Microplásticos: una amenaza invisible para la salud pública
Uno de los temas que se trataron en la INC-5.2 de Ginebra abordó la salud y los plásticos. Investigaciones advierten afectaciones en órganos humanos.
En febrero de 2025, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) publicó un artículo en el que advierte los riesgos que ocasionan los microplásticos en la salud humana.
Allí se advierte que se han encontrado microplásticos en la tierra, el mar y el aire, a lo largo de la cadena alimentaria y en el cuerpo humano; aunque en este caso, serían nanoplásticos.
“Si bien aún no se conoce el alcance total de los impactos de los microplásticos en la salud, los estudios indican que pueden aumentar la probabilidad de sufrir un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular o la muerte”, dice al artículo.
El tema de los microplásticos en la salud humana fue uno de los asuntos que se analizaron en el marco de las negociaciones del INC-5.2, que se celebró del 5 al 14 de agosto de 2025, en Ginebra.
En la INC-5.2 más de 3.500 delegados de unos 180 países y 600 organizaciones buscaron un acuerdo para lograr un Tratado Global contra la Contaminación por Plásticos. Sin embargo, no se logró ningún compromiso.
“La contaminación por plásticos está dañando los ecosistemas, contaminando nuestros océanos y ríos, amenazando la biodiversidad, perjudicando la salud humana y afectando a los más vulnerables”. Luis Vayas Valdivieso. Embajador ecuatoriano, Presidente del Comité INC-5.2

Evidencias e investigaciones
En el artículo del Foro Económico Mundial se describe que se han detectado microplásticos en todo el cuerpo humano, incluyendo la sangre, los pulmones, el hígado e incluso en las articulaciones de las extremidades inferiores.
“Los científicos han encontrado evidencia de microplásticos en nuestro cerebro y estudios posteriores han revelado cómo estos microplásticos se acumulan y aumentan rápidamente en nuestro cerebro”.
Estos datos constan en investigaciones científicas divulgadas en publicaciones especializadas como ScienceDirect, National Center for Biotechnology Information, Nature Medicine, Frontiers y The Guardian.
Mientras tanto, un estudio reciente en el estado estadounidense de Oregón (oeste) encontró microplásticos en el 98,9% de mariscos.
El WEF dice que para tener una idea de la magnitud de esta amenaza a la salud humana se estima que una persona promedio puede comer, beber o respirar entre 78.000 y 211.000 partículas de microplásticos al año.
Cada año se producen más de 460 millones de toneladas métricas de plástico, de las cuales se estima que 20 millones terminan contaminando el medio ambiente.

Microplásticos en la salud humana
Si bien aún se desconoce el alcance total de los impactos ambientales y en la salud de los microplásticos, un estudio de 2024 señala la posibilidad de que puedan aumentar la probabilidad de infarto, accidente cerebrovascular y muerte.
Otro estudio publicado en Cell Report Medicine relaciona los microplásticos con la inflamación y las enfermedades no transmisibles.
En un estudio reciente con ratones, imágenes en tiempo real mostraron que los microplásticos se desplazaban por sus cerebros y obstruían los vasos sanguíneos.
Si bien los investigadores afirmaron que sería prematuro sugerir que el proceso pudiera replicarse en cerebros humanos, los autores concluyeron que los posibles efectos a largo plazo de los microplásticos en trastornos neurológicos, como la depresión y la salud cardiovascular, son preocupantes.
“Algunos investigadores afirman que nos encontramos en la calma antes de la tormenta y que, de manera alarmante, se espera un punto de inflexión en el futuro, que indique un brote significativo de contaminación por microplásticos si no se toman medidas efectivas para mitigarlo”.
Sin acuerdos en Ginebra
El impulso internacional para lograr un acuerdo sobre un acuerdo jurídicamente vinculante para acabar con la contaminación por plásticos resultó estar fuera del alcance de los Estados reunidos en Ginebra, al acordar reanudar las discusiones en una fecha futura.
“Han sido 10 días de arduas negociaciones en un contexto de complejidades geopolíticas, desafíos económicos y tensiones multilaterales”, comentó la directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), Inger Andersen.
“Sin embargo, hay algo claro: a pesar de estas complejidades, todos los países quieren claramente seguir en la mesa”. Inger Andersen.
Hablando con los medios al finalizar las conversaciones del Comité en Ginebra, Andersen enfatizó cómo los países expresaron un claro deseo de continuar participando en el proceso, reconociendo sus diferencias significativas respecto a la contaminación por plásticos.
“No alcanzar el objetivo que nos propusimos puede generar tristeza, incluso frustración. Sin embargo, no debe llevarnos al desaliento. Por el contrario, debe impulsarnos a recuperar nuestra energía, renovar nuestros compromisos y unir nuestras aspiraciones”, dijo el presidente del Comité, Luis Vayas Valdivieso.
El proceso del comité comenzó en marzo de 2022, cuando la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente aprobó la resolución 5.2, para desarrollar un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre la contaminación por plásticos, incluso en el medio marino.
