad de ríos que se secan ha crecido. Hay más de 50% de ríos en el mundo que se están secando, tanto por uso como por el cambio de clima.
Cuando vivimos con abundancia, cuando en ciertas épocas del año es fácil abrir la llave y tener agua, no nos damos cuenta de que en el resto del mundo no es así, ni aquí en el Ecuador. Ahora nos están cortando el agua a nosotros, tenemos que empezar a valorarla.