Hondureños usan energía solar por la crisis, pero aún es cara

En Tegucigalpa hay más paneles solares, como respuesta al alto costo de la energía convencional. Pero falta mucho para que la opción sea atractiva.

Hondureños usan energía solar por la crisis, pero aún es cara
Edificios como el Midence Soto, en Tegucigalpa, instalaron paneles. Foto: Climate Tracker.

Por Yarely Madrid

Honduras es un país conocido por su vibrante clima tropical, una oportunidad para la implementación de energía solar.

En la capital hondureña, Tegucigalpa,  15 edificios comenzaron a instalar granjas de paneles solares en los últimos cinco años, para reducir los altos costos de la energía eléctrica convencional.

Uno de ellos fue el Midence Soto, que se encuentra en el centro de Tegucigalpa. Por el lugar transitan miles de personas durante el día, pues sirve como paso de una calle a otra.

Al sur de la capital, también la Plaza Loarque tiene instalados varios módulos solares, al igual que en el Centro de Cáncer Emma Romero de Callejas.

Desde hace más de diez años hay incentivos fiscales para la instalación de paneles solares. La Ley De Promoción a la Generación de Energía Eléctrica con Recursos Renovables prevé la exoneración del pago de varios impuesto.

Por ejemplo, los empresarios no pagan impuestos sobre ventas (ISV) en equipos, materiales y repuestos y ningún servicio relacionado con la infraestructura para generar energía.

Tampoco deben pagar impuestos o aranceles al importar equipos ni impuesto sobre la renta.

Pero incluso en esta década de incentivos, la energía solar no se había impulsado en la capital como en 2024. La motivación para que centros comerciales, universidades y hasta hospitales comenzaran a migrar a la energía solar fue el alto costo de la energía convencional.

Honduras es categorizado como uno de los cinco países con el pago más alto de energía eléctrica, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Banco Mundial

Una transición costosa

Implementar paneles solares no es una opción barata, a pesar de que en los últimos años los costos han disminuido. 

Un solo módulo solar de 100 vatios tiene un costo de 1,000 lempiras (alrededor de 40 dólares), en cambio uno de 200 vatios, 1.900 lempiras (alrededor de 76 dólares). 

Mientras que las baterías de almacenamiento tienen un costo de entre 480 dólares y 1.360 dólares, según Solaris, una de las empresas líderes en este sector en Honduras.

Samuel Rodríguez, experto en energía renovable que trabaja para Diconelec -que implementa grandes proyectos de energía solar-, explica que la inversión para instalar un sistema de paneles solares ronda las 50.000 lempiras (unos 2.000 dólares).

Se trata de una inversión inicial que se convierte en un obstáculo a la hora de decidir migrar al sistema de paneles solares.

Es necesario que los inversores en energía eléctrica ofrezcan el servicio a un precio más competitivo y accesible, para que las personas puedan obtener financiamiento en una entidad bancaria, señala.

Roberto Galeano, presidente del Grupo Midence Soto Pierrefeu, es uno de los empresarios de la capital que decidió instalar paneles solares. Él dijo a Climate Tracker que, en efecto, la inversión es alta, pero los costos en energía eléctrica son menores.

“El proyecto se paga en 2 años y medio y los paneles solares tienen una vida útil de 25 años. Entonces, estamos teniendo un ahorro de energía de un 35 a un 40% de la factura mensual. El proyecto prácticamente se paga solo”, manifestó.

Galeano indica que la decisión de pasar a la energía solar se tomó debido a los altos costos del consumo eléctrico convencional.

Aunque puede llegar a ser costoso instalar paneles solares, explica que no es imposible, pues la del Midence Soto se financió con un “leasing financiero” en una institución bancaria que dio una tasa de interés preferencial.

Hay una serie de incentivos para quienes instalan paneles. Foto: Climate Tracker.

El consumidor, sin compensación

Según se describe en un documento de la Secretaría de Energía sobre Sistemas Solares, el proceso para adquirir paneles solares es complejo, partiendo de que se debe contratar una empresa que instale los paneles para que un estudio del lugar.

La empresa debe presentar una solicitud ante la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (SERNA), describiendo la potencia instalada en vatios y también la de almacenamiento, en caso de que exista.

Además, debe entregar las coordenadas del lugar o la dirección exacta de la instalación y pagar las tarifas correspondientes.

