‘La meta es reducir la desnutrición crónica infantil a menos del 15%, al 2030’
Ma. de Lourdes Muñoz, titular de la Secretaría Ecuador Crece sin Desnutrición Infantil explica el plan. USD 420 millones se proyectan para 2025.

Con el propósito de incrementar en este año el número de beneficiarios del Bono 1.000 Días, el Gobierno también busca reducir la desnutrición crónica infantil (DCI). Actualmente la tasa se encuentra en 19,3%, en menores de dos años.
La titular de la Secretaría Técnica Ecuador Crece sin Desnutrición Infantil, María de Lourdes Muñoz, conversó con Youtopía y explica el Plan que se pone en marcha para bajar los índices de DCI en el país.
La herramienta principal es el denominado Plan Estratégico Intersectorial para la Prevención y Reducción de la Desnutrición Crónica Infantil 2025 -2030.

¿Cuál es la meta planteada para el nuevo período gubernamental (2025-2029), en cuanto a la reducción de la DCI?
Tenemos un Plan Estratégico Intersectorial al 2030, que lo trabajamos el año pasado con varios sectores y que busca reducir a menos del 15% la DCI en el país.
De lo que hemos visto, como evidencia científica, se puede disminuir un punto porcentual por año; ojalá que podamos hacerlo más, pero eso es lo que tenemos en mente y para ello tenemos un camino ya trazado. En un inicio teníamos 13 actores y ahora ya contamos con 29, que están involucrados con este objetivo.
¿Cómo se puede lograr la meta de reducir un punto porcentual anual?
Lo interesante es que hay la Encuesta Nacional de Desnutrición Infantil (ENDI), que la realiza el INEC y ellos van analizando cómo avanza ese proceso (de reducir la DCI), en función de su modelo de medición.
Lo hacemos entregando un paquete integral y que incluye servicios de los ministerios de Inclusión Económica y Social, y de Salud Pública (tanto para madres embarazadas y niños). El éxito está en su aplicación, durante los primeros mil días (desde la etapa de gestación).
¿Cuál es el presupuesto destinado para el cumplimiento de este objetivo? ¿Cuánto dispone la Secretaría para este año?
La Secretaría es una instancia pequeña y más bien es articuladora. En la Estrategia que tenemos (Estrategia Nacional Ecuador Crece sin Desnutrición Infantil), como parte del Plan Intersectorial, se tiene una proyección de presupuesto. El año pasado empezamos con 350 millones de dólares y al final se entregaron 390 millones. Para este año tenemos 420 millones proyectados.
El Presidente (Daniel Noboa) sabe que hay que trabajar contra la DCI y ha puesto toda su disponibilidad de apoyo y por eso podemos trabajar con más fuerza.
Este es un problema tan fuerte del país; tenemos el peor indicador en Sudamérica y por eso tenemos que hacer todo, porque se trata del cerebro de nuestros niños.

