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La historia de Dos, el ave que muestra a la ciencia el riesgo de extinción del cóndor en Ecuador

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Por Isabel Alarcón

Los cóndores están en peligro de extinción en Ecuador. Su reproducción en cautiverio ha sido demasiado complicada, lo que ha creado una ventana de 10 años para tratar de salvar la especie.

Dos tiene entre 50 y 60 años, y nunca pudo encontrar una pareja y más de la mitad de su vida ha estado en cautiverio. A su edad es considerado el cóndor más longevo que vive bajo cuidado humano en Ecuador y es una de las esperanzas para salvar a esta especie en el país. 

Aunque ahora ya es difícil observar cóndores en el cielo de Ecuador, en 10 años podría ser una tarea imposible. Las estimaciones demuestran que, si continúa la tendencia actual, estos animales podrían extinguirse en el país. Por eso, los individuos que se encuentran en los centros de manejo son una opción para conocer más sobre la especie y, en el futuro, tratar de recuperar sus poblaciones. 

La historia de Dos se inicia en el ex zoológico militar de Quito hace cinco o seis décadas. No se conoce con certeza cómo ni cuándo llegó hasta este centro. Después pasó al zoológico San Martín de Baños, vivió en el zoológico de Quito en Guayllabamba y, este 2022, arribó al Centro de Rescate Ilitio, en Cotopaxi, donde pasará sus últimos años. 

Yann Potaufeu, biólogo de la Fundación Galo Plaza Lasso en Zuleta, explica que las estrategias de manejo ex situ (fuera de su hábitat natural) son parte de las líneas de acción para intentar salvar al cóndor andino de su extinción. Entre estas se encuentra la evaluación constante de estos animales y su traslado de centros. 

En Ecuador existen seis sitios que albergan a las 19 aves de esta especie que viven en cautiverio. Si se busca su reproducción, por ejemplo, se traslada al macho a un centro que tenga una hembra para que intenten formar una pareja. Otros objetivos de estos movimientos son fomentar la educación ambiental o para tenerlos con especímenes de su edad. 

A los 50 años, Dos ya no es parte de los programas de reproducción. Potaufeu cuenta que esta ave nunca pudo tener crías ni encontrar una compañera. Este es un proceso difícil, ya que los  cóndores son animales monógamos que eligen a su pareja para toda la vida. Hasta ahora, con las 19 aves, se han formado tres parejas en cautiverio y han nacido cinco cóndores.  

Debido a las condiciones de Dos, se decidió trasladarlo a Ilitio para que reciba los cuidados necesarios en esta etapa y contribuya con el estudio de estos animales. Durante sus paseos en el centro, esta ave ahora atrae a cóndores silvestres, que se acercan para observarlo. Esta práctica permite a los investigadores ver de cerca a los cóndores visitantes y marcarlos con fines investigativos. 

Gracias a Dos también se puede conocer más sobre el ciclo de vida de los cóndores. Hasta el 2021, Rucu era considerado como el más longevo de la especie bajo cuidado humano en Ecuador. Se cree que tenía entre 50 y 60 años cuando murió por su avanzada edad. 

Potaufeu explica que en cautiverio los animales suelen vivir más tiempo porque tienen cuidados constantes. En Estados Unidos se registró un cóndor que vivió hasta los 79 años. El problema con Rucu y Dos es que ya eran adultos cuando se empezaron los programas de conservación, por lo que no se pudo calcular exactamente su edad. A Dos le siguen otros dos cóndores que se estima tienen entre 40 y 50 años, y viven en el Zoológico de Baños y en el Bioparque Amaru, en Cuenca.

El cóndor Dos ayuda a formar nuevas parejas 

Dos es uno de los cóndores más longevos del país.

El traslado del cóndor más longevo del país a Ilitio permitió la llegada de aves jóvenes al Zoológico de Quito en Guayllabamba. En este centro se agrupó a cuatro cóndores que en el futuro podrían formar parejas. 

“En un momento fuimos los más viejos y ahora somos los más jóvenes”, dice Martín Bustamante, director del Zoo de Quito en Guayllabamba y secretario del Grupo Nacional de Trabajo del Cóndor Andino. De estos cuatro, dos nacieron en cautiverio. 

Los otros dos son cóndores rescatados que no pudieron recuperar su libertad. Cayambi se cree que cayó del nido en uno de sus primeros vuelos y, al tratar de ayudarlo, las personas afectaron su cola. La otra cóndor es su hermana y vivió una experiencia parecida: ChitaChaca se rompió la pata al caer del mismo nido. Aunque ambos están saludables, se perdieron una etapa vital junto a sus padres y no aprendieron hábitos necesarios para sobrevivir por su cuenta. 

Bustamante explica que la llegada de estos jóvenes ayuda a que los visitantes del zoológico conozcan más sobre esta etapa de la vida de los cóndores, que generalmente no se muestra en estos centros. Además, se espera que en las próximas décadas puedan tener crías para tener un respaldo genético de la población silvestre, que ahora se encuentra en riesgo de desaparecer. 

Las amenazas para el cóndor persisten en su hábitat 

La situación del cóndor andino en Ecuador cada vez es más complicada. Según el último censo nacional del 2018, se estima que hay 150 individuos en el país y es considerada una especie ‘en peligro’ de extinción. Esta es una de las categorías más altas de amenaza. 

Fabricio Narváez, director Ejecutivo de la fundación Cóndor Andino Ecuador, explica que el panorama es aún más crítico. A estos 150 hay que restarles los 20 cóndores que murieron envenenados entre diciembre de 2018 y 2019. Además, otros fallecieron por perdigones o eventos asociados a la cacería

Estas cifras revelan que en solo un año Ecuador perdió más del 10% de su población. Si esto se repite, los especialistas afirman que en 10 años los cóndores desaparecerán.  Por otro lado, las 70 parejas reproductivas que se ha contabilizado en el país no tienen la capacidad para restituir a todas las aves que se pierden cada año. Narváez cuenta que, para que una población cerrada se considere saludable, debería tener 700 parejas reproductivas y así su tasa de supervivencia llegaría a los 100 años

El envenenamiento se posiciona como la amenaza más fuerte en la actualidad. Las personas colocan veneno en carroña que está dirigido a los perros ferales que se comen su ganado. Finalmente es el cóndor el que consume este alimento. 

En los últimos 10 años, la Fundación Cóndor Andino ha identificado 50 territorios de anidación en el país y ha marcado 19 cóndores. El nacimiento más reciente que se ha monitoreado en vida silvestre ocurrió en agosto de 2021 en Pichincha. En cautiverio, fue en noviembre de ese mismo año.

A pesar de estos nacimientos, las población no ha podido recuperarse. Para Narváez es importante tomar consciencia sobre lo que significa perder a este animal. “Estaríamos diciendo que en el lapso de lo que va de nuestras vidas podríamos estar presenciando la extinción del cóndor en Ecuador”. 

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