El Cuyabeno convoca al turismo internacional por su biodiversidad
Por Isabel Alarcón
Observar delfines rosados, navegar cerca de caimanes y presenciar uno de los mejores atardeceres del Ecuador son algunas de las actividades que convocan a miles de extranjeros cada año a visitar la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno. Esta área protegida, ubicada en el noreste de la Amazonía ecuatoriana, es uno de los lugares más biodiversos del planeta. Cada año, recibe a alrededor de 17 000 visitantes y, de estos, el 95% son extranjeros.
El puente del Cuyabeno, en la provincia de Sucumbios, es el punto de partida para visitar esta reserva. Allí se reúnen todas las semanas los guías locales para recibir a los turistas, principalmente de Estados Unidos y países europeos, que optan por un turismo comunitario y alejado de la tecnología.
Las mariposas morfo o azules son las encargadas de dar la bienvenida a los turistas y de acompañar a las canoas durante las dos horas de navegación, que es el tiempo que toma llegar hasta la zona donde se ubican los 16 ‘lodges’ o cabañas.
A estas mariposas, en el camino se suman monos, tucanes, osos y algunas de las 12 000 especies de animales y plantas que viven en esta reserva, y que la han posicionado como uno de los sitios con más variedad de flora y fauna por metro cuadrado en el mundo.
Tiempo mínimo de estadía
Alexandra Valdiviezo, especialista en Áreas Protegidas en la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno, explica que esta área se caracteriza por ser una de las primeras experiencias de turismo sostenible en el país.
Por ello, se aplican medidas como la prohibición de los paquetes turísticos de solo un día. La idea es promover un turismo respetuoso con la cantidad de especies que existen. Para visitar Cuyabeno es indispensable reservar con anticipación uno de los paquetes que ofrecen las operadoras turísticas autorizadas. El tiempo mínimo de estadía es tres días.
Diego Monteros es uno de los guías especializados que, desde hace 20 años, acompaña a los visitantes en esta travesía. Desde el primer día les muestra los atractivos de este lugar y les explica las curiosidades de los árboles como el ceibo o de los monos chichicos, que se ven durante la navegación.
Todo esto, mientras están atentos al delfín rosado, que es una de las mayores curiosidades de esta reserva. Estos animales se encuentran en peligro crítico de extinción y Cuyabeno es uno de los pocos lugares donde se puede verlos a poca distancia.
Monteros cuenta que los atardeceres en la Laguna Grande son otra parada obligatoria. Este espejo de agua es uno de los principales atractivos para tomar fotos, nadar o pasar la tarde. Él aguarda con los turistas hasta que anochezca para mostrarles las estrellas y los planetas que se distinguen fácilmente en el cielo despejado.
Los paquetes también incluyen caminatas nocturnas en el bosque, paseos en canoa a remo por el río Cuyabeno y observación de aves.
Las comunidades locales son parte del programa
El turismo en esta zona principalmente se asienta en el territorio siona. Valdiviezo cuenta que cada operador o agencia de turismo que opera en Cuyabeno, especialmente en la zona alta, debe tener un convenio o contrato con alguna de las familias de estas comunidades.
Por ello, la visita a estas familias es otra de las paradas que se incluyen en todos los programas turísticos. Allí los visitantes aprenden sobre las tradiciones de las comunidades y preparan casave. También son parte de un ritual a cargo de un shaman.
Cada operador turístico debe contratar a una persona de la comunidad para que maneje las canoas que transportan todos los días a los turistas a diferentes puntos de la reserva. Valdiviezo explica que la idea de estas exigencias es que los locales tengan un ingreso económico y que las comunidades participen activamente en este turismo.
Los lodges deben generar mínimo impacto
Los 16 sitios de hospedaje del Cuyabeno deben cumplir ciertos parámetros para no causar grandes impactos ambientales. Juan Carlos Nuñez, gerente general de Ecosportour, cuenta que instaló el Cuyabeno Dolphin Lodge en la reserva en 2016, cuando pudo establecer un convenio con la comunidad.
En este sitio, que se ubica frente a una poza natural de delfines, se utilizan paneles solares y hay un punto específico para que las personas carguen la batería de sus aparatos eléctricos con esta energía.
En cada lodge se separa la basura en reciclables y no reciclables, y una vez por semana el Municipio de Putumayo los recoge. Los llevan hasta el puente del río Cuyabeno, donde el Municipio de Cuyabeno los recibe y se ocupa de su gestión final. En el Dolphin Lodge se realiza un tratamiento de los desechos biodegradables.
Estas cabañas reciben cada mes alrededor de 150 personas. Nuñez explica que la mayor cantidad de visitantes son extranjeros. Esto se repite en toda la reserva. Una de las explicaciones para este fenómeno es la falta de promoción de sus atractivos en el país.
Cuyabeno es la segunda área protegida más grande de Ecuador continental después del Parque Nacional Yasuní y tampoco escapa de amenazas como las actividades extractivas, la pesca ilegal y la deforestación.