¿A partir de los 420 millones proyectados para este año se puede establecer un porcentaje anual promedio de crecimiento de necesidad de recursos para alcanzar la meta (al 2030)?
Más o menos el ritmo de crecimiento va entre 30 y 40 millones al año. Sin embargo, lo que buscamos, precisamente ahora con el incremento de beneficiarios del Bono 1.000 Días, es identificar la fuente de financiamiento.
Tenemos una fuente fiscal, pero también tenemos cooperación internacional, que está dispuesta a trabajar en el tema de desnutrición. Precisamente ahora se renueva un crédito por 110 millones con el Banco Mundial.
Eso es interesante porque en el camino vamos identificando oportunidades y necesidades, para seguir fortaleciendo el trabajo de lo que sí está dando resultados y optimizando los recursos.
En el contexto de la cooperación internacional ¿hay otras opciones de financiamiento con la banca multilateral?
Así es. Todas las personas que comienzan a trabajar por la DCI se quedan encantados con el concepto y con la Estrategia. Como política pública, da el resultado que se espera.
La cooperación internacional, los organismos, nos han manifestado su interés. Además, como ellos funcionan con resultados, el resultado se ve: estamos disminuyendo la desnutrición y ese es un punto a nuestro favor.
Incluso el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), tienen atención en el desarrollo infantil y la desnutrición; el Banco Mundial, lo está haciendo con este proyecto de protección especial; la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) también tiene mucho interés de apoyar.
También el Programa Mundial de Alimentos y distintos organismos a nivel público y privado, y eso se lo viene haciendo de manera articulada.
"Si hablamos de desnutrición infantil también hablamos de productividad y los organismos internacionales saben de ese tipo de necesidades que se tienen que abordar".
¿En carpeta hay nuevos programas de financiamiento como el más reciente aprobado por el Banco Mundial?
CAF, por ejemplo, ha mostrado disponibilidad de que si existiera algún proyecto de inversión, con mucho gusto ellos podrían apoyar en su financiamiento.
Lo estamos analizando y eso también hay que coordinar con el Ministerio de Economía y Finanzas. De todas maneras existe ese interés tanto a nivel nacional como internacional de trabajar por este tema.
En cuanto al Bono 1.000 Días llama la atención que las provincias que más reciben este apoyo no son las que tienen la tasa más alta de DCI. Las que más reciben el bono son Guayas, Manabí, Los Ríos, Pichincha y Esmeraldas; pero la mayor desnutrición está en Chimborazo, Santa Elena, Cotopaxi, Tungurahua y Pastaza. ¿A qué responde eso?
La Estrategia para reducir la DCI es una estrategia a nivel nacional. No solo es un tema de pobreza y vulnerabilidad lo que afecta a la desnutrición.
De hecho, hay gente que tiene recursos y que está en el quintil más alto de ingresos e igual presenta una desnutrición del 13,5%, que es súper alarmante.
Es importante hacer esa puntualización porque la Estrategia está dirigida a toda la población y por eso nos enfocamos en donde hay más prevalencia; y por eso allí es donde hay más nutricionistas y especialistas.
En Chimborazo, definitivamente, hay más nutricionistas y hay más educadoras del proyecto CNH (Creciendo con Nuestros Hijos) porque hemos identificado que efectivamente la prevalencia es alta.
Sin embargo, el Bono 1.000 Días tiene ese componente adicional que va dirigido a pobreza, pobreza extrema y vulnerabilidad. Por eso está en lugares en donde hay más pobreza y allí están Guayas, Los Ríos, que reciben a muchas personas que migran para allá con muy pocos recursos.
"Lo que hace el Bono 1.000 Días es apoyar a las personas que tienen menos recursos y son más pobres, para poder compensar en algo sus necesidades".
La Estrategia es a nivel nacional porque independientemente de ser pobre o no, el servicio de la salud está activo. Y por ello se ha previsto reforzar la cobertura de los servicios en donde hay más prevalencia.
Para este año se prevé llegar a 160.000 beneficiarios del Bono 1.000 Días. ¿Cómo se lo hará? ¿Qué acciones se tienen previsto desarrollar?
La Estrategia es permanente. Todos los meses hay nuevas mamás embarazadas y todos los meses nacen niños y niñas. Entonces, con nuestro sistema de información podemos identificar a aquella madre y bebé recién nacido.
Lo interesante es que debemos articularnos con el Registro Social. La Unidad del Registro Social hace el levantamiento de la información e identifica en dónde están las personas más pobres y con mayor vulnerabilidad.
Aquellos que están en el quintil uno de mayor pobreza, se hace un cruce con el Registro Social y el Ministerio de Salud, y pasamos esa información al MIES para indicarle que esa persona debe hacerse acreedora del bono.
El gran reto es que la Unidad del Registro Social pueda hacer el levantamiento de la información y actualice el Registro Social y el puntaje de los quintiles de pobreza y de pobreza extrema.
Lo que hemos hecho es coordinar con gobernaciones, con GAD, con municipios, para que puedan dar un apoyo al Registro Social y pueda ser más dinámico el levantamiento de información, para proceder con la entrega del bono.
Debido a la mutlicausalidad de la DCI, hay necesidades de otros servicios como dotación de agua, alcantarillado, etc. Para ello se crearon incentivos tributarios para las empresas que financian ese tipo de obras. ¿Continúa ese modelo o se crearán otros incentivos?
La deducibilidad va a seguir y con fuerza. Ojalá podamos tener más empresas comprometidas. También está el tema de la responsabilidad social empresarial que la venimos impulsando.
Hay proyectos interesantes con fundaciones que tienen sus propios financiamientos y el reto es seguir buscando esa sostenibilidad financiera, para que la Estrategia pueda seguirse fortaleciendo.
Algo importante que estamos impulsando es la Red de Aliados, que no implica erogación de recursos sino el valor de la palabra.
Y ahí los medios de comunicación juegan un papel fundamental, sobre todo para trabajar en ese componente de educcomunicación. Esa es una de las herramientas que no solo implica recursos sino más generación de conciencia y de sensibilización de todo lo que se puede hacer para evitar la desnutrición.

