Niños 'graduados' sin desnutrición crónica, el resultado de una escuela para madres
Por Cristina Márquez
Una sonrisa se dibujó en el rostro del pequeño Sebastián, cuando una técnica del proyecto Madres Guía le colocó una muceta con la frase “Libre de desnutrición crónica infantil“.
El pequeño, oriundo de Cebadas, una parroquia de Guamote, cumplió su primer año de edad con el peso y la talla adecuados, y con excelente salud.
Como él, otros 15 niños de varias comunidades de Guamote y Colta, ya se han graduado en una ceremonia simbólica, que celebra los primeros días de vida sin desnutrición crónica infantil (DCI).
Ese logro es una de las metas del proyecto emprendido por Fundación Redni y World Vision que consiste en capacitar a las madres desde la gestación. Ellas se forman en una escuela denominada Madres Guía donde aprenden sobre la alimentación adecuada, prácticas de higiene, consumo de agua segura y una innovadora metodología de estimulación denominada ‘go baby go’.
Las madres reciben acompañamiento, alimentos y controles médicos, desde que son captadas durante el embarazo, hasta que sus pequeños cumplen los primeros 1.000 días de vida. El objetivo es que adquieran todos los conocimientos para criar niños sanos, felices y bien nutridos. Estos tres factores inciden en el desarrollo cognitivo de los pequeños que luego determinará su futuro.
El proyecto se inició en Chimborazo, pero pronto se extenderá a otras provincias con alta prevalencia de DCI.
Recetas, estimulación temprana y más en la Escuela para Madres Guía
Elvia María Apugllón, de 28 años, es una alumna entusiasta. Ella acude sin falta a los talleres que se cumplen una vez al mes para aprender cómo prevenir la desnutrición crónica infantil.
“Nos enseñan sobre los grupos de alimentos, cómo combinar los carbohidratos, proteínas, vegetales y frutas para la alimentación complementaria, eso es algo que yo no sabía”, dice la mujer que tiene siete meses de embarazo.
Elvia será madre por segunda vez. Cuando nació su primer hijo, quien ahora tiene siete años, no recibió asesoría. Ella cuenta que en su comunidad, en Guamote, no se hablaba de la desnutrición crónica y que casi nadie conocía de sus efectos.
“Antes no teníamos ninguna ayuda. No sabíamos cómo alimentar a nuestros guaguas, sólo confiábamos en lo que dicen los médicos, pero íbamos cuando ya estaban enfermos”.
En el primer año del proyecto se capacitaron 200 mujeres de los dos cantones de Chimborazo. En un nuevo ciclo que se abrió hace tres meses hay 160 alumnas nuevas.
Para ser parte del proyecto, las embarazadas deben acudir todos los meses a sus controles médicos. Ellas reciben el acompañamiento de técnicas que las visitan en sus hogares y talleres mensuales donde se capacitan sobre varios temas.
La lactancia materna y la alimentación complementaria son los temas principales. Las madres aprenden también sobre una metodología de crianza con ternura que combina la estimulación temprana, con el juego, la paternidad activa, la alimentación sana y otras actividades, denominada ‘go baby go’.
Esa metodología fue diseñada por expertos de World Vision como estrategia para combatir la violencia a los niños que está arraigada, especialmente, en las comunidades indígenas. El propósito es que los niños se sientan amados, protegidos y crezcan en entornos seguros.
20 educadoras comunitarias se capacitan para replicar su experiencia
En una segunda fase del proyecto, 20 madres se capacitan para convertirse en educadoras comunitarias.
Las madres, que previamente fueron parte de la escuela Madres Guía, ahora se preparan en nuevas temáticas, como técnicas de enseñanza para adultos, dinámicas grupales, acompañamiento en la lactancia materna y otras.
El objetivo es que ellas, en sus propias comunidades, puedan replicar el acompañamiento y la capacitación que recibieron a nuevas madres gestantes.
Las educadoras comunitarias concluirán su capacitación en septiembre y recibirán una certificación avalada por el Ministerio de Trabajo, la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, el Instituto Jaime Roldós Aguilera, Redni y World Vision.
Las mujeres que accedieron a los talleres son quienes cuentan con su educación secundaria completa y han demostrado esmero al poner en práctica los conocimientos que recibieron en la escuela para Madres Guía. Ellas están en la posibilidad de continuar estudiando para después obtener una tecnología superior en desarrollo integral infantil.
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