El boom de la IA exige un modelo de negocio revolucionario
El pastel económico de la Inteligencia Artificial ya es tan grande que necesita ser compartido incluso entre rivales. ¿Es una burbuja o una revolución?
La carrera por el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) multiplica a ritmo acelerado las movidas y los acuerdos billonarios entre las gigantes de la tecnología.
Empresas que antes eran rivales ahora firman acuerdos entre sí, mientras los inversionistas se preguntan si esta tendencia de invertir la una en la otra es financieramente sostenible o si es el inicio de una burbuja.
“Estos acuerdos podrían interpretarse como otra forma de integración vertical” en la que las empresas que fabrican chips, las que desarrollan las redes, las de software y las que desarrollan aplicaciones de IA se comportan como si fueran una sola entidad en cadena, señala Advisors Capital.
Hasta ahora el uso de motores de búsqueda como Google y de espacio de almacenamiento ha sido gratuito para los usuarios comunes, porque el modelo de negocio está apalancado en gran parte en la venta de publicidad y anuncios.
Es fácil entender el potencial de la IA y los expertos coinciden en que su desarrollo produjo un cambio total en la forma en que se hace computación, pero las inversiones que demanda no se pueden recuperar con el mismo modelo de antes.
Por el momento la monetización se hace bajo modelos de suscripción, como ya lo estamos viendo en el caso de ChatGPT y de Claude.
Pero tampoco es fácil imaginar de qué tamaño son y pudieran llegar a ser las inversiones. Una de las movidas recientes más comentadas fue la de la empresa OpenAI, conocida por ser la desarrolladora de ChatGPT.
OpenAI firmó un acuerdo de cinco años con Oracle por USD 300.000 millones, es decir, tres veces el tamaño de una economía como la de Ecuador, para asegurarse más capacidad de procesamiento, memoria y almacenamiento en la nube de Oracle.
OpenAI también ha alcanzado un acuerdo de USD 38.000 millones con Amazon para tener más espacio en la nube. OpenAI tiene como accionista a Microsoft, que hasta hace poco era un rival de Amazon en esta vertiginosa carrera.
Otro accionista en OpenIA es Nvidia, la fabricante de los chips más avanzados y del software que mejor soporta los millones de cálculos que demanda la IA.

Los grandes jugadores
La competencia por el dominio de la IA la protagonizan, en primer plano, OpenIA, Anthropic, Google, IBM y Apple.
Anthropic es la desarrolladora de Claude, Google tiene a Gemini, el modelo de IBM es Watson y Apple ha entrado con Siri. Mientras que Meta, la empresa por detrás de FB e Instagram, ha dado pasos en el desarrollo de modelos lingüísticos avanzados de IA, como Llama.
Por otro lado están los proveedores de infraestructura. En este universo se destacan las fabricantes de chips inteligentes, como Intel, Broadcom y la propia Nvidia.
Y la lista sigue con los proveedores de espacios en la nube, como Oracle, AWS de Amazon, Microsoft Azure, Google Cloud y Core Weave.
Pero los inversionistas todavía se preguntan de dónde saldrán los ingresos para costear estos billonarios acuerdos entre las empresas que están en la carrera y cómo se van a monetizar las aplicaciones de IA.
Frente a este panorama, no se debe olvidar que, a finales de los años 90, cuando despuntó el uso masivo de internet, vimos un gran crecimiento y luego el estallido de la burbuja de las entonces llamadas punto com.