¿Cuántas empresas están trabajando en esos proyectos en función de los incentivos de deducibilidad?
No tengo el dato a la mano del número de empresas. Sin embargo, tenemos 19 proyectos. ¿Cómo funciona el tema de las empresas? Por ejemplo, hay un pool de empresas que apoyan a la Fundación Redni, y la fundación lo que busca es sensibilizar, educar y llegar con temas de estimulación y de desarrollo infantil a la población más necesitada.
Lo que ellos hacen es conseguir apoyo de un pool de empresas y lo que hace la fundación es entregar un recibo y ese recibo puede ser objeto de deducibilidad.
Tenemos 19 proyectos con 19 fundaciones y si hay más empresas que se quieran sumar, se contactan con las fundaciones y se integran.
Si hay una empresa que quiere apoyar a una fundación específica, esta debería registrarse en la Secretaría y tendría que calificar su proyecto de DCI, para que después pueda ser avalizada y ser parte de la deducibilidad.
¿Hay nuevos proyectos en carpeta?
Sí, hay otros proyectos. Lo interesante es que tienen que ser proyectos que respondan a la Estrategia y a disminuir la DCI. Tienen que ser temas con resultados concretos y por eso es que nos hemos tomado tiempo.
También estamos reformando nuestra normativa y ese es uno de los aspectos que le vamos a dar gran fuerza en los próximos meses, que lo vamos a socializar con otras empresas, para ver qué otras iniciativas se van a apuntar.
A propósito de normativa, ¿qué se puede esperar de la ley de lactancia materna, que en el anterior período legislativo se quedó en el limbo? Sin embargo, sí se aprobó la ley de la Primera Infancia.
El mundo legislativo es fantástico y tenemos que alinearnos y trabajar de la mano con la Asamblea. Creo que ahora las condiciones son mucho más favorables.
Efectivamente el año pasado nosotros trabajamos en la Ley de Malnutrición que también salió, que habla específicamente de desnutrición crónica infantil y la amplía hasta la primera infancia, incluyendo temas de malnutrición no solo de desnutrición, que ya es un paso importante.
Igual, la Ley de la Primera Infancia en donde también aportamos desde nuestro ámbito de acción; y ahora el gran reto es avanzar en los reglamentos de esas leyes. Estamos en esas definiciones que se irán avanzando en el camino.
Y la ley de la lactancia, efectivamente no fue concebida con la intención que se quería concebir. Fue muy mal utilizada. Por ahí sí es importante tener mucho cuidado en cómo se la propone y cuál es el mensaje que se quiere transmitir.
"La leche materna es fundamental contra la desnutrición. En los seis primeros meses de vida no se necesita más que a leche materna. Ese es el gran reto".
¿Qué se puede esperar de la ley de lactancia desde la Secretaría? El debate provocó divisiones entre los actores alrededor del tema.
La sociedad civil juega un papel fundamental y la misma sociedad civil también estaba dividida. El reto allí es que volvamos a conversar, siempre enfocados en el bien común y en el fin último que es luchar contra la desnutrición infantil. Desde todos los bandos y desde todos los espacios, lo que se quiere es eso.
Y si la lactancia es uno de los elementos que nos lleva para que esto suceda, no creo que nadie podría resistirse. Lo que pasó fue que había ciertos términos que no fueron bien entendidos, que fueron manipulados, y se cayó en el tema de que se interpretan mucho las intenciones y terminan truncando a leyes importantes como esta, que se tendrá que renovar en su momento.

En los USD 110 millones aprobados por el Banco Mundial se destinan 58 millones al Bono 1.000 Días y 52 millones, para fortalecer la atención en salud y la Encuesta Nacional ENDI. ¿Se espera para este año una actualización de la tasa de DCI, que está en 19,3%?
Los 58 millones son para el bono y también para el desarrollo infantil, los otros 52 millones son efectivamente para esos aspectos (salud y encuesta), y también para vacunación. En definitiva, para seguir fortaleciendo la Estrategia en su totalidad.
La actualización de la ENDI ya empezó, pero toma su tiempo. Hasta hacer la conformación de los equipos y empezar el levantamiento de la información, si va a llevar algunos meses.
Entonces, estamos atentos a que el INEC nos cuente los detalles, pero el proceso ya está iniciado y posiblemente a fines de año o los primeros meses del año que viene vamos a tener datos y estoy segura que van a ser alentadores.
María de Lourdes Muñoz. Es ingeniera comercial y pedagoga, con especialidad en gestión social y una maestría en Ciencias Políticas y Administración Pública en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Además, tiene una especialidad en Gerencia Pública para el Desarrollo Social en la Universidad Alcalá de Henares-Madrid, España. Cuenta con experiencia en proyectos de desarrollo social a grupos vulnerables en todo el ciclo de vida. Ha liderado el Proyecto Mujer, Comunidad y Desarrollo y facilitado proyectos productivos con jóvenes del Centro de Desarrollo Social La Aurora.