La mediación es la vía: “O logramos acuerdos juntos o nos destrozamos juntos”

Roberth Puertas aborda desde su experiencia las ventajas de esta herramienta para la paz social

La mediación es la vía: “O logramos acuerdos juntos o nos destrozamos juntos”
Foto: Quino Al / Unsplas

Roberth Puertas Ruiz es gerente de la Fundación Fabián Ponce Ordóñez y es parte del equipo de Resolución de Conflictos de Pérez Bustamente & Ponce. En la Fundación están convencidos de la transcendencia social de la mediación y de que los abogados deben dar horas de trabajo pro bono a la sociedad.

Define a la mediación como un proceso voluntario y confidencial que busca resolver los conflictos mediante diálogo y negociación entre las partes. Y cree que el mediador es un facilitador para encontrar soluciones creativas y duraderas.

Roberth Puertas aborda la teoría y la práctica sobre la mediación en Ecuador. Foto: Archivo particular

¿Por qué la mediación es una herramienta social importante?

La mediación fomenta una cultura de paz y diálogo, al ofrecer metodologías y herramientas para resolver los conflictos del día a día. Promover la comunicación entre las partes fortalece relaciones interpersonales y restaura los tejidos social y comunitario. 

Además, proporciona herramientas para gestionar las diferencias de manera colaborativa. Esto ayuda, además, a reducir cargas procesales y gastos cuantiosos en resolución de conflictos, y sobre todo genera ambientes de confianza entre personas y pueblos.

¿Ecuador es o no una sociedad de mediación? Si no lo es, ¿cuánto camino falta por recorrer?

Hay estudios en los que se habla de que en Ecuador se ha normalizado la violencia y que el contexto alienta a resolver los conflictos de modo violento. Pero la experiencia de unos 30 años de la Fundación en mediación, nos dice que si las personas se sientan en un contexto confiable, seguro, pacífico, colaborativo, la mayoría (97%)  llega a acuerdos.

A personas en diferentes niveles de conflictividad de violencia se les pone un contexto adecuado para la resolución de los conflictos, se les da confianza y la gente se sienta, se empodera para resolver los conflictos, y los resuelve.

El contexto nos lleva a ser competitivos porque se premia la competencia, pero cuando estamos en un ambiente diferente, funciona diferente. Los pones a mediar, median, los pones a ser violentos, son violentos.

También estamos en un contexto de inseguridad y ese contexto nos vuelve cortoplacistas y nos empuja a buscar la sobrevivencia.

Las necesidades sí generan conductas. Cuando tienes una necesidad, se desarrollan conductas para cubrirlas. El contexto, la situación económica, etc., no nos deja muchas alternativas, y a lo mejor por eso tenemos mucha gente compitiendo, mucha gente violenta.

Estamos tomando el experimento de “Los cristales rotos” en la campaña “Primero el diálogo", de la Fundación. El profesor Philip Zimbardo, que presidió la asociación de psicólogos de EE.UU., hizo un experimento en 1969. Puso un auto nuevo en el Bronx, entonces uno de los barrios más pobres y peligrosos, y otro en Palo Alto, California, un sitio rico y de baja delincuencia.

El carro del Bronx fue desmantelado en media hora; lo que la gente no se pudo llevar lo destruyó. En Palo Alto pasaron los días y nadie lo tocaba. Sin embargo a Zimbardo se le ocurrió romper los cristales del auto. La gente empezó a destrozarlo y en poco tiempo estaba en las mismas condiciones que el del Bronx.

Cuando tenemos cristales rotos nos disponemos a seguir rompiéndolos. Cuando se acepta un insulto, un nivel de violencia en una relación entre pares, socios, familiares y más, la gente sigue en ese contexto. Y cuando se da un espacio colaborativo donde no se acepta la violencia para trabajar los conflictos, la gente los resuelve.

¿Qué país o qué región del mundo puede ser la que usa más la mediación en general?

Hay un índice de paz global que mide cada año el Instituto para la Economía y la Paz. Establecen que entre los países más pacíficos están Islandia, Austria, Nueva Zelanda, Singapur, Portugal, Dinamarca, Eslovenia. En el segmento final de 163 países están Venezuela y Colombia, y Yemen cierra la lista. 

Ecuador es 130; bajamos 16 posiciones entre 2023 y 2024. Tenemos una situación que se ha deteriorado mucho, el número de delitos por cada 100.000 personas ha crecido muchísimo y muy rápidamente. Es un deterioro muy reciente por el conflicto de la inseguridad en el país.

ÍNDICE GLOBAL DE PAZ 2024

Hablemos de experiencias positivas, de buenos ejemplos que se deben compartir.

El proceso con los estudiantes de los colegios de los colegios Mejía, Montúfar, 24 de Mayo y Central Técnico duró unos cuatro meses. Fuimos a los colegios a dar la charla “Primero el diálogo" y empezó a saltar el tema de los problemas con otros colegios. 

Algunos decían: ya estamos hartos de que cuando nos ven y están en grupo nos quieran golpear, nos quiten las cosas, nos pisoteen las cosas, nos saquen de ciertos lugares y cosas por el estilo.

Los chicos decidieron retarnos y nos preguntaron qué podríamos hacer en este caso. Les dije que nosotros nos proponemos asistirlos técnicamente, capacitarlos para que aprendan a dialogar y darles una teoría sobre los conflictos, para que miren por qué se generan. 

Y también les ofrecimos enseñarles negociación, para que aprendan algunos temas que les permitan después sentarse en una mesa. Nosotros estaremos en esa mesa, los ayudaremos en esa mediación, pero van a prepararse previamente, les dijimos.

