El auge del vehículo eléctrico impulsa la demanda energética
El país vive un crecimiento en el mercado y con él, llega el reto de garantizar la energía. Hoy es el Día Mundial del Vehículo Eléctrico.

Con un aumento notable en las matriculaciones de vehículos eléctricos entre 2022 y 2024, Ecuador avanza hacia una movilidad más limpia, pero la demanda energética también va en ascenso.
La celebración del Día Mundial del Vehículo Eléctrico -cada 9 de septiembre- es la oportunidad para actualizar cifras del mercado y proyectar sus desafíos.
Según datos oficiales publicados por el INEC, en agosto pasado, el número de SUV eléctricas matriculadas creció más de un 580% en solo dos años: de 480 unidades en 2022 a 3.268 en 2024.
Este tipo de vehículo se ha convertido en el principal motor del crecimiento en este segmento en Ecuador.
Los automóviles eléctricos también muestran un comportamiento positivo, pasando de 357 a 916 unidades, al igual que las camionetas, que subieron de 121 a 180.
En el transporte público y de carga, el avance es más lento pero constante. Los autobuses eléctricos pasaron de 13 a 22 unidades, y los camiones, de 11 a 23.
En contraste, las motocicletas eléctricas matriculadas registraron una caída, pasando de 269 a 127 unidades en el mismo período. Las furgonetas también disminuyeron ligeramente.

Situación en América Latina
Este fenómeno no es exclusivo de Ecuador. En América Latina y el Caribe (ALC), el cambio hacia la movilidad eléctrica está en marcha.
De acuerdo con una nota técnica de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), actualmente hay unos 440.000 vehículos electrificados (eléctricos, híbridos, enchufables) en la región. Si la tendencia se mantiene, podrían superar los 20 millones para 2030.
A diciembre del año 2024, Brasil se destaca como el país de ALC, con el mayor número de vehículos livianos eléctricos, alcanzando las 237,200 unidades.
Pero este salto tendrá implicaciones directas para el sector energético. Olade estima que alimentar este parque automotor en 2030 requerirá al menos un 3% de la generación eléctrica total actual de América Latina.
Aunque la cifra puede parecer baja, supone una presión adicional para sistemas eléctricos que en muchos países aún enfrentan brechas de cobertura, infraestructura obsoleta o alta dependencia de fuentes fósiles.
Más demanda de energía en Ecuador
El crecimiento del parque automotor eléctrico, junto con la incorporación de nuevos sistemas de transporte masivo, proyecta un aumento considerable en la demanda energética del país.
Según estimaciones oficiales, Ecuador requerirá al menos 63 gigavatios/hora (GWh) adicionales hasta 2027, solo para atender la demanda de los vehículos eléctricos.
La demanda mundial de electricidad derivada de la adopción de vehículos eléctricos aumentará otro 631,96% para 2030, alcanzando los 710.000 GWh.
Los 63 gigavatios hora (GWh) equivalen al consumo eléctrico anual de una ciudad mediana como Riobamba o Ambato.
De acuerdo con el Plan Nacional de Electrificación, estos desarrollos tecnológicos han sido incluidos en el análisis de demanda por su trascendencia e impacto directo en el consumo eléctrico.
Allí también se contempla la operación del Metro de Quito, el Tranvía de Cuenca y la electromovilidad en el transporte público.
Estaciones de carga
Con el incremento del parque vehicular eléctrico, surge la necesidad de incrementar el número de estaciones de carga públicas.
Olade informó que a diciembre de 2024, la región de ALC, alcanzó la cifra de 18,594 estaciones de carga, concentradas en un 92% en Brasil, México y Chile, mientras que los otros 24 países tienen, en conjunto, el 8% del total regional.
En cuanto al número relativo de estaciones de carga respecto a la cantidad de vehículos eléctricos en circulación, los cinco países que más se destacan son Panamá, Jamaica, Chile, Argentina y Brasil.
Cabe destacar que hoy más del 80% de los usuarios de vehículos eléctricos livianos a nivel global, cargan habitualmente sus vehículos en sus hogares y preferente durante la noche. Aunque crecientemente se amplía también la carga corporativa; es decir, en el lugar de trabajo de los usuarios de estos vehículos.