'En Quito no se ha generado una gobernanza del riesgo efectiva'

El especialista Jonathan Menoscal cree que los planes no serán suficientes mientras no haya un manejo del riesgo donde participen todos los sectores.

'En Quito no se ha generado una gobernanza del riesgo efectiva'
El desarrollo desordenado está en la base de los riesgos. Foto: Vicente Costales

Jonathan Menoscal, especialista en gestión de riesgos desde las políticas públicas y el enfoque ambiental, analizó con Youtopía las causas y las consecuencias de la erosión y la contaminación de los sistemas hídricos de Quito.

Este profesor invitado por la PUCE y la Flacso, con más de diez años de experiencia -sobre todo en la cooperación y en la academia-, enfatiza que el riesgo como tal no es natural, sino un problema del desarrollo. Y que hace falta una gobernanza que incluya a todos los sectores.

"Mientras primen los intereses particulares sobre el bien común de la ciudad, el problema no se va detener, al contrario": Jonathan Menoscal

¿Es básicamente un problema de cómo se han construido las ciudades?

Es el resultado de cómo han ido expandiéndose donde no debía haber población. La problemática en los sistemas hídricos se produce en toda la ciudad y en la mayoría de ciudades de altura, con ríos, quebradas. 

¿El riesgo no es natural?

Es un problema de desarrollo que desemboca en una construcción social del riesgo. El riesgo no es natural, se construye.

¿Y cómo se construye el riesgo?

El desastre está construido por la pobreza, la vulnerabilidad, las decisiones en lo social y lo político. Las amenazas naturales existen, pero se amplifican por el mismo crecimiento de la población y por problemas atmosféricos que antes no se daban. 

¿Cuáles son los principales problemas en Quito?

Uno de los problemas es que algunos colectores estaban o están obsoletos y deben ser mejorados o cambiados. Había desde los años ochenta estudios sobre este problema. Se hizo el proyecto “Laderas del Pichincha” (1992), y luego otros para un mejor manejo de las quebradas y los ríos. Pero también es un tema de gestión.

Cuatro microcuencas de Quito requieren acciones prioritarias
Densidad poblacional, eventos meteorológicos y contaminación impactan a los ríos Monjas, Machángara, San Pedro y Chiche. Hay un plan de manejo.

La Secretaría de Ambiente de Quito publicó en febrero de 2025 los planes de manejo para las microcuencas hidrográficas y para los ríos y quebradas de Quito, como parte de los tres que dispuso elaborar la Ordenanza Verde-Azul. ¿Qué piensa de estos planes?

Esa es una respuesta desde la normativa, pues ya en la Ordenanza Verde-Azul existen ciertas limitaciones para entubar las aguas. La política pública en general funciona a través de instrumentos que ayudan a operacionalizar los compromisos planteados. Pero hay más.

Estos dos planes están bien, son necesarios, son útiles, una ruta de acción para saber dónde hacerlo, y son una herramienta para priorizar las acciones. Pero es casi imposible actuar en todos los sitios. Están las zonas prioritarias.

Están también los planes de Acción Climática, el PUC del Monjas, el Plan Metropolitano de Gestión de Riesgos. El plan de manejo de microcuencas es un instrumento macro y eso no existía antes. El plan de ríos y quebradas es un punto de vista de cambio climático.

Es el deber ser, y cuando se complete el marco normativo ya se podrá operativizar. Ahí va a depender mucho del tipo de plan que se haga. Los dos son un paraguas pero no establecen acciones expresas en los tiempos.

Pero en los dos planes, nacidos a partir de la declaratoria del río Machángara como sujeto de derechos, se llega a acuerdos y se establecen fechas.

En los acuerdos sí se habla de fechas pero también hay que entender un poco que en una ciudad tan compleja que tiene tantas demandas, no hay ni recursos ni capacidad para cumplirlas. Los planes tardaron más de lo esperado. La sentencia a favor del río Monjas, que fue anterior a la del Machángara, ocupó a tres administraciones. El tema de las fechas es complejo.

La PTAR de Quitumbe cubre menos del 5% de necesidades de la ciudad. Foto: Archivo

¿Cómo manejar el déficit de plantas de tratamiento de agua residual (PTAR), que son básicas para conservar la calidad de agua de los ríos? (NDLR: en Quito actualmente existe una sola pero se necesitan al menos 20)

Existe el plan de saneamiento ambiental donde se prevé la construcción. Sí, es mucha plata y mucho tiempo. Pero la PTAR es la forma más eficiente de descontaminar las aguas, algo que no se puede lograr así pongan un Sistema Basado en la Naturaleza (SBN) cada cinco metros.

No hay que ser tan rígidos en el tema de los SBN, hay que ver la factibilidad, los costos, los tiempos. No tenemos las plantas, pero un modelo que de aquí a diez años se puede cumplir. 

¿Estos planes facilitan que haya un observatorio de las políticas de cuidado de los ríos en Quito?

Se está empezando a identificar dónde se van a realizar las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN). No serían un buen punto de partida para un observatorio. 

¿Estamos entonces ante un escenario de un 'deber ser' casi utópico?

Es un tema muy complejo y siempre debe haber negociación entre las partes. Algo que quizás no tenga un costo mayor tendría que ver más bien con la educación a la ciudadanía y de control de parte de las autoridades. El riesgo sigue aumentando por la construcción de urbanizaciones que ni siquiera se conectan sino que vierten directamente.

Se deben evitar asentamientos, la expansión, y no solo del sector informal, sino de sectores formales impulsados por inmobiliarias, con construcciones que no deberían estar allí.

Ese problema realmente no es tanto del Municipio sino del mercado inmobiliario. Desde el mismo sector formal que está ocupando Lumbisí, Ilaló, el problema del sector privado que en cierta manera influye. 

Debería, de hecho, mejorarse el control.

Considero -y de hecho es parte de mi tesis doctoral- que el factor que incide en el éxito de las políticas públicas es la gobernanza, una adecuada articulación del Estado, el sector privado y la sociedad.

No se ha generado una gobernanza del riesgo efectiva y al final priman los intereses privados de los grupos de poder. Mientras primen estos intereses sobre el bien común de la ciudad, el problema no se va detener, al contrario.

Probablemente vamos a seguir haciendo planes y demandas pero al final no se va a solucionar el problema integral. Hay que marcar una hoja de ruta de cosas alcanzables.

Los ríos Monjas y Machángara (foto) son los más impactados. Foto: Vicente Costales