Con caminatas en nueve ciudades se promueve la lucha contra la desnutrición infantil
Para 2030 se espera que la DCI se reduzca al 15% en Ecuador. El Consejo Consultivo presentó sus recomendaciones.
El 30 de noviembre es el Día Nacional de la Lucha contra la Desnutrición Crónica Infantil (DCI). Y para recordar y promover este objetivo se han organizado caminatas simultáneas en nueve ciudades del país.
La jornada se cumple este sábado 30 de noviembre del 2024, en Ibarra, Cayambe, Riobamba, Portoviejo, Milagro, Azogues, Machala, Guayaquil y Quito. A las 09:00, después de un calentamiento, se harán caminatas de 1 kilómetro.
En los sitios de concentración, también habrá brigadas de servicios donde los asistentes podrán acceder a controles prenatales y de niño sano, vacunación, consejerías sobre lactancia materna, alimentación entre otros.
Esta iniciativa busca concienciar sobre la lucha contra esta condición que afecta al desarrollo físico, cognitivo, emocional y lingüístico de niñas y niños.
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Una nueva meta para 2030
La Secretaría Técnica Ecuador Crece Sin desnutrición Infantil presentó el nuevo Plan Estratégico Intersectorial por la Nueva Infancia.
A través de este documento se plantea como objetivo reducir la DCI al 15% hasta el 2030, indicó la secretaria María de Lourdes Muñoz.
La tasa de DCI en Ecuador, en menores de dos años, se ubica en el 19,3% según la Encuesta sobre Desnutrición Infantil del INEC.
"El Plan es un instrumento de Política Pública que nos permite dejar asentado el camino hacia el 2030. Lo importante es que llegue a ser una Política de Estado y que los actores se sumen para alcanzar ese objetivo", menciona la Secretaria.
En la construcción del Plan, explica Muñoz, trabajaron más de 200 actores de instituciones públicas, organismos internacionales, sociedad civil, gobiernos autónomos descentralizados (GAD) y la academia.
El nuevo documento alinea la política pública en ocho Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); y también aporta a cuatro ejes, cuatro objetivos y 10 políticas del Plan Nacional de Desarrollo.
Cinco recomendaciones
Como parte de las actividades, este 29 de noviembre de 2024, el Consejo Consultivo para la prevención y reducción de la desnutrición crónica infantil presentó en Cuenca su “Informe de estado de la Desnutrición Crónica Infantil en el Ecuador 2021-2024”.
El documento parte del análisis de los avances y desafíos en los aspectos normativo-institucional, modelo de gobernanza, cobertura y calidad en prestación de servicios, financiamiento, sistemas de información y educomunicación.
En cuanto a las recomendaciones, se señala que es fundamental que la Presidencia de la República lidere el combate a la desnutrición infantil, resaltando su prioridad en el papel y en la práctica. Este efecto de demostración sin duda contagia a las carteras del Estado y mantiene la urgencia dentro de la agenda de política pública.
Asimismo, se señala que urge una política de Estado que proteja a la estrategia y al plan estratégico, mediante la aprobación de la Propuesta de Ley Orgánica de Desarrollo Integral para las Niñas y Niños de Primera Infancia.
Se apunta también que la sostenibilidad de esta política depende de una adecuada movilización de recursos económicos. Pese a la situación económica delicada del país, no se puede dejar de sostener el flujo de recursos que aseguren los servicios públicos, en un modelo de presupuesto por resultados.
Otra recomendación importante es que el éxito de la política depende del
trabajo en territorio. En ese sentido, la institucionalización y articulación
entre la política central y lo local es clave, indican los autores.
En este punto se destaca la importancia de disponer de información y de un mayor compromiso de los Gobiernos Autónomos Descentralizados para desarrollar proyectos de agua y saneamiento que propendan a la reducción de la desnutrición.
Por último, se hace énfasis en que se requiere avanzar en una comprensión y atención de los determinantes sociales del problema: el país necesita combatir las limitaciones estructurales de pobreza, desempleo e inseguridad. A su vez, se debe trabajar desde una lógica pertinente a los territorios y contextos.
Para ello, concluye el documento, hay que involucrarnos y participar activamente, ya que el “enemigo silencioso” le teme a una sociedad civil organizada.
