Lluvias provocan daños y afectan infraestructura estratégica
Inundaciones, deslaves, suspensión de servicios y búsqueda de personas desaparecidas marcan el panorama. El clima golpea al mundo.
Las intensas lluvias que azotan la Amazonía ecuatoriana (provincias de Napo, Zamora Chinchipe y Morona Santiago), así como en Azuay, desde semanas atrás, continúan causando estragos.
Inundaciones, deslaves, suspensión de servicios estratégicos y búsqueda de personas desaparecidas marcan una panorama de emergencia nacional, mientras fenómenos similares afectan a otras regiones del continente y del mundo.
Uno de los hechos más graves ocurrió en El Tambo, parroquia Papallacta, en el cantón Quijos (provincia de Napo), donde un fuerte deslave sepultó varias viviendas.
Según reportes de la plataforma 'Poder Informativo', familias enteras buscaban a sus seres queridos entre el lodo y los escombros. Hasta el momento (3 de julio de 2025), se reportan al menos dos personas desaparecidas.
El evento se produce en un contexto climático inusual. Aunque el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) había pronosticado una disminución de lluvias en mayo, el invierno se ha prolongado más de lo habitual, con precipitaciones poco comunes en varias regiones del país.
Infraestructura estratégica afectada
Las lluvias de los últimos días también obligaron a detener operaciones en sectores estratégicos, como el energético y petrolero.
La hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, la más grande del país, suspendió su funcionamiento por los altos niveles de sedimentos en el agua. Esta medida fue replicada en otras centrales del país: Delsitanisagua y San Bartolo.
El 2 de julio, el Operador Nacional de Electricidad (Cenace) solicitó a las empresas distribuidoras activar generadores de emergencia hasta el 4 de julio de 2025, para evitar interrupciones masivas del servicio eléctrico.
En el sector petrolero, tanto el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) como el Sistema del Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) suspendieron operaciones de manera preventiva, debido a los efectos del clima.
El OCP enfrenta los efectos de la erosión regresiva del río Loco, mientras que Petroecuador informó que cerró válvulas y ejecutó drenajes controlados para proteger su infraestructura en la provincia de Napo.
“El equipo técnico trabaja en la construcción de un bypass para asegurar la estabilidad del oleoducto y continuar con sus operaciones”, añadió la firma OCP.
Por este oleoducto, que entró en operación en 2003, fluyen unos 190.000 barriles de crudo pesado desde Sucumbíos hasta Esmeraldas.
De su parte, la petrolera estatal Petroecuador informó el 2 de julio de 2025 que decidió suspender el bombeo de crudo a través del SOTE, como medida preventiva frente a las fuertes lluvias en la provincia de Napo.
El objetivo, dijo la empresa, es proteger su infraestructura. "Como parte del protocolo de seguridad, se cerraron las válvulas en la zona afectada y se realiza el drenaje controlado del fluido".

Reacción del Gobierno
Ante esta emergencia, el Gobierno, a través de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), convocó una sesión extraordinaria del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional el 2 de julio de 2025. Se resolvió una serie de medidas urgentes, entre ellas:
- Evaluar zonas vulnerables a movimientos en masa a lo largo del río Coca.
- Conformar una comisión técnica para reubicar la infraestructura vial y petrolera.
- Desarrollar protocolos de cierre anticipado para los oleoductos en caso de nuevos deslizamientos.
- Garantizar el abastecimiento de agua segura en comunidades afectadas, como en la provincia de Zamora.
No se descarta que, en los próximos días, se declare la emergencia oficial por época lluviosa en varias zonas de la Amazonía.
El clima, en la región y el mundo
Ecuador no es el único país afectado por fenómenos extremos. Las alteraciones del clima son cada vez más frecuentes y severas a nivel global.
En Estados Unidos, el Servicio Meteorológico Nacional advirtió sobre lluvias intensas en Florida y tormentas severas en las Grandes Llanuras y el noreste. Se esperan inundaciones repentinas, granizo y hasta tornados.
En Brasil, el 3 de julio de 2025 se emitió una alerta amarilla por lluvias intensas en el Norte y Nordeste, con riesgo de rayos y apagones.
En Europa, la situación es distinta pero igualmente alarmante. Una ola de calor histórica deja víctimas mortales en España, Francia e Italia.
Las alertas rojas se multiplican, al igual que los récords de temperatura, en un continente cada vez más vulnerable al cambio climático.
