La Ley de Plásticos tiene problemas para su aplicación en Ecuador
Por Isabel Alarcón
Bolsas, recipientes, vajillas, utensilios y otros objetos plásticos de un solo uso se entregan gratis en los pedidos de comida a domicilio. Cubiertos, tarrinas, vasos y recipientes de espumaflex también son comunes en estas entregas. En playas, bosques protectores y áreas que son parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas aún se usan botellas y envases de plástico de un solo uso. A pesar de que son comunes, todas estas prácticas se supone que ya están prohibidas en Ecuador.
La Ley de Racionalización, Reutilización y Reducción de Plásticos de Un Solo Uso, conocida como la Ley de Plásticos, entró en vigencia el 21 de diciembre de 2020. A un año de su ingreso al Registro Oficial, algunas de sus disposiciones ya debían cumplirse, pero en la práctica esto no ha ocurrido.
Adriana Moyano, abogada y encargada del departamento legal en Mingas por el Mar, explica que esta ley buscaba establecer el marco legal para reducir progresivamente el uso de plásticos de un solo uso y regular la generación de estos residuos, mediante el consumo responsable.
Según Moyano, las medidas no se están cumpliendo. Para evidenciarlo solo hay que pedir comida a domicilio o acudir a un supermercado. A través de las limpiezas que realiza Mingas por el Mar, cada año, Moyano puede ver que la contaminación por plásticos no ha disminuido en el país. Por eso, incluso escribió un pronunciamiento público en el que señala las disposiciones que ya debían aplicarse pasados los 12 meses de entrada en vigencia de la ley.
Envases y botellas de plástico de un solo uso están prohibidas en las playas
Entre estas disposiciones se encuentra la prohibición de usar o comercializar bolsas y envases de plástico de un solo uso, para bebidas de alimentos de consumo humano en islas, playas, islotes, riberas de ríos, lagos y lagunas, bosques protectores, páramos y todas aquellas áreas que son parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.
A partir del 21 de diciembre de 2021, esta disposición está vigente, pero la contaminación en estos sitios es constante. En la limpieza de playas y cuerpos hídricos “El Agua Nos Une” 2022, se recolectaron en total 55 643 kilos de residuos y desechos en 402 kilómetros. Ese evento fue organizado por el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (Maate). Plásticos de un solo uso, como cucharas, sorbetes y vajilla desechable, fueron los desechos más comunes.
“Esta cartera del Estado está trabajando para establecer la mejor estrategia para controlar el posible ingreso a las áreas protegidas de personas que lleven plásticos de un solo uso”, explica el Maate.
También está prohibida la fabricación, importación y distribución de sorbetes plásticos de un solo uso. A esta medida se suma la prohibición de vajillas y utensilios plásticos desechables para el consumo de alimentos en establecimientos de hostelería.
Las medidas para su implementación aún no están listas
La Ley de Plásticos cuenta con su respectivo reglamento, que establece el marco regulatorio para su aplicación. Según este documento, el Maate está encargado de crear el Plan Nacional de Reducción de Residuos Plásticos, para que la ley pueda ponerse en práctica.
Una vez publicado este plan, los Gobiernos Autónomos Descentralizados Municipales o Metropolitanos deben diseñar, con base en este documento, su Plan Municipal de Reducción de Residuos Plásticos en un plazo de 180 días. Después, deben presentarlo al Maate para su aprobación, control y seguimiento.
A inicios de cada año, se establece que deben entregar la actualización de estos planes. Moyano explica que este reglamento se publicó en mayo de 2021, por lo que en enero de 2022 ya podían presentarlos. Sin embargo, aún no existe un Plan Nacional de Reducción de Residuos Plásticos.
Según el Maate, se está elaborando el Diagnóstico para la formulación de este plan. Esto servirá como línea base para la hoja de ruta de cada GAD. Uno de los parámetros que limita el desarrollo del diagnóstico, sostiene, es la falta de información estadística a escala nacional. Así como el acceso al público sobre la cantidad de producción de plásticos por sus diferentes tipos.
Para Pietro Graziani, experto ambiental de la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo, la entidad rectora debería potenciar los controles y la aplicación de la ley. “Por buena o mala que sea, si no se aplica, no ha servido de nada su aprobación”, dice.
Por el momento no hay indicadores para conocer si se están respetando estas medidas, pero cree que se debería informar a las personas sobre esta normativa.
Una de las medidas que menos se conoce y que ya está en vigencia es la prohibición de entregar en lugares de venta de productos o a domicilio, bolsas, recipientes, vajillas, utensilios y otros objetos plásticos de un solo uso de forma gratuita.
El Maate explica que está trabajando con empresas, academia y otras entidades del Estado en la elaboración de normativa para definir los parámetros mínimos que deben cumplir los sustitutos biodegradables usados en la entrega de productos a domicilio.
Otra de las críticas a esta ley desde un inicio está relacionada con plazos y porcentajes considerados muy conservadores. Para Graziani, Ecuador tiene el potencial para accionar rápidamente y reducir significativamente los plásticos de un solo uso en corto tiempo.
El sector empresarial se adapta a la reducción de plástico
Los fabricantes de plásticos están incorporando materiales posconsumo o reciclados en sus procesos de producción, para cumplir con los porcentajes y plazos de la normativa. En el caso de las botellas pet, el proceso ya se encuentra avanzado. Ahora se están concentrando en el polipropileno, que se usa en las tarrinas, y poliestireno, que son los conocidos como envases de espumaflex.
“Las fábricas han invertido algunos millones de dólares en modificar sus procesos para que esta materia prima pueda ser recuperada al igual que pasa con el pet y el polietileno”, explica Jorge Luis Mortola, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Plásticos (Aseplas). Esta asociación agrupa a 120, de los 400 actores de la industria, y representa el 95% de la producción nacional.
Solo en Guayaquil, cuenta, hay casi USD 60 millones en inversiones para procesar el poliestireno. Este material, por lo general, no es atractivo para los recicladores de base, ya que no reciben grandes ganancias por su recolección.
Por ejemplo, por uno o dos sacos de polietileno de pet reciben USD 10. Para tener la misma ganancia tendrían que llenar hasta 10 sacos de poliestireno. Este material termina en los rellenos sanitarios y es señalado como uno de los más contaminantes.
Los retos para dejar el plástico
Por eso, la ley establece que en el plazo de 18 meses, que ya se cumplieron en junio de este 2022, los recipientes de poliestireno expandido (espumaflex) deben tener un 8% de material reciclado postconsumo. En 36 meses, un 12%; y en 48 meses, un 18%.
Mientras tanto, los envases de espumaflex son uno de los materiales predilectos en las entregas a domicilio. El Maate explica que la reducción del uso de este tipo de plásticos en particular es relevante debido a “los riesgos para la salud y el grave impacto al ambiente”.
A pesar de los retos para adaptarse a la ley, la industria plástica mantiene su demanda. Mortola cuenta que en el 2021, una vez que ya se aplicó la normativa, las importaciones de materia prima crecieron en un 20%. Esto no implica que el consumo haya aumentado, dice, sino que hay otros factores como la expansión de la población.
La abogada Moyano espera que, aunque no haya sanciones por el incumplimiento de la ley, las personas promuevan su aplicación para evitar el aumento de los desechos.
Actualmente, cada habitante de las zonas urbanas de Ecuador produce en promedio 0,83 kg de residuos al día. La tasa promedio en América Latina es 0,87 kg, lo que supera al promedio mundial (0,74 kg). Si el panorama no cambia, se estima que en los próximos 28 años, la cifra se va a duplicar.