Aceptaron y formamos un grupo de estudiantes representativos de la mayoría de los colegios, sobre todo cursos del nivel más alto, les dimos dos cursos y después les pedimos que escojan un grupo para negociar. Entre los escogidos estuvieron los presidentes de los consejos estudiantiles, ellos lideraron la negociación.

Se armó una planificación de negociación, cada uno formuló sus planes, las propuestas que iban a hacer, quién iba a hablar, cuántas personas que iba a tener el equipo. La Universidad Católica (PUCE) nos dio un espacio muy bonito para que ahí hagamos las mesas de diálogo

Los chicos llevaron las banderas de sus colegios, fueron bien uniformados y se sentaron a trabajar. Nosotros dirigimos el diálogo y al finalizar ellos acordaron terminar los conflictos y la violencia, y además se preguntaron qué más podían hacer. Eso era agregar valor a lo que veníamos trabajando. 

Decían: si tenemos las mismas problemáticas, ¿por qué no nos unimos y hacemos cosas juntos? Así que establecieron unas cuantas líneas de trabajo: deportes, arte, cultura. Alguien planteó: les pintamos un mural en su colegio y ustedes pintan uno en el nuestro. 

Cosas como esas empezaron a surgir. Por ejemplo, propusieron formar una banda de paz para una presentación conjunta. Empezaron a hablar no solo de terminar su conflicto, darse las manos y luego desaparecer, sino a preguntarse por qué no colaboraban.

La mediación es importante porque la gente queda con ese empoderamiento de que son capaces de agregar valor a esas relaciones. Las mesas de diálogo y las mediaciones son importantes porque permiten a las partes sentarse y construir nuevas relaciones y valores.

¿Fue un proceso exitoso o se cortó en el camino?

No hemos podido firmar el acuerdo. Justo cuando terminamos el proceso, en el colegio Mejía hubo una intervención de la Subsecretaría de Educación. Pero al menos no hemos sabido que haya habido conflictos entre el Mejía y el Montúfar.

Los rectores de esos colegios nos han pedido que volvamos con la campaña para los nuevos bachilleres, cuyas camadas se renuevan cada tres años. La próxima semana espero reunirme con el Rector del colegio Mejía para ver cuál fue el impacto de la campaña. 

Me encontré recientemente con el expresidente del Consejo Estudiantil y estaba siguiendo Jurisprudencia en la PUCE. Él dice que le impactó tanto el proceso que se decidió a seguir esa carrera porque puede contribuir mucho a resolver los conflictos sociales.

 Con el otro expresidente no me he visto. Espero verme en una o dos semanas que vamos al Montúfar y mirar la posibilidad de reeditar las mesas y llegar a firmar, porque uno de los compromisos de ellos fue permearlo a todo el colegio. Quedaron cosas inconclusas.

¿Esto ratifica que el seguimiento es parte fundamental de un proceso?

Nos vamos a reunir con la Subsecretaría, con los rectores de los dos colegios y también de los otros dos colegios donde la violencia es menor pero participaron en el diálogo. Una vez que en agosto se levantó la intervención del Mejía he pedido las reuniones y creo que podemos volver al seguimiento. 

¿Hay procesos donde se cumple toda la metodología y pese a eso no hay resultados? 

El 3% no se resuelve. La mediación es un arte pero también depende de las partes, que se empoderan del conflicto y plantean opciones. Hubo un caso en que el abogado no aceptó un acuerdo porque iba a llevar meses y dijo que si ponía una denuncia penal a los tres días cobraría el dinero.

"No hemos llegado a acuerdos porque a veces están mal evaluadas las alternativas. En Ecuador todavía algunos abogados prefieren ir al proceso judicial, la denuncia o la demanda".

Los clientes compraron su discurso pese a que el mediador hizo todo lo posible por evaluar la alternativa sobre el tiempo y el hecho de que una demanda se podía perder o ganar.

Del seguimiento que hicimos, un año y medio después el abogado fue despedido y estaban buscando una manera amigable de tratar con el demandado, pero él dijo que no porque hay que esperar lo que diga el juicio penal: “No quiero volver a mediación y punto”. No sabemos cómo terminará.

Con usuarios bien educados en mediación, va a funcionar. La mediación ha crecido en el país de a poquito. Crece con el boca a boca. Cuando vamos a dar las charlas de “Primero el diálogo”, los profesores nos preguntan desde cuándo hay mediación. 

Les respondemos que desde hace treinta años y nos preguntan por qué nadie lo dice. Cuando les decimos que estamos ahí para decirlo, nos preguntan que porqué lo hacemos 30 años después. Debería ser materia del pénsum.

"Algún rato va a haber una bola de nieve en el país con personas que conozcan de mediación, y entonces serán ellos los que vayan sumando, frente a aquellas personas que todavía usan la violencia, las denuncias"

Algo que hemos vivido es la situación de dirigentes cuya posición es el bloqueo.

Yo escribí alguna vez una carta para Leonidas Iza, no sé si le llegó pero se la envié, durante el levantamiento, donde le pedía buscar acuerdos, porque la única manera es con las dos partes, buscando acuerdos, sentándose en la mesa. No hay otra forma.

Primero se matan y después se sientan a negociar. Es lo que va a pasar en Ucrania: se han matado varios años y van a terminar sentados en una mesa. Podían haberse evitado tantos muertos, heridos, toda esa cantidad de recursos desperdiciados, pero la idea es después.

Lo grave es que a veces se crean heridas que se vuelven puntos de honor difíciles de resolver.

Ahí es cuando el mediador puede trabajar para despersonalizar el conflicto, que la gente se meta con los conflictos y no con las personas. Hay un problema que resolver y para resolverlo bien o mal, nos necesitamos unos a otros, somos interdependientes. O logramos acuerdos juntos o nos destrozamos juntos.