La desnutrición crónica infantil es reversible únicamente hasta los 2 años de edad
Redacción Youtopía
Los programas de vacunación, las clases de cocina, el acompañamiento a las madres para enseñarles prácticas higiénicas y la consejería en la lactancia materna son herramientas clave para bajar la desnutrición crónica infantil (DCI). Así lo sostiene Ariela Luna, exministra de Desarrollo y Gestión Social de Perú, donde se redujo la DCI del 54% al 35%, en cinco años.
La experiencia exitosa de Perú fue abordada en Riobamba, en Ecuador, en un foro y taller con especialistas del Banco Mundial y comunicadores, quienes conversaron con representantes de la sociedad civil, funcionarios públicos, miembros de organizaciones no gubernamentales y periodistas sobre la desnutrición crónica infantil que aqueja a los habitantes de 10 cantones de Chimborazo.
Ariela Luna relató cómo se logró reducir el índice de desnutrición en un distrito andino de Perú. “Chimborazo es muy parecido a Huancavelica. Allá también tenemos población indígena, extrema pobreza, falta de acceso a los servicios básicos y, pese a que el proyecto se desarrolló en una época de crisis económica, tuvimos éxito”.
Chimborazo es la tercera provincia de Ecuador con mayor desnutrición infantil, después de Bolívar y de Santa Elena, según la base de datos del Ministerio de Salud Pública.
El 44% de los niños menores de 5 años están desnutridos. La cifra corresponde únicamente a los niños que recibieron atención en las unidades de salud pública y difiere de la levantada por investigadores de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), cuyo estudio difundido en el 2021 mostró que el 51,6% de la población infantil de la provincia de Chimborazo padece DCI.
Desnutrición afecta al desarrollo cognitivo
La desnutrición crónica infantil puede evitarse si los programas y la atención se dirigen a los bebés; es decir, a los niños que tienen de 0 a 2 años, enfatiza Ariela Luna.
La especialista precisa que los primeros 1 000 días de vida, contados desde que el bebé se encuentra en el vientre de la madre, son cruciales para el desarrollo del cerebro. De hecho, en ese período la desnutrición es reversible. “SI no se hizo nada en ese tiempo, el impacto en el desarrollo cognitivo, en su inteligencia, será para toda la vida”.
Luna precisa que se debe establecer un sistema de monitoreo de los niños, desde su nacimiento, así como promocionar algunas prácticas saludables para mejorar la higiene y la nutrición, principalmente la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida.
“Estamos intentando impulsar y motivar a las organizaciones de la sociedad civil y a los gobiernos a que haya un monitoreo organizado, sistemático y constructivo para contar con datos oficiales y reales sobre la desnutrición“, sostiene Nelson Gutiérrez, especialista en protección social del Banco Mundial.
Según Gutiérrez, el objetivo de esa organización es ayudar al Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y al Ministerio de Salud Pública (MSP) de Ecuador a cerrar las brechas de atención para que los niños vulnerables puedan acceder a los paquetes de atención prioritaria..
Apuntar los esfuerzos de todos al monitoreo de los niños es indispensable para diseñar estrategias y programas efectivos en el país, insiste el especialista.
“Ecuador tiene todo para superar la desnutrición infantil, pero se requiere la articulación de las organizaciones de la sociedad civil con el Gobierno para lograrlo”, dijo Luna.
Durante el taller, al que asistieron periodistas de medios impresos, digitales y radiodifusores de Riobamba, los especialistas del Banco Mundial y del Consorcio de Comunicación por la Sostenibilidad explicaron la importancia de incluir en sus agendas temas de investigación periodística sobre la desnutrición crónica infantil, tanto para conocer la problemática, como para guiar a la sociedad.
“Necesitamos que los comunicadores cumplan con su rol de educar a la ciudadanía y de levantar información, dar seguimiento y vigilar lo que sucede al respecto”, recalcó Ariela Luna.
Las conversaciones fueron organizados por el Banco Mundial, para contribuir a la disminución de la desnutrición crónica infantil en Ecuador.