Ecuador todavía está en deuda con sus animales de compañía
Mientras 7,6 millones de perros y gatos han hallado un espacio en más de 3 millones de hogares, cientos de miles viven en la calle. Adoptar puede ser una solución inteligente.
5,2 millones de perros y 2,4 millones de gatos han encontrado un lugar en más de 3 millones de hogares ecuatorianos. Eso significa que más del 60% de familias -desde la unipersonal hasta la extendida -cuenta con uno de ellos.
Pero cientos de miles de perros y gatos, muchos de ellos pese a tener un tutor, viven en situación de calle, lo que significa que están expuestos al hambre, a las enfermedades y a una serie de peligros. Y ellos mismos pueden volverse peligrosos.

En Quito, por ejemplo, se calcula que 150.000 gatos y perros viven en esas condiciones de abandono. Los casos aumentan en ciudades como Guayaquil, pero no hay cifras definitivas a escala nacional ni provincia por provincia.
De cualquier modo, hay perros y gatos que tienen destinos muy distintos. Y eso no necesariamente tiene que ver con el hecho de que vivan en sectores rurales o urbanos. La felicidad de un animal de compañía depende de una serie de factores.
Un perro, por ejemplo, puede ser infeliz en la ciudad si no tiene espacio y ejercicio suficiente, aun cuando cuente con una serie de cuidados. Y puede ser infeliz en el campo si no cuenta con los cuidados mínimos de sus tutores.
Los gastos en animales de compañía pueden ir desde la salud y la limpieza -para lo cual ya existen pólizas de seguro- hasta viajes, pasajes y hoteles. La industria y la venta de alimentos mueve USD 160 millones anuales, y las clínicas, más de USD 12 millones.
Pero ser tutor responsable no es gastar más sino mejor, y sobre todo cumplir las normativas, usar arneses y recoger los excrementos. Este incumplimiento es visto por el 76% de ciudadanos como uno de los principales problemas ambientales.
Pero lo más grave es que, pese a las altas multas, hay dueños que no cuidan o abandonan a sus animales de compañía. El trabajo que hacen municipios como el de Quito para esterilizar y curar a los animales callejizados, no es suficiente.
Adoptar puede ser una solución inteligente y con una alta repercusión para la calidad de vida de los animales de compañía y la sostenibilidad de la ciudad. Hay muchas opciones para acoger a nuestro gran “perrhijo” o “gathijo”.