Luego, la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) instala un medidor bidireccional que calcula tanto la energía eléctrica que entra como la energía solar.

Según explica Rodríguez, el usuario, aunque tenga paneles solare,s “no se puede desconectar totalmente de la Red Nacional Eléctrica”.

“El problema es que no se les está reconociendo el excedente de energía que devuelven a la red”, apuntó.

De acuerdo con Rodríguez esto puede desalentar una mayor inversión en sistemas de energía solar más grandes.

En muchos países, el excedente generado por el sistema de paneles solares se devuelve a la red y es 'comprado' por la compañía de energía, que descuenta el valor de la factura de electricidad.

Esto permite que, incluso sin baterías de almacenamiento, el consumidor pueda reducir su factura de electricidad a cero, ya que la energía consumida por la noche no se paga, como compensación por la energía solar excedente producida por sus paneles.

En algunos lugares, el consumidor puede elegir otra dirección para ser compensado.

Climate Tracker se comunicó con el Secretario de Estado en el Despacho de Energía, Erick Tejada Carbajal, ministro a su vez de la ENEE, para conocer su postura sobre este excedente en el futuro, pero hasta la fecha de publicación de esta nota no se obtuvo respuesta.

Rodríguez considera que la energía solar, aunque es una solución cara, funciona para bajar los costos en energía y mitigar los apagones que llegan a durar, en la capital, alrededor de 8 horas al día.

Se recomendó una política crediticia que permita pagar lo mismo que en la factura eléctrica pero que sea una “inversión diferida” para instalar paneles solares.

Eso permitiría al consumidor desembolsar el mismo valor al que ya está acostumbrado cada mes, pero como una inversión en los paneles solares.

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Los incentivos

Aunque las empresas del rubro solar gozan de un incentivo del 15% para la importación de productos, que son para autoconsumo, este beneficio no existe para que las plantas vendan a empresas privadas.

“Se necesita incentivar más, porque el poder instalar más energía solar nos va a significar menor gasto de energía térmica”, afirmó.

Para Rodríguez, “la energía térmica que se está pagando es un combustible que no producimos, que nos deroga demasiadas divisas y, por ende, la sustitución de ese combustible por energía solar es lo más óptimo que podemos hacer”.

Este rubro es financiado por países y organismos internacionales. Por ejemplo, en el 2022 el gobierno del expresidente Joe Biden dio 52 millones de dólares para instalar paneles solares en Honduras.

La Cruz Roja, junto a las empresas Proteger y Build Change, tienen un proyecto llamado Solartón 2024, una iniciativa que busca promover la energía solar en Honduras.

Además, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó en noviembre del 2024 un financiamiento no reembolsable de 5.1 millones de dólares y un financiamiento para inversión de 2 millones de dólares del Fondo Estratégico sobre el clima, al igual que una subvención de BID Clima de 2.5 millones de dólares.

Estos fondos “beneficiarán a mujeres afrohondureñas, pueblos originarios y jóvenes del área de influencia del proyecto con programas de capacitación en construcción e instalación de sistemas solares fotovoltaicos y talleres en temas de género”, describe el BID en su página.

El Centro de Cáncer Emma Romero de Callejas usa energía solar. Foto: Archivo particular.

¿Qué pasa con los apagones?

Un informe de la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ) describe al sector eléctrico en Honduras como “uno de los principales retos financieros, ambientales y de transparencia para el país”.

“La situación de la ENEE constituyó unos 2 millones de dólares diarios de impacto financiero negativo, aproximadamente 1 billón de dólares al finalizar el 2021”, se describe en el documento.

De acuerdo con ASJ, el problema radica en las pérdidas de energía que llegan hasta un 30% y que “en los últimos años equivalen a más del doble de los promedios regionales”.

Otro factor que influye son las “insostenibles facturas no pagadas”, siendo principalmente el sector gubernamental el que principal deudor de la la ENEE.

Solo en el 2021 se pagaron 30 millones de dólares por privilegios y condiciones ventajosas a generadores de energía. 

Todas estas situaciones radican en una crisis eléctrica y en consecuencia apagones a nivel nacional que afectan a miles de hogares y empresas en todo el país, según ASJ.

Este texto fue producido con el apoyo de Climate Tracker América Latina